La eólica marina flotante en España quiere hacerse mayor. Por el momento, mientras no haya una regulación favorable y se abran las puertas a la financiación, la industria de este incipiente sector y toda la cadena de valor que le rodea, desde constructoras hasta astilleros, podría perder un tren que otros países están aprovechando.
Incluso podría ser el punto final a una industria tecnológica que nuestro país todavía puede sacar pecho pero que ya está perdiendo frente a empresas de EEUU, Reino Unido, Francia o Japón, por poner algunos ejemplos.
David Carrascosa, director técnico de una de las tecnológicas que patentan un modelo flotante, Saitec Offshore Technologies, explica a Invertia su proyecto Demosath, que será la primera turbina de un parque eólico marino flotante conectada a la red en España. Se instalará frente a las costas de Bilbao, y se espera para la primavera de 2022.
¿Cuáles son los pasos que habéis seguido para llegar hasta este punto de desarrollo de vuestra plataforma Demosath?
El más importante fue la firma de un acuerdo estratégico con la eléctrica germana RWE. Esto sucedió en febrero del 2020. Ha sido un año bastante centrado en avanzar, finalizada la fase de diseño, y continuar con la fase de compras, de contratación y construcción.
Además de ese proyecto, hemos ensayado un prototipo a escala más reducida en Santander, en la bahía del Sardinero. Una vez a flote en el dique, que iba a ser en marzo, llegó el confinamiento por la pandemia, así que hasta agosto, muy a nuestro pesar, no lo pudimos instalar.
Pero la experiencia ha sido muy buena. Hemos aprendido del impacto de grandísimas tormentas y nos ha dado la confianza de decir que lo que modelábamos en laboratorio realmente se asemeja muchísimo a lo que ocurre en la realidad.
Otro de los hitos importantes del año 2020 es la firma del acuerdo con BiMEP en junio, por el cual tenemos ya una zona de ensayo reservada para nuestro prototipo.
Y por último, la adjudicación como proyecto europeo de SATHScale, mediante el cual vamos a aprovechar los aprendizajes en la construcción e instalación de nuestro prototipo demostración de dos megavatios en la costa vasca.
¿Cuánto tiempo vais a necesitar para que vuestra tecnología pueda entrar en fase de comercialización?
Estos proyectos conllevan un desarrollo importante. Estamos viendo las primeras licitaciones de proyectos comerciales ahora mismo. Por ejemplo en Francia se va a licitar el primer parque flotante comercial a finales de 2021 o principios de 2022.
Pero si bien la licitación va a tener lugar ahora, no veremos el parque instalado y operando hasta 2025 o 2026. Lo mismo ocurre en Escocia, donde también se están dando los primeros pasos en este sentido. Pero bueno, siendo realistas, estarán instalados en torno a 2026 o 2027.
Por tanto, el ritmo que tenemos en Saitec es tener una tecnología totalmente probada en 2024, y una vez que el prototipo haya sido testado a lo largo de dos años de operación, lo que encaja perfectamente con los plazos de la industria del sector.
El impulso de la regulación, de las ayudas a la innovación o los incentivos para el desarrollo de parques pre comerciales son muy importantes
¿Estáis valorando la posibilidad de que haya un mercado de eólica marina flotante en España donde tenga espacio vuestra tecnología?
Sí, por supuesto. Y conocemos el potencial de varias zonas del litoral en la costa española, tanto peninsular como insular. Y como en España hay muy poca plataforma continental, no hablo de la eólica offshore convencional, es decir, con base fija, porque es inviable.
Los parques eólicos marinos en España van a tener que contar con tecnologías flotantes. Ahora, estamos estableciendo las condiciones, creo que sería bueno que peleáramos un poco más porque todavía estamos a la espera de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, así como de la consolidación de la Estrategia Eólica Marina en España. Nos estamos quedando un poco atrás en esta carrera por implantar la eólica marina flotante a nivel internacional y es una pena.
Tenemos la cadena de valor desde la creación de tecnología, fabricantes y operadores marinos, lo tenemos todo y todo el mundo está esperando a lanzar sus naves. Algunos lo están haciendo, pero todavía tenemos un marco regulatorio que no establece las condiciones de las reglas de juego y eso es lo que nos está deteniendo.
