Central nuclear de Trillo (Guadalajara)

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Observatorio de la Energía

La Comisión Europea clasificará como ‘verde’ la inversión en centrales nucleares

La clasificación, abanderada por Francia, podría redirigir inversiones millonarias para la construcción de nuevos reactores.

5 noviembre, 2021 05:30
Bruselas

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La subida imparable de la luz ha dado un vuelco a la consideración de la energía nuclear en Europa. Tras muchos meses de indecisión y dudas, la Comisión de Ursula von der Leyen se dispone a dar un paso decisivo en las próximas semanas: clasificará como 'inversión verde' la construcción de centrales nucleares (y también de gas), al mismo nivel que los parques de renovables. Una decisión que se espera que impulse el flujo del dinero y reduzca los costes para estos proyectos.

La catástrofe en la central de Fukushima (Japón) en marzo de 2011 propinó un golpe mortal a la nuclear. Muchos países congelaron sus proyectos de inversión en nuevos reactores, otros fueron más allá y decretaron un apagón nuclear total. El caso más emblemático es el abrupto cambio de posición de Angela Merkel. Aunque su Gobierno acababa de aprobar prolongar 12 años de media la vida operativa de las plantas alemanas, tras el accidente de Fukushima decidido el cierre de todas ellas para 2022.

La crisis energética provocada por la subida imparable de la luz ha dado una nueva vida a la nuclear en la UE. Una fuente de energía que no produce emisiones de efecto invernadero (y por tanto contribuye a la lucha contra el cambio climático) y que además proporciona un suministro estable y seguro, frente a la volatilidad de las renovables. Países como Francia o Polonia vuelven a apostar por la construcción de nuevos reactores. Otros como Bélgica se replantean su decisión de abandonarla definitivamente.

¿Por qué es importante la decisión del equipo de Ursula von der Leyen de clasificar ahora la nuclear como 'inversión verde'? Para alcanzar su objetivo de emisiones cero de aquí a 2050, Europa necesita entre 175.000 y 290.000 millones de euros al año de inversión adicional durante las próximas décadas.

La mayoría de este dinero tendrá que venir del sector privado. De ahí que Bruselas haya elaborado un estricto sistema de etiquetado -o taxonomía, en jerga bruselense- de actividades económicas limpias, cuyo objetivo es reorientar las inversiones hacia tecnologías y empresas más sostenibles y combatir a la vez el "blanqueo ecológico".

Aunque apostar o no por la nuclear es una competencia puramente nacional (y así se mantendrá), clasificar esta fuente energética como 'verde' redirigiría el flujo de dinero hacia la construcción o renovación de reactores en aquellos países que así lo quieran, en un momento en el que la conciencia ecológica pesa cada vez más entre los inversores. Una inyección de fondos vital puesto que la energía nuclear requiere inversiones iniciales multimillonarias.

División en la UE

Sin embargo, la división entre los Estados miembros ha impedido hasta ahora que el Ejecutivo comunitario tome una decisión. En su primer borrador de la taxonomía, que se publicó el pasado abril, no se aclaraba el estatus de la nuclear ni del gas. Francia lidera el bando de los países que defienden la energía nuclear a capa y espada, ya que más del 70% de su electricidad procede de plantas atómicas. Emmanuel Macron acaba de anunciar un plan de 1.000 millones de euros para desarrollar nuevos reactores pequeños e innovadores de aquí a 2030.

En marzo de este año, el presidente francés ya envió una carta conjunta con otros seis jefes de Gobierno europeos (los de Polonia, Chequia, Hungría, Rumanía, Eslovaquia y Esloveniaen la que reclamaba a la Comisión etiquetar la nuclear como 'inversión verde'. Entonces, su argumento central era garantizar la "igualdad de condiciones" entre todas las energías que no emiten CO2.

En el extremo contrario, Alemania encabeza el frente de rechazo a "blanquear" la energía nuclear. Un frente en el que también militan activamente España, Austria, Dinamarca y Luxemburgo. Estos cinco países remitieron en julio una misiva de réplica a Bruselas para rebatir las tesis del bando contrario y sobre todo del informe del Centro Común de Investigación de la UE (JRC, por sus siglas en inglés), que también apoya conceder a la nuclear la etiqueta de 'inversión verde'.

El estudio de los expertos del JRC, publicado el pasado mes de marzo, concluye que no hay "ninguna evidencia científica de que la energía nuclear haga más daño a la salud humana o al medio ambiente que otras tecnologías de producción de electricidad ya incluidas en la taxonomía como actividades que contribuyen a la mitigación del cambio climático". El JRC es el servicio científico interno de la Comisión Europea.

