España, y casi toda Europa, se encamina hacia un invierno muy duro. La crisis energética que comenzó meses atrás se extenderá hasta la próxima primavera y, si no hay nada que lo impida, los que puedan tendrán que apretarse el cinturón y los que no, echar el cierre definitivo. Pero, ¿se puede evitar ese escenario de precios del gas por encima de los 100 euros/MWh o de la luz más allá de los 250 euros/MWh?
"Si no se reforma el mercado mayorista de electricidad europeo, el gas seguirá marcando el precio marginalista, mientras que el resto de tecnologías podrían vender su producción a un precio mucho más bajo", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Javier Colón, experto en el sector eléctrico y socio de la consultora Neuroenergía.
"No tiene sentido en un contexto de transformación energética el modelo que se utiliza hasta ahora para casar los precios y, sobre todo, si no queremos que escenarios como el actual vuelvan a repetirse en el futuro", asegura.
Reforma del mercado eléctrico
Sería la primera de las claves para evitar un invierno de 'terror' energético. El mundo vive una etapa de escasez de gas, que se ha convertido en la energía de respaldo de la transición energética. La gran escalada que vive Europa este año ha rebasado toda previsión y no existe paralelismo histórico.
La Comisión Europea ha tardado pero, por fin, su presidenta, Ursula von der Leyen, ha anunciado que asume las tesis de España y Francia, que reclaman una reforma del mercado europeo de la electricidad como receta imprescindible a corto plazo para frenar la subida imparable de la luz.
Sin embargo, no todos los expertos piensan así. Durante la jornada 'El futuro del sector eléctrico', organizada por la Universidad de Comillas y Enerclub, Carmen Becerril, presidenta de OMIE, señaló que "cuestionarse ahora la reforma del mercado eléctrico, en plena crisis geopolítica, no es la mejor solución".
"Deberíamos dejar de ver el mercado mayorista como si fuera 'El Mercado', porque además del diario e intradiario, existen otros como los mercados a plazo, a dos, tres e incluso diez años o contratos bilaterales. Hay otros mecanismos donde se puede acudir y evitar la volatilidad del pool".
En la misma línea estaba Nemesio Fernández Cuesta, exsecretario de Estado de Energía durante el Gobierno de Aznar. "El mercado marginalista es el mejor modelo para conseguir la transición energética. Cuantas más renovables tengamos, veremos más diferencias de precios entre horas y eso permitirá el desarrollo del almacenamiento".
Más eólica y más agua
Además del repunte de los precios del gas en Europa por un invierno largo y frío que agotó las reservas, un suministro de gas más reducido de lo esperado y otros factores relacionados con el clima, también ha coincidido una disponibilidad de energía eólica inferior a la habitual en los últimos meses.
Según los analistas de Grupo ASE, en "un tercio de los días de septiembre no hubiéramos necesitado gas en las horas centrales del día si la eólica hubiera mantenido su aportación cuando aumenta la fotovoltaica".
"Es posible que, si comenzara a soplar el viento, podría bajar el precio de la luz, pero tendría que soplar mucho, durante mucho tiempo y a ser posible por todo el mundo", añade el consultor Javier Colón.
"Y además de soplar el viento, debería llover lo suficiente como para que la hidráulica también impulsara a la baja los mercados eléctricos en Europa".
Sin embargo, la reforma eléctrica aprobada por el Gobierno el pasado mes de septiembre en el Real Decreto-ley 17/2021 podría ser un obstáculo. "Si es verdad que han parado determinados parques eólicos o fotovoltaicos porque no les sale a cuenta vender su producción en el mercado mayorista, en concreto los que no están en algún régimen de retribución regulada o están sujetos a una minoración de su retribución, de nada serviría que soplara el viento".
Y respecto a las centrales hidroeléctricas, Colón se pregunta si las medidas para controlar el "vaciado de los embalses" recogidas en el mismo Real Decreto-ley podrían ser incluso contraproducentes. "Obliga a desembalsar entre un mínimo y un máximo cada mes, pero... ¿y si al mes siguiente necesitas el agua y ya no lo tienes?".
Un invierno más suave
El mercado mundial del gas también tuvo su efecto en el primer trimestre del año, con fuertes rachas de frío en el este de Asia y América del Norte, seguidas de olas de calor en Asia y sequías en varias regiones. El calendario marca la llegada del invierno en el hemisferio norte, lo que podría repetir situaciones parecidas.
Pero, en el corto plazo, una climatología ventosa y un invierno suave podrían aliviar la situación. Aun así, según señalan los analistas de Grupo ASE, el problema de raíz continuaría ahí: la política de descarbonización implicará un déficit energético transitorio durante toda la década.
Un invierno más templado, como lo fue el de 2018 o 2019, disminuiría aún más la presión sobre el mercado de gas. Las cotizaciones del gas para el invierno rondan los 90 euros/MWh, muy lejos de los 12-14 euros/MWh del año pasado.
"La única esperanza si todo falla es que aumente la oferta de gas en los mercados internacionales", concluye Colón. "Es difícil ver ese escenario, pero si no hay más gas y la demanda sigue siendo alta, no nos libraremos de ver precios en el mercado mayorista español por encima de los 250 euros/MWh en los próximos meses".