Repsol, en alianza con Axens -proveedor global de soluciones tecnológicas para la industria- y el IFP Energies Nouvelles (IFPEN), instituto francés de reconocido prestigio en investigación y formación en el ámbito de la energía, ha desarrollado y patentado un proceso que mejora el reciclado químico de los residuos plásticos e impulsa la producción de materiales circulares.

En concreto, este nuevo proceso, denominado 'Rewind Mix' y que ha sido desarrollado en el Repsol Technology Lab y en las instalaciones del IFPEN mediante la realización de un plan de desarrollo tecnológico, permite eliminar las impurezas de los aceites de pirólisis procedentes de plásticos usados. Esos materiales son el silicio, el cloro, las diolefinas y los metales, permitiendo así su utilización directa como materia prima y sin necesidad de dilución en las unidades petroquímicas existentes.

Este plan ha incluido pruebas en plantas piloto con diferentes tipos de aceites de pirólisis, definiendo las condiciones exactas en las que operará la futura planta industrial que podrá integrarse en las unidades petroquímicas.

El nuevo proceso se basa en los catalizadores probados industrialmente de Axens y en la amplia experiencia de los tres socios en el campo de la industria petroquímica. Los socios estudiarán la primera aplicación del nuevo proceso en una instalación industrial de Repsol, mientras que Axens comercializará la tecnología mediante la concesión de licencias.

Reciclado químico

La pirólisis es una de las vías más prometedoras para el reciclado químico de los residuos plásticos que de otro modo acabarían incinerados o en el vertedero, y permite la producción de plásticos reciclados de calidad alimentaria y con baja huella de carbono.

El reciclado químico es actualmente una de las soluciones más innovadoras y complementa al reciclado mecánico. Las poliolefinas procedentes de la petroquímica representan actualmente cerca de la mitad de la producción mundial anual de plástico, que se sitúa en unos 400 millones de toneladas, y su reciclado es uno de los principales objetivos.

A día de hoy, el reciclado mecánico se enfrenta a limitaciones debido a la calidad de la materia prima (mezcla de distintos polímeros y elevado contenido de impurezas), lo que afecta directamente a la calidad del producto reciclado y a sus posibles aplicaciones, en particular en el uso alimentario.

Circularidad

Repsol tiene una larga trayectoria en la aplicación de la circularidad en sus productos. En 2015, fue la primera compañía en utilizar a escala industrial el aceite procedente del reciclado químico de residuos plásticos no aptos para el reciclado mecánico convencional, concretamente en su Complejo Industrial de Puertollano.

Además, en 2019, la energética presidida por Antonio Brufau comenzó a comercializar poliolefinas circulares bajo la certificación ISCC Plups. La compañía apuesta por la economía circular como uno de los principales pilares para transformar sus complejos industriales en grandes polos multienergéticos, capaces de utilizar diferentes tipos de residuos y convertirlos en productos de baja huella de carbono.

Según la 'hoja de ruta' marcada en su plan estratégico 2021-2025, Repsol prevé utilizar cuatro millones de toneladas de residuos al año, además de reciclar el equivalente al 20% de su producción de poliolefinas para 2030.

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