El recibo medio de electricidad ha repuntado en mayo un 0,8% con respecto a abril y se ha disparado un 43,8% frente al mismo mes del año pasado, manteniendo así su tendencia alcista de los últimos meses.
De esta manera, la factura de la luz, cuando entra en vigor este mismo martes el nuevo esquema que incentivará un consumo más eficiente por parte de los consumidores, buscando que el importe del recibo final dependa más de cuándo que de cuánto se consume, con el traslado de los consumos a las denominadas horas 'valle', prosigue con las subidas iniciadas en marzo, después de la tregua que dio en febrero tras dispararse en enero por las tensiones provocadas por el impacto de la borrasca 'Filomena' y la ola de frío.
En concreto, la factura media para un consumidor doméstico asciende en el mes de mayo a 75,92 euros, frente a los 75,32 euros de abril, según datos recogidos por Europa Press a partir del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Para hacer un cálculo homogéneo se han incluido en abril el último día de marzo, ya que mayo cuenta con 31 días.
De este importe del recibo en mayo, 14,88 euros corresponden al término fijo, 44,81 euros al consumo, 3,05 euros al impuesto de electricidad y 13,18 euros al IVA.
Este recibo de la luz corresponde a un consumidor medio con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh), propia de una familia con dos hijos.
Con respecto a hace un año, el incremento en el recibo de la luz para un consumidor es de casi el 44%, con una diferencia de más de 23 euros. No obstante, en mayo del año pasado se produjo una fuerte caída de la demanda debido a las restricciones aplicadas tras la declaración del estado de alarma para hacer frente a la pandemia del Covid-19, así como un precio en el mercado de la electricidad especialmente bajo.
Desde septiembre de 2018
Este aumento en el recibo de la luz de mayo se debe, principalmente, al repunte en el precio medio del mercado mayorista de electricidad, el conocido como 'pool', que ha cerrado el mes casi en los 67 euros por megavatio hora (MWh), su nivel más alto en lo que va de 2021 y habría que remontarse a septiembre de 2018, cuando superó los 71 euros por MWh para dar con un nivel más alto.
De hecho, para este lunes el precio de la luz se sitúa en una media por encima de los 88 euros por MWh, niveles que no se veían desde el pasado mes de enero en plena ola de frío por 'Filomena', con picos en sus horas puntas por encima de los 93 euros por MWh.
Esta subida en el 'pool' se debe, principalmente, a unos precios de derechos de emisión de CO2 que han tocado en mayo nuevos niveles récord, así como a un encarecimiento en el precio del gas.
El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante, al IVA y al Impuesto de Electricidad.
El mercado mayorista funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto.
Mientras, están exentos de las oscilaciones en el precio diario los consumidores que están en el mercado libre, ya que cuentan con un precio pactado con su compañía.
En lo que va de 2021, el recibo de la luz asciende a unos 341,8 euros para un consumidor medio, lo que supone casi un 22% más que en los cinco primeros meses del año pasado.
'Beneficios caídos del cielo'
Con el fin de contener este impacto en el recibo de la luz por impacto del CO2, que desde hace un tiempo se ha instalado por encima de los 50 euros por tonelada, en el precio de la electricidad, el Gobierno tiene avanzado ya un mecanismo. Lo prevé llevar este martes al Consejo de Ministros en forma de anteproyecto de ley, para atajar la sobrerretribución que perciben en el mercado mayorista la generación de energía mediante plantas hidráulicas y nucleares, que se traducirá en una reducción de la factura al consumidor.
Con ello, se abrirá paso a la reforma del mercado eléctrico con la eliminación de los conocidos 'beneficios caídos del cielo' para estas tecnologías del 'mix' energético, que estaba incluido en el pacto de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.
Concretamente y con este anteproyecto normativo, las eléctricas tendrán que repercutir en su coste de producción los derechos de emisión del CO2 para estas dos modalidades de generación, por lo que se les descontará del precio del mercado mayorista. De esta forma, su situación será análoga a las condiciones que ya tienen las plantas gasísticas.
La previsión es que, en función de los precios actuales por la emisión de CO2 de unos 50 euros por tonelada, dicha minoración (en caso de ser total) tendría un impacto de al menos 1.000 millones, que a su vez supondría un abaratamiento de la factura del 4 o 5%.
No obstante, y en un escenario de un coste de 100 euros por tonelada de CO2, se alcanzarían los 2.100 millones aunque esos niveles se consideran improbables.