El comisario José Manuel Villarejo espió a Ignacio Galán mientras intentaba obtener encargos de Iberdrola
Las agendas del expolicía reflejan que pretendió trabajar para la compañía energética y para Florentino Pérez al mismo tiempo.
6 julio, 2021 02:12Noticias relacionadas
Sacarle dinero a todo el mundo, especialmente si cotiza en el Ibex. Las anotaciones que plasmó el excomisario José Manuel Villarejo en sus agendas de 2007 a 2016, incautadas en un segundo registro llevado a cabo en su domicilio el pasado octubre, reflejan el afán del policía-empresario en ser contratado por las grandes compañías del país, sin tener escrúpulos en que fueran competidoras o estuvieran enfrentadas.
Es el esquema que siguió en el caso de Sacyr y Repsol en 2011, ofreciendo a cada una de ellas espiar a la otra con ocasión del conflicto que se desató por el pacto de Luis del Rivero con la petrolera mexicana Pemex. Y ese doble juego fue intentado también en el caso de Iberdrola y ACS a tenor de las notas escritas por Villarejo, conocidas por EL ESPAÑOL.
La primera de esas anotaciones arroja un dato desconocido hasta ahora: el excomisario controló actuaciones del propio presidente de Iberdrola y espió alguna de sus conversaciones. El 9 de abril de 2007 escribió junto al nombre Ignacio Galán lo siguiente: "Estaba comiendo con 2 sujetos. Uno con bigote y pelo canoso".
"Hablaban de problemas en puerto marítimo en islas (puede ser Fuerteventura, Lanzarote)", añadió a continuación.
"Trabajar para los dos"
Otro apunte fechado el 13 de junio de 2007 se refiere a manifestaciones de BIG, siglas con las que Villarejo se refería a su socio (según los investigadores) y entonces comisario en activo en la Policía Enrique García Castaño: "Promete hacer gestiones con AS y con Florentino para trabajar con los dos".
AS es Antonio Asenjo, ex director de seguridad de Iberdrola e investigado en el caso Tándem, al igual que el propio Villarejo y García Castaño.
Fue Asenjo el que, a sugerencia de Miguel Ángel Fernández Chico, que fue director adjunto operativo de la Policía, contactó en 2004 con Villarejo para hacer frente a la oposición y los sabotajes que estaba encontrando Iberdrola en Arcos de la Frontera (Cádiz) hacia el proyecto de construcción de una central de ciclo combinado que supuso una inversión de 850 millones de euros.
Villarejo infiltró a empleados suyos entre los opositores y logró anticiparse a sus movimientos mediante la información que obtenía. Lo llamó Proyecto Arrow. El juez instructor del caso Tándem, Manuel García-Castellón, considera ilegal la actuación de Villarejo porque accedió al tráfico de llamadas de distintas personas sin autorización para ello.
El magistrado también considera ilegal un segundo encargo de Asenjo a Villarejo consistente en obtener información sobre Manuel Pizarro "referido a sus etapas anteriores a su actual puesto en END [Endesa], actividades llevadas a cabo de dudosa legalidad en su etapa de Bolsa, por ejemplo, empresas en las que participa bien directamente o a través de su entorno más directo, relación de bienes, etc.”, según un informe del excomisario sobre el proyecto que denominó Black Board.
En una declaración prestada el 3 de febrero de 2020, Asenjo manifestó al juez que encargó ese informe sólo sobre hechos pasados de la vida del entonces presidente de Endesa y porque se había enterado de que esta compañía "estaba solicitando informes de directivos de Iberdrola". "Era un momento convulso dentro del sector energético", dijo, "y yo quiero enterarme también de cosas del señor Pizarro".
En las nuevas agendas de Villarejo halladas en su vivienda no hay alusiones ni al proyecto Arrow ni a Black Board. Asenjo había dejado de contratar al presidente del Grupo Cenyt en 2006. Los mensajes reflejan los intentos de Villarejo de conseguir nuevos encargos: "AS. Sobre los temas pendientes dice que paciencia y saldrán", escribió el 12 de abril de 2007.
Salieron. Antonio Asenjo volvió a contratar a Villarejo a finales de 2008 para investigar a un directivo de Iberdrola del que se sospechaba que podía estar cobrando comisiones de un proveedor y que, además, podía tener relación "con personas muy próximas a Florentino Pérez". En aquel momento el presidente de ACS estaba en plena operación para acceder al consejo de administración de Iberdrola.
"Encargo formal 2 temas. Verificar si es cierto que GAS es corrupto-Datos sobre Floro", escribió el comisario Villarejo.
A partir de ese momento las anotaciones sobre GAS (siglas con las que Villarejo se refería al directivo investigado) son constantes. Y también se detecta la presencia de García Castaño: "4-2-2009. BIG: Pide datos de GAS para actuar". "4-2-2009: GAS: BIG y correo". García Castaño era entonces jefe de la UCAO (Unidad Central de Apoyo Operativo de la Policía) y tenía acceso a bases de datos privilegiadas, como números de teléfono o tráfico de llamadas.
Villarejo también hizo apuntes sobre Florentino Pérez, como el de 24 de marzo de 2009: "FLOR- Organizar rastreo de actividades. Especialmente BASURAS".
Asenjo declaró al juez que "en ningún momento" encargó a Villarejo investigar al presidente de ACS, aunque el excomisario se lo planteó, según él para sacarle más dinero.
Poniendo distancia
Iberdrola pagó a Cenyt un millón de euros, IVA incluido, entre octubre de 2004 y febrero de 2009. Las anotaciones realizadas por el excomisario a partir de abril de 2009 denotan el distanciamiento de Asenjo.
"Está mosca con el tema de Chema [GAS]", apunta el 16 de abril. "Sigue seco, pero espera resultados" (22 de abril). "Se le nota que sigue desconfiado. Hay que buscar otras opciones" (25 de mayo). "Llamé y no cogió el telf" (13 de mayo), "No cogió el teléfono tampoco hoy. Empiezo a mosquearme" (14 de mayo), "Reunión agradable en hotel P. Castilla. Aparto caña, prensa, nota general y proyecto-factura. Le pido 300 y pone mala cara" (17 de junio).
La fluidez de la relación con Asenjo no se retoma hasta finales de 2011, cuando el director de seguridad de Iberdrola encarga a Villarejo una investigación patrimonial del empresario rumano Christopher Kaap, deudor de la energética española.
Iberdrola defiende la legalidad de ese contrato, llamado Proyecto Wind, porque había obtenido un laudo favorable en Suiza cuya ejecución estaba siendo obstaculizada por Kaap. El encargo tuvo dos fases (una en 2011 y otra a principios de 2017) y supuso el abono a Villarejo de un total de 114.200 euros, IVA incluido.