La buena marcha de Repsol en lo que va de año, permite a su consejero delegado, Josu Jon Imaz, mostrarse optimista para los próximos meses. En un encuentro con analistas tras la presentación de resultados del primer semestre de 2021, ha señalado que "soy un poco más optimista que hace dos o tres meses, porque hemos visto un claro aumento de volúmenes y demanda en nuestros mercados".
La energética prevé acelerar todavía más su apuesta por las renovables y el hidrógeno verde con respecto a los objetivos marcados hace unos meses en su plan estratégico. Además, ha abierto la puerta a anticipar sus compromisos de dividendos en el actual contexto de recuperación de los precios del crudo, tras el impacto el año pasado por la Covid.
Imaz ha señalado que en su estrategia el grupo fue "cauteloso" con una 'hoja de ruta' diseñada bajo un precio del barril de 50 dólares -actualmente el Brent cotiza a unos 74 dólares-.
"Vamos a estar enfocados en eficiencia, disciplina de capital, control de inversiones y compromiso de política financiera para mantener la calificación crediticia vigente", ha señalado.
Además de eso, "probablemente a fin de año, podríamos decidir la recompra de acciones".
Dividendos
No obstante, el directivo consideró que el actual escenario permite, manteniendo la aceleración en las inversiones en transición energética, la posibilidad de anticipar los compromisos de retribución a los accionistas y que podría proponer a finales de este año la primera recompra de acciones incluida en el plan estratégico del grupo, "vista la posición de caja".
Según su política de dividendos, Repsol prevé destinar hasta unos 6.700 millones de euros a la retribución de sus accionistas a través del pago del dividendo en efectivo y de la recompra de acciones, en los próximos cinco años.
En concreto, el grupo prevé repartir dividendos en efectivo por un total de 4.700 millones de euros hasta 2025, con el abono en 2021 de un dividendo de 0,60 euros por título ('scrip dividend' más dividendo en efectivo), cantidad que prevé incrementar progresivamente a lo largo del plan, hasta alcanzar los 0,75 euros por acción.
En 2025, la remuneración al accionista superaría el euro por acción, incluyendo el pago en efectivo y la recompra de acciones que estaba previsto que se realizara a partir de 2022.
Ambición climática
En lo que respecta a su capacidad en generación de bajas emisiones -que incluye cogeneración y ciclos combinados-, la energética ha elevado su meta a los de 8,3 gigavatios (GW), frente a los 7,5 GW que anunció el pasado mes de noviembre.
Entonces se anunció el plan estratégico para 2021-2025, según consta en una presentación remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Este incremento de más del 10% en sus objetivos en generación baja de emisiones, uno de los pilares en el modelo del grupo hacia la descarbonización, se apoya en las expectativas de la energética de crecimiento en renovables.
Así, en energías 'verdes' la compañía acelera su meta hasta los 6 GW, aumentando en 800 megavatios (MW) los 5,2 GW previstos en su plan estratégico.
En lo que se refiere al hidrógeno verde, lo ha señalado como otro de los otros importantes vectores para la descarbonización de la industria y donde aspira ser líder en hidrógeno renovable en la Península Ibérica. Imaz ha elevado también sus objetivos a 2025 hasta los 550 MW, frente a los 400 MW marcados anteriormente, y prevé superar los 1,9 GW en 2030, casi un 60% más de producción con esta tecnología de los 1,2 GW señalados en su plan estratégico.
Respecto al negocio de renovables, Imaz insistió en que Repsol sigue trabajando en la combinación de la salida a Bolsa y la incorporación de un socio para su crecimiento.
A este respecto, recordó que la compañía esta en el plazo de 18 meses que se dio el pasado mes de noviembre para tener el vehículo que permita acelerar el crecimiento de este negocio.