El alto precio de la energía condena a la Unión Europea a ceder el liderazgo económico a China y EEUU
La creciente autosuficiencia energética de los Estados Unidos contrasta con la continua dependencia de la Unión Europea de las importaciones.
8 diciembre, 2021 05:30Noticias relacionadas
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La crisis energética que vive Europa por los altos precios del gas podría pasar una grave factura a la recuperación económica de España y arrastrar a la Unión Europea a perder posiciones de cabeza del liderazgo económico, en su competición con China y Estados Unidos. Es una de las conclusiones del informe de Bank of America (BofA) "Energy Strategist".
Una visión que también comparte ESPAS (European Strategy and Policy Analysis System), que asegura que la creciente autosuficiencia energética de los Estados Unidos contrasta con la continua dependencia de la Unión Europea de las importaciones de petróleo, gas y carbón.
Una consideración importante que viene a la mente a medida que suben los precios es la destrucción de la demanda. Según BofA, lo que mejor indica esta tendencia es el coste de la energía como porcentaje del PIB o de los ingresos, con la idea de que unos costes energéticos muy elevados pueden eventualmente conducir a una recesión.
En ese sentido, si se miran los costes de la energía (petróleo, el gas, el carbón, la energía nuclear y la energía hidráulica o renovable) se puede observar que sus precios, en el porcentaje de los ingresos del mundo, aún no ha alcanzado niveles insostenibles. Sin embargo, Europa sí que está sintiendo el impacto después de un aumento dramático en los precios del gas.
La situación resulta incómoda en Europa, advierte la entidad financiera, que podría resultar en una gran desaceleración económica, o al menos en una recesión industrial considerable.
EEUU y China, ganadoras
Otras regiones, sin embargo, se encuentran en un punto de partida mucho mejor. Por ejemplo, EEUU se enfrenta a un coste de energía mucho más bajo como parte de los ingresos, lo que sugiere que se necesitarían precios mucho más altos del petróleo (y probablemente los precios internos del gas natural) para inclinar la economía estadounidense hacia la recesión.
Y en el caso de China, su ritmo vertiginoso de crecimiento del PIB en las últimas décadas supone que el precio de la energía como porcentaje de sus ingresos no es históricamente tan alto.
De hecho, gran parte del repunte de los precios de la energía se debe, por supuesto, a una sólida actividad económica. BofA explica que es importante señalar que no se trata solo de un fuerte aumento de la demanda de petróleo en el entorno posterior a Covid-19.
"Esperamos un alto crecimiento global del consumo de combustible térmico de 4% y 2% en 2021 y 2022, y tanto el gas natural como el carbón se sumarán al aumento de la demanda de petróleo", dice.
Como referencia, las tasas de crecimiento de la demanda mundial de combustibles térmicos promediaron un 1% en el período 2011-2019. Algunos países están experimentando un crecimiento aún mayor.
Por ejemplo, el crecimiento del consumo de combustible térmico en la generación de energía en China ha aumentado un 12% interanual en lo que va de 2021, un récord anual reciente, lo que llevó al gobierno chino a relajar recientemente las reglas sobre la importación y el uso del carbón.
Dependencia del exterior
No hay duda de que Europa está en una posición mucho más débil que sus potencias rivales. Y no solo son las maniobras de Rusia para manejar a su beneficio las relaciones con Europa, más concretamente con Alemania.
También es clara la dependencia de otros países, como son los de África, como Argelia, Egipto o Nigeria. Junto con Rusia son enormemente importantes para el suministro energético de Europa, puesto que albergan el 60% de las reservas de petróleo y el 80% de las reservas de gas mundiales probadas.
La autosuficiencia de los Estados Unidos abrirá una brecha de competitividad entre la industria de la Unión Europea y la suya propia, especialmente en el caso de las industrias pesadas que dependen de la energía.
Existe el riesgo de que grandes partes de industrias importantes, en particular la industria química y de refinería, que son grandes consumidoras de energía, se deslocalicen al otro lado del Atlántico.
Solo hay una posible salida para que Europa vuelva a recuperar el liderazgo pasado: la descarbonización y la electrificación de todos sus sectores productivos basadas en la generación renovable será la clave para su autosuficiencia. Y es posible, los datos lo avalan.