El precio de la luz preocupa al Gobierno y no es para menos. El precio mayorista de la electricidad en el mes de junio ha cerrado a un precio récord, el más alto de la historia, y todos los dedos señalan como responsables al gas y al mercado del CO2, pero también a la hidráulica.
"El 10% de la electricidad está relacionado con la quema del gas, los ciclos combinados, que es la tecnología más cara y la más contaminante", ha explicado la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la comparecencia en el Congreso de los Diputados.
Sin embargo, no siempre es la tecnología que marca el precio marginalista. En la mayoría de las horas es la hidroeléctrica la que aprovecha la oportunidad de que el gas esté tan alto, y oferta a un precio superior. Lo que hace que finalmente se pague mucho más el MWh.
"Es un asunto que nos preocupa porque muestra cómo a veces se producen distorsiones en el mercado eléctrico, perfectamente legales pero indeseables desde el punto de vista de la administración pública que debe velar por los intereses de los ciudadanos", ha recalcado la ministra.
La tormenta perfecta
Con una media de 83,3 euros por megavatio hora (MWh), el mes de junio ha superado el precio récord que hasta ahora era de 71,49 euros en el mes de enero de 2017.
"Estamos viviendo una tensión en los precios por el especial incremento del gas y del CO2, coincidiendo con el cambio en el modelo de tarificación de la luz", ha señalado Ribera.
El problema es que "no podemos intervenir en las commodities y en los precios de los mercados internacionales", de los que depende el gas, y además, "seguirá así en los próximos meses".
Un encarecimiento que tiene que ver con una mayor demanda de Asia, por su reactivación económica y su política de abandono del carbón, y en el caso del mercado europeo de CO2, por la mayor ambición de Bruselas en su proceso de descarbonización.
Un cóctel de factores que hace pensar en la 'tormenta perfecta' de enero, por la borrasca Filomena. En invierno se dispara el consumo de gas porque hace frío y en verano la falta de generación hidroeléctrica y de eólica dejan un hueco térmico que hasta hace dos años se cubría con carbón, pero ahora es con gas.
Objetivo, bajar la luz
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado un informe en el que revela que el histórico precio de la factura de la luz en junio se debe a la generación hidráulica. Esta habría influido en el precio de la luz en el 58% de las horas de junio.
OCU argumenta que a pesar de que las subidas del gas y los derechos de emisión de CO2 podrían justificar incrementos en el precio mayorista, fijaron un precio menor que el de la hidráulica. Sin embargo, los altos recibos no cuadran a la OCU y asegura que podría tratarse de una elevación de precios "oportunista" para obtener beneficios extraordinarios a costa de los consumidores.
Esto fue en junio, pero en enero, en plena ola de frío, el agua y las renovables fijaron en el 80% de las horas el precio de la electricidad, y no el gas.
"Es algo que ha estado ocurriendo de manera sistemática en el pasado, pero nunca ha sido tan exagerado", explica a Invertia Javier Colón, gerente de la consultora NeuroEnergía y experto en mercados energéticos.
"El Gobierno tiene en su mano la posibilidad de poner en marcha algunas medidas para controlar estos excesos como la ley que prevé aprobar para recortar los dividendos del CO2", añade. A lo que se conoce como 'beneficios caídos del cielo' se les aplicaría un coeficiente reductor de ingresos que iría destinado a financiar los costes energéticos.
Esto afectaría principalmente a las centrales nucleares e hidroeléctricas, que en España son propiedad de las grandes eléctricas, Iberdrola, Endesa y Naturgy, y en menor medida, de EDP y Acciona Energía.
Revertir las concesiones
Otra de las opciones que se han barajado en el pasado es que el Gobierno recupere las concesiones de los aprovechamientos hidroeléctricos una vez que llegue a su fin el periodo de vigencia actual.
"Revertir las concesiones podría ser una manera de tener un mayor control de las emisiones de CO2, de la gestión del agua y de los precios eléctricos", añade el experto.
La otra opción es la de "incorporar un canon hidráulico revisable que se modificara en función de los precios del mercado mayorista".
La solución no se presenta fácil, porque "normalmente las compañías que tienen una central hidroeléctrica suelen tener de todo, ciclos combinados, centrales térmicas, parques renovables... y como empresas buscarán maximizar sus beneficios en lo que es su negocio, vender electricidad", concluye.
"No puede ser que paguemos el agua a precio de champán", explica a Invertia por su parte Daniel Pérez, responsable del Departamento Jurídico de la comercializadora Holaluz.
"La ley que se prevé aprobar de los dividendos de CO2 va por el buen camino, pero coincido en que la reversión de las concesiones, una vez que finalicen, es la otra opción". De hecho, "no entro en si debe ser gestión privada o pública, pero el Gobierno sí puede poner condicionantes a la explotación de un salto de agua".