No hay salida más que el cierre de las centrales de carbón si se quiere evitar que siga subiendo el precio de la electricidad en Europa. Es la principal conclusión del estudio realizado por los analistas alemanes del mercado energético Aurora Energy Research, 'Preserving the Competitiveness of European Industry & Power Prices'.
En su opinión, retrasar la expansión de las energías renovables elevaría el precio del CO2, lo que provocaría un aumento de los precios de la electricidad y amenazaría la competitividad de la industria europea.
De hecho, un despliegue acelerado de eólica y solar estabilizaría el precio del CO2 en los niveles actuales hasta 2030. La expansión lenta y la salida retrasada del carbón llevarían a los precios a un aumento del 80% durante el mismo periodo.
Los precios subirían aún más si se combinara la lenta acumulación de energías renovables en la UE con un refuerzo adicional de la generación de carbón. Un análisis basado en el plan PEP2040 de Polonia, si el país centroeuropeo continúa quemando carbón hasta 2049, el precio del CO2 se duplicará con creces para 2030, lo que aumentará los costes para las empresas en toda la UE.
Reducir a la mitad
Sin embargo, una rápida expansión de las renovables estabilizaría o, incluso, reduciría los precios de la electricidad en Europa para 2030. Y pone varios ejemplos: Alemania con un recorte de costes en un 14%; Polonia, con un 26%, o Italia un 20%. Por el contrario, si se estanca su desarrollo, aumentarían los precios en Alemania en un 31% y en Polonia en un 14% (en cada caso, en comparación con la primera mitad de 2021).
Aurora Energy Research propone también la reducción de la dependencia del sector eléctrico del gas natural y contrarrestar los futuros choques de precios del gas.
"La lenta expansión de las energías renovables está poniendo en peligro la competitividad de la industria europea". La subida del precio del CO2 tendría un efecto directo sobre el precio de la electricidad en toda Europa.
'Fit for 55' vs. gas
Los ambiciosos objetivos climáticos establecidos por la UE en su paquete Fit for 55 se lograrán en gran parte en el sector de la electricidad y la industria a través del comercio de derechos de emisión en toda Europa.
Sin embargo, "no es garantía de que los mercados de la electricidad se desarrollen manteniendo la competitividad industrial a largo plazo. Esto se debe a cómo evolucione el precio del CO2 y los precios mayoristas de la electricidad, y ambos son críticos para las empresas", ha dicho Casimir Lorenz, líder de programa en Aurora Energy Research.
Para el análisis, que fue encargado por la European Climate Foundation, Aurora desarrolló un modelo novedoso que simula la evolución de los sectores eléctrico e industrial basado en presupuestos de emisiones decrecientes y otras medidas como las ayudas a las renovables o los CFD de carbono.
Dos escenarios
Los expertos de Aurora propusieron dos escenarios diferentes: el primero, un escenario pesimista, supone que los países europeos no logran eliminar los obstáculos existentes para la expansión de las energías renovables.
Por ejemplo, al dejar muy poco territorio disponible para la energía solar y eólica, al mantener reglas rígidas de distanciamiento y al no acelerar los procesos de obtención de permisos. "En este caso, necesitaremos más centrales de ciclo combinado (gas) en los próximos años para satisfacer la creciente demanda de electricidad mientras se elimina el carbón", dice Linus Beer, analista sénior de Aurora Energy Research.
Además, si Polonia decidiera seguir adelante con su política energética, requeriría cantidades significativas de ayudas directas para la generación de carbón, en su mayoría no rentable, en 2030. Además de posibles desafíos legales debido a la regulación de ayudas estatales, el gobierno polaco sería criticado por arriesgar la competitividad de la industria europea en aras de extender la vida útil de la industria del carbón polaca durante unos años.
Este aumento de los precios de la electricidad tendría un impacto significativo en la competitividad de la industria europea. También hay otro factor: "Más centrales eléctricas de gas también significan más importaciones de gas y, por lo tanto, una dependencia geopolítica aún mayor de la UE de los países proveedores", dice Lorenz.
"Actualmente estamos experimentando cómo esto se puede traducir con el aumento del precio del gas, que también está haciendo subir los precios de la electricidad y sobrecargando a toda la economía europea". Esto afecta particularmente a los países que ya operan muchas centrales eléctricas de gas, como Italia, que hoy tiene una participación del 42% del gas en la generación de electricidad, y que aumentaría al 45% bajo el guion más pesimista.
Escenario optimista
En el segundo escenario, los autores del estudio asumen que los Estados de la UE eliminan los obstáculos para el despliegue de energías renovables y alinean sus objetivos de expansión con el plan de la UE para reducir las emisiones de carbono en un 55% hasta 2030.
"Si los países europeos aceleran el desarrollo de energías renovables, se necesitarían menos centrales eléctricas de gas", dice Beer.
"Estabilizaría el precio del CO2 en el ETS al nivel actual. Como consecuencia, los precios mayoristas de la electricidad también se estancarían, y en algunos países incluso bajarían".
Por ejemplo, Polonia podría esperar una reducción del 26% en comparación con la primera mitad de 2021 (es decir, antes del reciente aumento de precios), Italia un 22% menos y Alemania un 14% menos.
En términos de competitividad, la conclusión del estudio es clara: sería una forma efectiva de contrarrestar el riesgo de aumento de los costes de la energía, que podría convertirse en una amenaza para Europa.
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