Hay muchas tecnologías y hay muchas patentes, especialmente aquí en España. ¿Crees que igual que ha ocurrido con otras tecnologías, al final una prevalecerá sobre el resto?
Tiendo a pensar que obviamente va a haber una convergencia. A día de hoy hay más de 30 o 40 conceptos diferentes de eólica flotante, cada uno en un nivel de desarrollo.
Y es cierto que cuando ya te acercas a ver cuáles son las tecnologías que realmente tienen un nivel de desarrollo de prototipo ya somos muy pocos. Pero primero va a haber una selección natural del mercado, y serán las tecnologías que hayan llegado a mayores niveles de desarrollo, más competitivas, pero también habrá condicionantes geográficos o políticos.
Sin embargo, no vamos a ver una sola tecnología global en el mercado por lo menos de aquí a diez años. Veremos cuatro o cinco tecnologías. No muchas más. Luego, al final lo que quiere el sector es cierta seguridad.
Y de las más avanzadas, ¿podríamos decir que son las patentes españolas las más avanzadas?
Lamentablemente no. Lo cierto es que tenemos a empresas que están desarrollando tecnologías o parques. Es el caso de Principle Power, la empresa americana que ha desarrollado el concepto de plataforma que se ha instalado primero en Portugal, después en Escocia. Luego la noruega Equinor, que escaló su parque pre comercial.
Pero si es cierto que tanto Principle Power como Equinor van a elegir a España para la fabricación de sus componentes. Tenemos a Navantia que ha estado involucrado en la fabricación de las plataformas SPAR ahora para Equinor, una de las plataformas sumergibles, y para Principle Power y EDP.
Hay otro prototipo que está en la costa francesa. El proyecto se llama Eolmed y es un proyecto que utiliza una turbina de dos megavatios.
Y luego Japón también tiene una serie de prototipos que ya están instalados con turbinas de varios megavatios. Eso no quiere decir que lleguemos tarde, pero necesitamos ponernos al día. El impulso de la regulación, de las ayudas a la innovación o los incentivos para el desarrollo de parques pre comerciales son muy importantes.
¿Dónde debe haber más prioridad, en una regulación favorable o en una financiación más accesible?
Ambos deben ir de la mano, porque por un lado, es necesaria la regulación, pero por otro lado, todas las tecnologías innovadoras e incipiente necesitas un soporte financiero. Si nos fijamos en Francia, el modelo francés se ha posicionado como un sector estratégico. Salió a licitación una subasta de cuatro partes pre comerciales con hasta 50 megavatios de potencia por parque, otorgando una tarifa bonificada pero que permite el acceso al mercado mucho más rápido de las tecnologías que aún faltan por desarrollar.
Nos estamos quedando un poco atrás en esta carrera por implantar la eólica marina flotante a nivel internacional y es una pena
¿Qué son parques precomerciales?
Son parques con una capacidad instalada por debajo de los 50 megavatios. Los parques eólicos marinos tienen dimensiones mucho mayores, lo normal es que lleguen a los 500 MW. Con una implantación de 4 unidades de 10 MW no se puede ser competitivo con la eólica offshore, necesitas una escala mayor para ser totalmente competitivo o al menos ser una parte importante en el mix energético.
Y vuestro prototipo, ¿cuándo se conectará a la red y estará totalmente operativo?
Contando con la construcción de la plataforma se va a completar este año, se prevé que la conexión a red se produzca en la primavera del 20222.
Ahora lo que queremos es que no nos durmamos en los laureles y que se pongan los mimbres para poder seguir avanzando. Los siguientes pasos son instalar más de dos o tres unidades. Y si es algo que podemos hacer en España, mucho mejor.
¿Cuáles son las dificultades que os encontráis al a hora de acudir a entidades financieras?
Es complicado. El primer parque flotante que ha conseguido soporte financiero es el Parque Windfloat Atlantic en Portugal, aunque es parque pre comercial y ha sido el Banco Europeo de Inversiones. Pero las entidades financieras convencionales miran mucho antes de entrar en este tipo de proyectos.
Todo lleva su tiempo, pero estamos viendo que hay un apetito tremendo por los fondos de inversión. Para ver proyectos totalmente financiados por entidades financieras convencionales tendremos que esperar todavía un poco ya.
