El conflicto de la industria estadounidense del aluminio Alcoa en España lleva coleando varios años. Después de décadas en nuestro país, solo le queda deshacerse de su planta de San Cibrao, en Lugo, para salir del país, pero no quiere vendérsela a su mayor competidor, la británica Liberty House.
"Si vende su planta de aluminio de San Cibrao, Alcoa dejaría de poder importar a España las más de 1 tonelada de aluminio que produce en su fábrica de Arabia Saudí o en otras de terceros países", explican fuentes sindicales a invertir, "que es lo que lleva haciendo todos estos años cuando tiene sus propias fábricas en España".
Pero aún así, si lo hace, todavía tendría en propiedad una planta de alúmina en el mismo complejo industrial de Alcoa San Cibrao, que ha quedado excluida de las negociaciones según ha dicho la multinacional y que también ambiciona la compañía británica.
"No es de extrañar, la fabricación de alúmina sigue siendo interesante para los de Alcoa, porque de este modo seguirá produciendo en A Mariña la materia prima con la que surte a sus fábricas de aluminio europeas", añaden las mismas fuentes.
El aluminio 'verde' de Liberty House
El gigante Liberty House, un grupo con sede en Londres, es líder en el sector de los metales y factura casi 8.000 millones de dólares anuales. A su vez, forma parte de un conglomerado aún mayor, GFG Alliance, un millonario grupo inversor propiedad del magnate de origen indio Sanjeev Gupta y su familia.
Su propuesta, según las mismas fuentes sindicales, es una propuesta que encaja con los objetivos de sostenibilidd y de economía circular que imperan en la Unión Europea: producir aluminio verde, "que no significa que sea de color verde, sino que la generación de la electricidad para hacer funcionar a la fábrica es de origen renovable", añaden.
De hecho, en su propuesta industrial, Liberty incluye la instalación de paneles solares en el complejo industrial, la producción de hidrógeno, que en este caso sería verde porque para la electrólisis se utilizaría la electricidad fotovoltaica generada, y una planta de cogeneración, es decir, aprovechar el calor residual de la fábrica para generar electricidad.
Su propuesta es muy ambiciosa ya que la planta de San Cibrao es el punto de suministro donde más electricidad se consume de toda España. En su momento, los propietarios de Alcoa llegaron a decir que serían necesarios 1.300 megavatios eólicos o 1.600 fotovoltaicos. Había que ver cómo Liberty combina fotovoltaica con hidrógeno y cogeneración para que den los números.
Liberty ya tiene experiencia en ello. Su única fundición de aluminio en Reino Unido es 'verde' porque las instalaciones funcionan con dos centrales hidroeléctricas vecinas y con un complejo de unidades de biodiesel.
En su página web asegura que "esta combinación de fuentes de energía renovables hace del sitio una de las plantas de producción de metales más ecológicas del país".
Alternativas para los trabajadores de Alcoa
Alcoa lleva en España más de 20 años. Llegó en 1998 para comprar la empresa pública Inespal tras pagar por ella 61.500 millones de pesetas. Entonces se hizo con nueve plantas industriales y los servicios centrales de Madrid.
A día de hoy ya no queda prácticamente nada de lo que Inespal había creado, vendiendo poco a poco y por piezas todo lo que compró, a excepción del complejo industrial de San Cibrao.
"Si Alcoa no acepta la oferta de Liberty, la Administración pública podría nacionalizarla la fábrica como fue originalmente", explican a este diario las fuentes sindicales, "y si no, tiene en su mano suficientes armas legales como para obligar a Alcoa que no cierre la fábrica, cuando tiene un comprador que mantendría los puestos de trabajo, el principal objetivo que deberían tener tanto el gobierno gallego como el central".
Por el momento, el conflicto vive un 'stand by' hasta el próximo 28 de septiembre. La empresa y el comité han sellado la ampliación del proceso de consultas del ERE de un máximo de 534 empleados hasta entonces, mientras se negocia un proceso de venta a Liberty House.
"Hay que llamar a la responsabilidad de los gobiernos para que defiendan a los trabajadores", concluyen, "y si no, nos veremos obligados a denunciar el ERE por fraudulento, por haber realizado la consulta sin acuerdo y por haber aprovechado un tema coyuntural para alegar que tenían que cerrar la fábrica".
Alcoa supone más del 30% del PIB de la provincia de Lugo y, además, entre empleo indirecto y directo dependen de la fábrica alrededor de 3.000 personas. Su actividad repercute en toda la economía de A Mariña especialmente en el comercio y la hostelería, según los sindicatos.