El estreno en Bolsa de la murciana Soltec en octubre pasado abrió la puerta a una nueva vía de financiación para los proyectos renovables, y desató cierta locura que algunos analistas llegaron a describir como burbuja. Poco ha durado la euforia tras el pobre resultado de la salida a bolsa de Ecoener, que incluso cayó un 15% a lo largo del primer día.
Lo lógico con la victoria en Estados Unidos del demócrata Joe Biden y los planes de reducción de emisiones que implica la electrificación de la economía es que las empresas renovables (termosolar, fotovoltaica, eólica, biomasa…) habrían continuado su febril andadura en bolsa, con subidas de precios y aparición de nuevas empresas en los índices. Pero no.
Este año, como dice Norbert Rücker, director de Economía e Investigación del banco suizo Julius Baer, "los mercados financieros van en contra de la agenda política".
En España se han desvanecido muchas expectativas que apuntaban a una salida masiva de renovables al mercado. Capital Energy y Opdenergy se han retirado de sus estrenos de mercado después de lo ocurrido con Ecoener. Las nubes se han posado sobre las renovables, como lo demuestra el pobre comportamiento de las acciones de Solaria (-35%), Grenergy (-36%), Soltec (-41%), Solarpack (-32%) o Greenalia (-24%) lo que va de año.
Caídas del 25% en bolsa
La energía limpia ha caído en promedio un 25% en bolsa, mientras que las empresas productoras de petróleo han subido alrededor de un 35% desde enero pasado. Por ello, Rücker afirma que “la paciencia parece una virtud estos días a la hora de invertir en temas de transición energética”.
Aún así, el horizonte es más que esperanzador. Según un análisis de JBCapital, pese a que el impulso de las energías renovables se revirtió drásticamente en los últimos meses, de niveles de burbuja de 2020 a estar en desuso a estas alturas, hay margen de mejora.
La corrección del precio de las acciones ya fue significativa y ha creado puntos de entrada atractivos en varias acciones y en el sector en su conjunto.
"Las preocupaciones sobre la transición energética no se han desvanecido y, en nuestra opinión, los niveles de valoración de las energías renovables se han vuelto demasiado atractivos para ignorarlos. Es hora de tomar una posición y reiterar nuestra visión alcista en el sector", señalan.
Señales optimistas
El mercado alcista del sector fue impulsado por tres factores, principalmente:
i) La preocupación sobre la transición energética. Ha impulsado la importancia de las tecnologías renovables en el mix eléctrico global y hay una clara acción hacia una mayor electrificación de las economías. Esta es una tendencia estructural de varias décadas y es el motor más importante para el sector.
Y como es una decisión estructural, continuará respaldando la demanda durante los próximos años, ya que este es el camino más fácil para que los gobiernos reduzcan las emisiones sin imponer cambios en la vida de las personas.
ii) La importancia de los criterios ASG de los inversores. Se han incorporado en los procesos de decisión de inversión y estas tendencias suelen durar algunos años.
iii) Políticas monetarias relajadas en todo el mundo. En el cuarto trimestre de 2020 también hubo una gran entrada de dinero en ETF temáticos, lo que impulsó aún más el rally.
JBCapital asegura que este es el motor de apoyo que ahora se está cuestionando, debido a las preocupaciones sobre la inflación. Sin embargo, si la inflación está impulsada por las materias primas, las energías renovables ofrecen cierta cobertura, ya que los precios más altos de las materias primas llevarían a precios más altos de la electricidad en muchas regiones, lo que a su vez aumentaría los rendimientos de los proyectos renovables.
"Con el riesgo de sonar contradictorio desde una perspectiva táctica de arriba hacia abajo, vemos que estas acciones descartan escenarios atractivos desde el punto de vista de la valoración/riesgo-recompensa".
Perspectivas de crecimiento
Por su parte, en el informe "Renewables offer selective value" de Barclays se señala que "no hay duda de la magnitud de la descarbonización del sector energético, donde vemos potencialmente la necesidad de construir 6.000 GW de capacidad renovable solo en los países de la OCDE durante los próximos 30 años".
"Vemos enormes aumentos en el aumento de capacidad en todo el sector eléctrico con una capacidad instalada que casi se triplicará para 2030".
Bajo este escenario, Barclays avisa de que "siguen existiendo importantes riesgos a largo plazo para los rendimientos tanto de los proyectos actuales como de los de nueva construcción" (por ejemplo, riesgos tecnológicos, deflación de precios en el mercado mayorista, precios deflacionarios futuros por la entrada de nuevos proyectos renovables, subastas demasiado competitivas...).
La fijación de precios con rentabilidad positiva se extiende hasta el final del período de transición energética de 2050, y pese a ello, "creemos que se podrá lograr un diferencial ROIC-WACC positivo en esta década como nuestro caso base".
Para la financiera, las empresas de energías renovables de mayor calidad son las que tienen los pipeline "asegurados" frente a las "aspiracionales" y las que acaban de aterrizar en el sector. Dentro de este ranking, la francesa Engie es su Top Pick, seguida de RWE, SSE e Iberdrola. Grenergy y Encavis son las otras más pequeñas preferidas.
En definitiva, parece que se ha desinflado el suflé pero tan solo durante un pequeño periodo de tiempo. Los analistas apuntan a que el sector de las renovables todavía tiene que vivir su época dorada y pronto comenzarán, de nuevo, los movimientos en el sector.
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