En su respuesta, Alemania, España y sus socios sostienen que la nuclear no puede etiquetarse como una energía limpia por el problema de los residuos peligrosos que genera, para los que sigue sin encontrarse una solución definitiva."Después de más de 60 años de uso de energía nuclear, ni un solo elemento de combustible ha sido desechado de forma permanente en ningún lugar del mundo. (...) La energía nuclear es una tecnología de alto riesgo, mientras que la energía eólica no lo es", prosigue la carta. 

"Incluir la energía nuclear en la taxonomía dañaría permanentemente su integridad, credibilidad y por lo tanto su utilidad. Muchos ahorradores e inversores perderían la fe en los productos financieros comercializados como 'sostenibles' si tuvieran que temer que comprando estos productos estarían financiando actividades en el ámbito de la energía nuclear. La energía nuclear es incompatible con el principio 'no causar daño significativo' del reglamento de la taxonomía", dice la carta, que está firmada por las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera

El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado el cierre paulatino del parque nuclear español, que ahora mismo genera más del 20% de la electricidad consumida en el país, entre 2027 y 2035.

Protección frente a la crisis

El relativo equilibrio de fuerzas entre los dos bandos había impedido hasta ahora a Von der Leyen avanzar en un sentido o en otro. Pero la actual crisis de precios lo cambia todo. La escalada imparable de la luz ha alterado el reparto de papeles y empieza a decantar la balanza del lado del bloque pronuclear. "La situación en el mercado energético ha aportado nuevos elementos a este debate y ha afectado a la forma de pensar de los ministros", explica un alto funcionario del Eurogrupo.

"¡Nosotros, europeos, necesitamos la energía nuclear!", sostiene Francia y otros 9 países en una nueva tribuna conjunta publicada a principios de octubre en el periódico Le Figaro. Ahora, la tesis principal es que esta fuente de energía "protege a los consumidores europeos de la volatilidad de precios" y además "contribuye de manera decisiva a la independencia" de la UE frente a proveedores poco fiables como la Rusia de Vladimir Putin.

"La energía nuclear es segura e innovadora. Desde hace más de 60 años, la industria nuclear europea ha dado pruebas de su seguridad y de su fiabilidad. Es uno de los sectores más reglamentados del mundo, con 126 reactores en servicio en 14 países europeos", prosigue la declaración conjunta.

"Es, por lo tanto, absolutamente indispensable que la energía nuclear sea incluida en el marco de la taxonomía europea antes del final de este año", concluye el texto. Conforme se encarece la factura de la luz, la posición francesa va ganando adeptos en la UE. A los firmantes de la carta de marzo se han sumado ahora Finlandia, Croacia y Bulgaria. También Países Bajos y Suecia han mostrado simpatías con esta declaración conjunta. 

El papel de la energía nuclear copó buena parte del debate sobre los precios de la energía que celebraron los líderes europeos durante la cumbre celebrada el 21 de octubre en Bruselas. Y allí se produjo el giro definitivo: un pacto entre Emmanuel Macron y Angela Merkel que da luz verde a la Comisión para incluir en la taxonomía tanto la energía nuclear (como quiere Francia) como el gas como fuente de transición (como quiere Alemania), según ha desvelado el diario Die Welt.

Antes de fin de año

Un pacto del que, sin que nadie se diera cuenta entonces, se hizo eco Ursula von der Leyen ya en la rueda de prensa final del Consejo Europeo. "Necesitamos más energías renovables. Son más baratas, libres de carbono y de cosecha propia. También necesitamos una fuente estable, la nuclear y, durante la transición, gas. Es por eso por lo que presentaremos nuestra propuesta de taxonomía", dijo la presidenta de la Comisión

¿Cuáles son los siguientes pasos? El Ejecutivo comunitario tiene previsto aprobar su proyecto legislativo "antes de fin de año". Todas las filtraciones previas de los últimos días dan por hecho que la taxonomía incluirá tanto la energía nuclear como el gas. Para tumbarla, los Estados miembros necesitarían reunir una mayoría cualificada, algo altamente improbable si se tiene en cuenta que los defensores de estas dos fuentes de energía apoyarán el plan.

Una perspectiva que ya ha enfurecido a las organizaciones ecologistas. "Esta propuesta es una vergüenza científica que dará un golpe fatal a la taxonomía. Dañará gravemente la agenda financiera sostenible de la UE y el Pacto Verde Europeo", sostiene el portavoz de WWF, Henry Eviston.

Por su parte, la industria nuclear reclama a Bruselas que se le incluya en la taxonomía cuanto antes. "La UE debe poner en marcha hoy soluciones que garanticen que pueda generar suficiente electricidad baja en carbono en Europa para satisfacer la creciente demanda. Esto significa apoyar el desarrollo de la energia nuclear", asegura Foratom.