El sector de las energías renovables alcanzó los 12 millones de empleos el año pasado, frente a los 11,5 millones alcanzados en 2019, según la octava edición de Renewable Energy and Jobs: Annual Review 2021 (Energías renovables y empleo: balance anual 2021).
El informe fue presentado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) durante la inauguración de alto nivel del Marco de Colaboración de IRENA sobre Transición Energética Justa e Inclusiva.
Entre sus principales conclusiones, destaca que la Covid-19 provocó demoras y alteraciones en las cadenas de suministro, con distintos efectos en los empleos en función del país y el uso final, así como del segmento de la cadena de valor.
La energía solar y eólica siguieron liderando el crecimiento del empleo a escala mundial en el sector de las renovables, con un total de 4 millones y 1,25 millones de empleos respectivamente. Sin embargo, los empleos en el segmento de los biocombustibles líquidos registraron una tendencia a la baja, motivada por la caída de la demanda de combustibles para el transporte.
En lo que respecta al alumbrado solar sin conexión a la red, las ventas se resintieron, pero las empresas lograron limitar las pérdidas de empleos.
Por países
Con una cuota del 39%, China se situó a la cabeza de los empleos en el sector de las renovables a escala mundial en 2020, seguida del Brasil, la India, Estados Unidos y países miembros de la Unión Europea.
El sector también está creando empleo en muchos otros países, entre ellos, Vietnam y Malasia, principales exportadores de energía solar fotovoltaica; Indonesia y Colombia, con grandes cadenas de suministro agrícolas para biocombustibles; y México y Rusia, donde está creciendo la energía eólica.
En África Subsahariana los empleos en el segmento de la energía solar están en fase expansión en distintos países como Nigeria, Togo y Sudáfrica.
Previsiones de la COP26
"La capacidad de las energías renovables para crear empleo y cumplir los objetivos climáticos está fuera de toda duda. La COP26 está a la vuelta de la esquina y los gobiernos deben aumentar su nivel de ambición para reducir a cero las emisiones netas", afirma Francesco la Camera, director general de IRENA.
"Solo hay un camino: aumentar las inversiones en una transición justa e inclusiva, aprovechando plenamente los beneficios socioeconómicos a medida que vamos avanzando".
"El potencial de las energías renovables para generar empleo decente indica claramente que no tenemos que elegir entre la sostenibilidad ambiental por un lado y la creación de empleo por otro. Ambas cosas pueden ir de la mano", declaró el director general de la OIT, Guy Ryder.
Situación de las mujeres
El informe, que reconoce que las mujeres sufrieron más durante la pandemia porque tienden a trabajar en sectores más vulnerables a las crisis económicas, destaca la importancia de una transición justa y del empleo decente para todos.
Se deben garantizar salarios dignos, la seguridad en los lugares de trabajo y el respeto de los derechos en el trabajo. Una transición justa pasa por una mano de obra diversa, con igualdad de oportunidades para las mujeres y los hombres, y con trayectorias profesionales para los jóvenes, las minorías y los grupos marginados. Las Normas Internacionales del Trabajo y los convenios colectivos son decisivos en este contexto.
Más aún, el trabajo elaborado por IRENA y la OIT muestra que durante la transición energética serán más los empleos que se creen que los que se pierdan.
Un escenario de sostenibilidad mundial hasta 2030 de la OIT calcula que los empleos nuevos, de 24 a 25 millones, superarán con creces las pérdidas de empleos, entre 6 y 7 millones. Unos 5 millones de los trabajadores que perderán su empleo podrán encontrar empleos nuevos en la misma profesión, en otro sector. El informe World Energy Transition Outlook (Perspectiva mundial de las transiciones energéticas) de IRENA prevé que el sector de las renovables podría dar empleo a 43 millones de personas de aquí a 2050.
Las alteraciones en los suministros transfronterizos provocadas por las restricciones relacionadas con la Covid-19 han puesto de relieve la importante función de las cadenas de valor nacionales, cuyo refuerzo favorecerá la creación de empleo y la generación de ingresos a escala local, por conducto de actividades económicas nuevas y existentes.