La perspectiva de una hipotética vacuna contra la Covid-19 no aliviará en el corto plazo las presiones sobre la demanda de petróleo, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Ha revisado a la baja su previsión de consumo mundial de crudo para 2020, cuando calcula que la demanda caerá en 8,8 millones de barriles diarios (mb/d), frente a su anterior estimación de un retroceso de 8,4 mb/d. Es la consecuencia de los rebrotes y la introducción de nuevas restricciones en Europa y Estados Unidos.
Por contra, la agencia ha mejorado su expectativa para la demanda global de petróleo en 2021, cuando anticipa un crecimiento de 5,8 mb/d en comparación con los niveles de consumo previstos para este año, frente a su estimación de octubre de un repunte de 5,5 mb/d.
"En 2020, la demanda mundial de petróleo será de 91,3 mb /d, que es 8,8 mb/d más baja que en 2019 y por debajo del nivel promedio de 2013. En 2021, la demanda se recuperará en 5,8 m /d, hasta 97,1 mb /d, pero aproximadamente 3 mb /d por debajo del nivel anterior a la Covid en 2019", apunta.
En la última edición de su boletín petrolero mensual, la AIE se hace eco del gran entusiasmo por la noticia de que pronto podría estar disponible una vacuna eficaz contra la Covid-19, lo que impulsó al alza en un primer momento los precios del petróleo, llegando a superar pro primera vez desde septiembre los 45 dólares por barril, aunque advierte de que "es demasiado pronto para saber cómo y cuándo las vacunas permitirán que se reanude la vida normal".
De este modo, la AIE señala que, en este sentido, sus previsiones no anticipan un impacto significativo en el primer semestre de 2021.
"Es poco probable que una vacuna Covid-19 salga al rescate del mercado mundial del petróleo durante algún tiempo". Por lo tanto, "la combinación de una demanda más débil y un suministro de petróleo en aumento proporciona un telón de fondo difícil para la reunión de los países de la OPEP + que tendrá lugar el 1 de diciembre", añade.
De hecho, la agencia justifica la rebaja de previsiones para 2020 por el aumento de los contagios observado en Europa y Estados Unidos. También por los anuncios de cierres y otras medidas de contención en muchos países, lo que podría llevar a una reducción de la demanda de crudo en el primer trimestre de 2021 de alrededor de 0,7 mb/d.
En este sentido, la AIE destaca que casi todo el ajuste a la baja en sus estimaciones corresponde a países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), puesto que ha revisado al alza sus previsiones de demanda para los países ajenos al 'think tank' de los países más desarrollados, principalmente debido a la mejora de las expectativas para China e India.