¿y qué interés se ve desde las energéticas? Porque, al fin y al cabo ellos son también los que pueden estar interesados en comprar la tecnología y acometer esos proyectos.
La mejor prueba del interés de las grandes eléctricas es el acuerdo con RWE, que es una macroeléctrica alemana. De hecho, está situada como la segunda empresa con mayor volumen de megavatios en operaciones en eólica marina, sólo después de Orsted, de la utility danesa.
Están ejecutando una inversión importante en el proyecto de DemoSath, que no es simplemente invertir sino formar parte de lo que hay.
Están Shell, EDP, Equinor, RWE... Y las empresas que no tomen la iniciativa se quedarán atrás
Muchas veces se cumple el dicho de que no se es profeta en la propia tierra. Es cierto que hemos hablado con toda las eléctricas comercialmente interesadas en el sector. Pero al final el que se ha llevado el gato al agua es RWE. Y ahora estamos muy contentos con la colaboración.
Digamos que en 2021 ya se ha empezado a generar un ruido de que la estrategia de la eólica marina está al llegar, de que va a haber una regulación en este año. Y a partir de ahí la cantidad de eléctricas y desarrolladores que están contactando con nosotros para saber más y entrar en España es enorme.
¿También habéis involucrado una constructora como Ferrovial?
Este es un proyecto de grandes dimensiones. Necesitamos desde comprar la turbina, construir la plataforma hasta adaptarla a que sea flotante.
Saitec estudia cómo limita la dinámica del comportamiento de la plataforma para que una turbina que, generalmente está instalada en cimentaciones de base fija, no sufra excesivos esfuerzos o daños y siga trabajando en otras condiciones.
Y como nuestra plataforma está construida en hormigón, no necesitamos un gran astillero para construirla, necesitamos una constructora de ingeniería civil y ahí entra Ferrovial, es decir, una constructora. Nos hemos decantado por la fabricación de hormigón, porque creemos que es mucho más competitiva, además era mucho más fácil conseguir este material a nivel local, allá donde vayas.
Abrimos otro melón, la posibilidad de que las constructoras puedan entrar en el negocio de las energías marinas.
Uno de los contratos que hemos cerrado hasta la fecha más importante es el de Ferrovial. Es el contrato más relevante porque es el de la propia construcción.
Los fondos europeos miran a proyectos de innovación y la eólica flotante es la candidata perfecta para optar estos fondos. ¿Vais a solicitar esa financiación?
Sí, estamos participando activamente junto con Asociación Empresarial Eólica. La semana pasada enviamos una manifestación de interés al Ministerio de Industria, que es uno de los primeros ministerios que han abierto este proceso. Pero estamos abiertos a otros posibles procesos, por ejemplo, en el Ministerio para la Transición Ecológica. Es donde realmente podría tener un encaje clarísimo. Y sí esperamos realmente que parte de los fondos vayan al impulso de la eólica marina.
¿Ya es rentable la eólica flotante?
Los números que tenemos llevan a una buena rentabilidad con volúmenes. Es muy difícil que sea viable con una sola unidad, eso no puedes amortizarlo. Si traes un barco de Holanda con una sola pieza, para una operación puntual, y se vuelva a ir. Esa movilización te cuesta un ojo de la cara. Pero si hablamos de amortizar 100 unidades vamos a otras cifras.
No es tanto el que la tecnología no esté en ese nivel de competitividad, sino que estamos esperando a que haya licitaciones grandes y a poder demostrar esa rentabilidad.
Toda la cadena de valor relacionada en el sector ha bajado mucho los costes, se ha avanzado mucho, los desarrolladores de tecnología, los fabricantes, etc., y la curva de aprendizaje se está acelerando. Ahora es cada vez más fácil empezar a desarrollar un nuevo parque, una nueva iniciativa y sobre todo también porque está llegando a conocimiento de mucha más gente.
Hace cinco años hablaba de eólica marina y era algo extraterrestre. Pero la gente va acostumbrándose. Y es algo que también queremos intentar hacer, un proyecto que nos sirva a nosotros como impulso en el desarrollo tecnológico, pero también un reto para dar a conocerla en España.