Los precios históricamente altos de la luz que se están viviendo en nuestro país y en Europa se deben, entre otras razones, al elevado precio del gas en el mercado internacional, especialmente en el de referencia, el TTF holandés. Un gas que vive tensionado no solo por el aumento de la demanda asiática sino también por un in pass en el suministro de gas de Rusia, a falta de poner en marcha el polémico gasoducto NordStream 2.
Según el diario oilprices.com, los precios récord del gas en Europa están relacionados con los suministros de gas natural ruso que han sido sospechosamente bajos en las últimas semanas, coincidiendo con una creciente preocupación sobre los escasos niveles de inventario de Europa a medida que se acerca el invierno.
Los suministros se han reducido a un cuarto de sus niveles normales y han empujado a que el precio mayorista del gas alcanzase un récord de 45,78 euros por megavatio hora en parte a los temores sobre menos gas en el futuro.
Y todo ocurre justo cuando Rusia está a punto de poner en marcha el gasoducto NordStream 2, un tubo de 2.460 kilómetros que llevará gas desde el Ártico hasta Alemania a través del mar Báltico.
El proyecto ha costado 9.000 millones de euros y forman parte de él, además del gigante energético ruso Gazprom, el consorcio que incluye a la compañía alemana de energía Uniper, la compañía de petróleo y gas Wintershall Dea, la holandesa-británica Shell Energy, la compañía austríaca de petróleo y gas OMV y la francesa Engie, que financió el 50% del proyecto.
Varapalo judicial
Alemania siempre ha defendido en Bruselas la necesidad de ampliar el suministro de gas ruso ante el cierre de sus nucleares y del carbón, pese a aumentar la dependencia de Europa del gas ruso.
Sin embargo, la Comisión Europea consiguió aprobar la directiva de gas de la UE que evitaba el monopolio energético de terceros países en el Viejo Continente. Ahora un tribunal de Düsseldorf (Alemania) ha desestimado la solicitud de los propietarios del gasoducto de excluirlo del régimen de esta normativa.
Un varapalo que se une a la intención de aprobar un impuesto al carbono fronterizo de la UE (con unos costes estimados para los exportadores rusos de 1.100 millones de euros/año). La dependencia de los combustibles fósiles también tiene un precio elevado para Moscú.
Esta tensión llevó a la canciller alemana, Angela Merkel, a advertir a Rusia que podría enfrentarse a sanciones si intentaba usar el gas natural como arma de presión política.
Rusia, principal suministrador en España
Y si Rusia parece que está muy lejos y que el gas ruso en Europa no tiene repercusión en España, no es así. El MIBGAS, Mercado Ibérico de Gas, fija sus precios en relación al de referencia holandés, al TTF.
Y además, Rusia es el principal suministrador de GNL (gas natural licuado) a España, con datos del informe "Operación y Programación del Sistema Gasista" de 2021 de Enagas.
El 27,5% del total de las importaciones de GNL a nuestro país provienen directamente de Rusia por barco hasta el puerto de Bilbao.
"Lo que ocurre en Rusia influye directa e indirectamente en los precios del gas en España y por tanto en los precios de la luz", explican expertos del sector gasista a Invertia. "Y aunque en lo que va de 2021, el 50% del suministro proviene por gasoducto de Argelia (32,9 TWh) y el otro 50% es por barco (33,2 TWh), en el MIBGAS se fija el precio en función este último".
"Lo que ocurre en Europa con el precio del gas afecta a los precios de la luz, son vasos comunicantes", puntualizan otras fuentes del sector. "Aunque no dejamos de ser una isla energética, y por ejemplo, en casos de ola de frío en el norte de Europa, apenas nos afecta".