Bruselas

El hidrógeno limpio es la pieza que falta en el puzzle para que la UE pueda lograr el objetivo de emisiones cero de aquí a 2050. Ese es al menos el diagnóstico de la Comisión Europea, que ha lanzado este miércoles una estrategia para impulsar el uso del hidrógeno renovable con el fin de acelerar la lucha contra el cambio climático.

A juicio de Bruselas, el hidrógeno es la solución para recortar las emisiones de efecto invernadero en sectores altamente dependientes de los combustibles fósiles y en los que la electrificación es imposible, como la industria del acero o el transporte pesado. No emite CO2 y no contamina el aire.

"La nueva economía del hidrógeno puede ser un motor de crecimiento para ayudar a superar el daño económico provocado por el Covid-19. Al desarrollar y desplegar una cadena de valor de hidrógeno renovable, Europa se convertirá en un líder mundial y mantendrá su dominio en tecnología limpia", ha asegurado el vicepresidente de la Comisión responsable del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans.

No obstante, el propio Ejecutivo comunitario admite las dificultades para potenciar el uso del hidrógeno como energía limpia. En la actualidad, la cantidad de hidrógeno que se usa en la UE sigue siendo limitada y se produce principalmente a partir de combustibles fósiles, lo que anula su potencial de lucha contra el cambio climático.

Hoy en día, la producción de hidrógeno limpio -mediante la electrólisis del agua con electricidad de fuentes renovables como solar o eólica- no sale rentable: cuesta entre 2,5 y 5,5 euros por kilo. En contraste, el hidrógeno producido con combustibles fósiles (como el gas natural) sale por 1,5 euros, mientras que el que se logra con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono tiene un precio de 2 euros por kilo.

No obstante, Bruselas resalta que los costes del hidrógeno verde están bajando rápidamente. El precio de los electrolizadores ha caído un 60% en los últimos 10 años y se espera que se reduzca a la mitad de aquí a 2030 debido a las economías de escala. En las regiones de la UE donde la electricidad renovable es barata, los electrolizadores podrán competir con el hidrógeno generado con combustibles fósiles en 2030.

Una estrategia en tres fases

La estrategia de la Comisión prevé una trayectoria gradual, con tres frases de desarrollo a diferentes velocidades en los distintos sectores industriales. En la primera fase (2020-2024), el objetivo es descarbonizar la producción de hidrógeno que ya se utiliza en sectores como el químico. Para ello, Bruselas quiere impulsar la instalación de al menos 6 Gigavatios de electrolizadores en la UE capaces de producir un millón de toneladas de hidrógeno limpio. Ahora mismo, hay en Europa 1 Gigavatio de electrolizadores.

En la segunda fase (2024-2030), el Ejecutivo comunitario pretende lograr 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable con la instalación de al menos 40 Gigavatios de electrolizadores. Su uso se extenderá gradualmente a nuevos sectores como el acero, los camiones, los trenes y el transporte marítimo. En la tercera fase (2030-2050), la tecnología del hidrógeno renovable debería alcanzar la madurez y extenderse a aquellos sectores donde la electrificación no es posible o tiene costes demasiado altos.

Bruselas calcula que para desplegar esta estrategia se necesitan entre 180.000 y 470.000 millones de euros de aquí a 2050. Según sus cálculos, el sector del hidrógeno limpio podría generar hasta 1 millón de puestos de trabajo directos e indirectos y colmar hasta el 24% de la demanda de energía mundial en 2050, con ventas anuales de alrededor de 630.000 millones. 

Para ayudar a impulsar la estrategia, la Comisión ha lanzado este miércoles una Alianza Europea del Hidrógeno Limpio con líderes industriales, sociedad civil, Gobiernos nacionales y regionales y el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Además, el Ejecutivo comunitario introducirá estándares comunes y medidas regulatorias para afianzar la seguridad jurídica en el sector e impulsar las inversiones. 

¿De dónde saldrá el dinero? Bruselas de momento no lo concreta, pero asegura que dará prioridad al hidrógeno en el uso de los fondos europeos y en las inversiones del Fondo de Reconstrucción de 750.000 millones de euros que la UE negocia para salir de la crisis del Covid-19.