La hoja de ruta (Plan España 2050) que ha presentado el Gobierno para las próximas tres décadas dibuja un horizonte lleno de colores para ser un país que alcance la neutralidad climática. Entre los objetivos, se prevé la sustitución de combustibles fósiles, para que nuestro país pueda ahorrarse más de 340.000 millones de euros en importaciones en las próximas tres décadas.
Tanto es así que los partidos verdes en España, Verde Equo y Más País, ya han manifestado que "nos alegramos mucho de un plan que incluye muchas de las medidas que he presentado".
Propone varios objetivos y el más novedoso es el de cambiar la política en materia de alimentación. Se incluye un Plan Nacional para la reducción del desperdicio alimentario siguiendo la senda establecida por la Estrategia Española 2017–2020. Más alimento, menos desperdicio, con el objetivo de reducir la cantidad de alimentos que se desperdicia en nuestro país en un 50% para 2050.
"El cambio climático es ya inevitable, pero estamos a tiempo de evitar sus efectos más destructivos e impedir que estos condicionen el bienestar de las generaciones presentes y futuras, al tiempo que conservamos la biodiversidad de nuestro territorio. Para conseguirlo, tendremos que convertirnos en una sociedad neutra en carbono, sostenible en el uso de recursos y resiliente antes de 2050", dice el Plan.
Y para trazar esta tema, con una nueva visión de España para las próximas décadas "pero también realista", señala el presidente del Gobierno, propone 50 objetivos a alcanzar. Entre ellos incluye la reducción de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% en 2050.
Objetivos a 2050
También se prevé impulsar la transición hídrica como vía esencial de adaptación al cambio climático, logrando una reducción de la demanda total de agua de un 5% para 2030 y del 15% para 2050.
La transformación energética es prioritaria, por eso prevé reducir la intensidad energética primaria en un 36% en 2030 y en un 63% en 2050 con respecto a los valores de 2015. Por otro lado, se quiere lograr que el 100% de la electricidad sea renovable en 2050, situándose este porcentaje en el 74% en el 2030.
Uno de los temas más debatidos en los últimos meses es el papel de la fiscalidad ambiental. Así que se planea incorporar criterios que impulsen una transición ecológica justa, la economía circular y la protección medioambiental.
En relación al sector agrícola, se prevé aumentar la superficie de producción agrícola ecológica hasta un 25% para 2030, en consonancia con la iniciativa Farm to Fork de la UE, y un 60% para 2050. También habrá más superficies forestales arboladas, e incrementar la capacidad de los sumideros de carbono, esencial para alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Reformas profundas
Para alcanzar estos objetivos, el Gobierno quiere poner en marcha reformas profundas en varios frentes, como se señala en el Plan:
1er frente: Consolidar una visión integral de la transición ecológica que, además de impulsar la descarbonización y la economía circular, aproveche mejor las sinergias entre ambas. Una economía sin emisiones no será nunca viable sin una reducción del uso de energía, materiales y productos.
2º frente: Prestar mayor atención a la interacción que existe entre el cambio climático, la degradación medioambiental y la salud de las personas Se propone incorporar al diseño de las políticas públicas el concepto de One Health (Una sola salud).
3º frente: Crear un marco de incentivos e instrumentos fiscales que garantice una transición ecológica eficiente y socialmente justa. El diseño de la fiscalidad ambiental debe ir orientado a corregir las externalidades negativas en el medio ambiente.
4er frente: Fomentar la innovación en la transición energética y ecológica
5º frente: Transformar la movilidad, reduciendo a 2Mt las emisiones del sector del transporte español para 2050 Será esencial prestar especial atención al transporte interurbano de personas y mercancías por carretera.
6º frente: Adecuar la gestión de los recursos hídricos, preparando el sistema para un futuro en el que habrá una menor disponibilidad de agua.
7º frente: Transitar hacia sistemas agroalimentarios sostenibles y saludables.
8º frente: Reducir el riesgo de incendios forestales y mejorar la gestión adaptativa y sostenible de nuestros bosques.
9º frente: Adecuar la gestión de nuestras costas y áreas marinas para hacerlas más sostenibles y resilientes al cambio climático.
10º frente: Mejorar la educación ambiental de la ciudadanía.
11º frente: Reforzar las instituciones públicas para que puedan seguir desarrollando políticas eficaces, integrales y ambiciosas, y favorecer las alianzas entre el sector público, el sector privado y la sociedad civil.