Estados Unidos y China vuelven a sentarse para tomar medidas en la lucha contra el cambio climático. Una buena noticia para el planeta y una señal para el sector financiero y la economía global. De sus decisiones, junto con la Unión Europea a la cabeza, supondrán un viraje de 180º después de cuatro años de incertidumbres, con Trump en la Administración estadounidense.
Además, han anunciado que lo harán "con la seriedad y urgencia que exige" intensificando los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono. Es una rara demostración de cooperación en medio de la escalada de tensiones por una serie de otros problemas.
El acuerdo, que incluía pocos compromisos específicos, fue anunciado el sábado por la noche, hora de Washington, tras la visita del enviado climático del presidente Biden, John Kerry, a China durante tres días de conversaciones en las que los negociadores lograron no desviarse por esas disputas.
Cumbre virtual del clima
"Es muy importante para nosotros tratar de mantener esas otras cosas alejadas, porque el clima es un problema de vida o muerte en muchas partes diferentes del mundo", dijo Kerry en una entrevista el domingo por la mañana en Seúl, donde se reunió con funcionarios de Corea del Sur para discutir el calentamiento global.
"Lo que tenemos que hacer es demostrar que realmente podemos reunirnos, sentarnos y trabajar en algunas cosas de manera constructiva".
El acuerdo se produce solo unos días antes de que el presidente Biden celebre una cumbre climática virtual con los líderes mundiales, con la esperanza de impulsar a los países a hacer más para reducir las emisiones y limitar el calentamiento planetario a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
Muchos científicos ahora argumentan que el calentamiento debe mantenerse por debajo de ese umbral para evitar perturbaciones catastróficas de la vida en el planeta