La petrolera rusa Rosneft cerró el segundo trimestre de 2020 con un beneficio neto atribuido de 43.000 millones de rublos (497 millones de euros), lo que equivale a un desplome del 78% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según las cuentas trimestrales publicadas este viernes por la compañía.
La facturación de la firma entre abril y junio alcanzó los 1,039 billones de rublos (12.000 millones de euros), menos de la mitad que en el segundo trimestre del año pasado.
La división de exploración y producción ingresó 493.000 millones de rublos (5.696 millones de euros), un 61% menos, al tiempo que la rama de refino y distribución se contrajo un 50%, hasta 1,057 billones de rublos (12.213 millones de euros).
Los ajustes por transacciones dentro del propio grupo ascendieron a 565.000 millones de rublos (6.528 millones de euros).
Los impuestos especiales por la venta de petróleo alcanzaron los 384.000 millones de rublos en el periodo. De su lado, el coste de la producción y los gastos operativos se elevaron un 40,6%, hasta 201.0000 millones de rublos (2.322 millones de euros), mientras que la caída de los precios del crudo provocó que el coste de la compra de materias primas cayera un 79%, hasta 90.000 millones de rublos (1.039 millones de euros).
De esta forma, en el conjunto de los seis meses de 20120, las pérdidas atribuidas de Rosneft se suavizaron hasta los 113.000 millones de rublos (1.305 millones de euros), frente a las ganancias netas de 325.000 millones (3.754 millones de euros) del mismo periodo del año pasado.
La facturación en el semestre se situó en 2,804 billones de rublos (32.396 millones de euros), un 33% menos.