Casi un año después de que la multinacional estadounidense Alcoa anunciara el cierre de la fábrica de aluminio de San Cibrao, en Cervo (Lugo), poco podía sospechar que le iba a resultar tan difícil. Y, más aún, ahora, cuando el Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que anuló el expediente de regulación de empleo (ERE) que pretendía ejecutar y, con ello, despedir a más de 500 trabajadores.
A partir de esta decisión judicial, ¿cuál será el siguiente paso de este 'culebrón'? "La única opción que le queda es vender", explican fuentes cercanas a la compañía a EL ESPAÑOL-Invertia. "Lo que no está claro es a quién y cómo".
Precisamente, la clave del encallamiento de este proceso es que Alcoa siempre ha querido que SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) fuera el intermediario entre la compañía y los compradores. "Lo que quieren es quitarse responsabilidades futuras y que las asuma el estado español", explican fuentes sindicales a este diario.
Aún así, la multinacional ha declarado, una vez conocida la sentencia, que "a pesar de la difícil situación, nunca ha propuesto cerrar la planta y ha ofrecido numerosas alternativas razonables, como un ERTE y mantener las cubas de electrólisis en condiciones de reinicio". Sin embargo, añade la opción de "una venta a SEPI para una transferencia posterior a un tercero, o la posibilidad de una venta directa a un tercero si la planta obtiene previamente acceso a un marco energético competitivo".
Tender la mano
Por su parte, el Gobierno central tiene clara su posición. En septiembre, la ministra de Industria, Reyes Maroto, dijo en el Congreso que "habrá solución si Alcoa quiere que haya solución" pero que no intervendrá la SEPI porque ya rechazó hace un año la intervención pública. Aún así, asegura que "seguimos con la mano tendida a la empresa para colaborar en la búsqueda de posibles inversores".
"Hemos velado por el mantenimiento de las capacidades productivas de la planta. Ahora toca mover ficha a Alcoa", ha afirmado. La ministra, que en un intento de solucionar el conflicto, viajó a Estados Unidos, al corazón de la compañía, el pasado julio para avanzar en una solución que garantice el mantenimiento de las capacidades industriales y los empleos en la comarca de A Mariña.
No ha ocurrido lo mismo con la Xunta de Galicia, que se ha mantenido de perfil para que el foco recayera sobre el Gobierno de España. Quiere remover las aguas ya de por sí revueltas y el vicepresidente económico de la Xunta, Francisco Conde, pide a Gobierno y empresa que "se sienten" para materializar la operación, "si es necesario" con la intervención de la SEPI, que es precisamente lo que quiere Alcoa.
Los novios de Alcoa
A lo largo de este año, han sido numerosos los novios que han aparecido en escena mostrando su intención de hacerse con la planta. Pese a estos candidatos, Alcoa no ha querido dar su brazo a torcer, pero, ¿han perdido el interés o siguen deshojando la margarita a la espera de la decisión final?
"Siguen los novios, siguen Liberty House o Sidenor interesados, entre otros, pero como Alcoa quiere que entre la SEPI sí o sí, ahora con la decisión del Supremo solo tiene dos opciones: o vende o sigue produciendo en San Cibrao y espera a un nuevo motivo para presentar otro ERE, porque ya están perdiendo dinero con tantos bloqueos", siguen las fuentes sindicales.
"Y es una decisión muy difícil de adoptar, porque su objetivo siempre ha sido que no haya competidores en territorio europeo que puedan hacer el mismo producto que pretende importar de su fábrica de Arabia Saudí", explican las fuentes sindicales.
"Es cierto que el contexto actual de crisis energética no es el mejor momento para una transacción, pero la escalada de los precios de las materias primas le ha beneficiado a Alcoa, y de hecho, en el último trimestre, ha logrado un beneficio trimestral récord de 290 millones".
Futuro de San Cibrao
A la planta de aluminio de Lugo se le abre un nuevo horizonte con la decisión judicial del Supremo. La posibilidad de venta o de continuidad es positivo para una comarca que depende de esta industria. "San Cibrao es una fábrica rentable solo hay que hacer algunas inversiones", concluyen las fuentes sindicales.
"Europa no se puede quedar sin la producción de aluminio primario que forma parte de la cadena de valor de la transición energética y seguir dependiendo de terceros países. Y Galicia no se puede permitir que otra industria eche el cierre en un territorio que ya está sufriendo una preocupante trayectoria de desindustrialización, con la repercusión que eso tiene en el empleo, la actividad económica y la riqueza de sus comarcas".