La industria del hidrógeno renovable se ha convertido en la niña de los ojos del Gobierno. Así se dice en el PERTE ERHA (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento): "el Ejecutivo lo considera una de sus prioridades –un proyecto país– y es el elemento del PERTE que recibe más apoyo". Se destinará 1.555 millones públicos, que movilizarán otros 2.800 millones de capital privado, en total unos 4.355 millones de euros en los próximos tres años.
El objetivo es cumplir con la hoja de ruta que se aprobó en noviembre del año pasado, en la que fijaba para 2030 alcanzar una capacidad instalada de electrolizadores de 4 GW, el 10% del total de los objetivos europeos (40 GW), y entre 400 y 600 MW ya en 2024. Sin embargo, destaca que de los 8.900 millones de euros que se habían previsto invertir en los próximos ocho años, casi la mitad se destinarán entre 2021 y 2023.
"El PERTE es muy necesario y positivo si queremos cumplir y ser consecuentes con la hoja de ruta", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Emilio Nieto, director del Centro Nacional de Hidrógeno (CNH2) y Pilas de Combustible.
"Es cierto que el objetivo es muy ambicioso y por eso, los fondos europeos son la herramienta perfecta para vehicular en cómo y en qué se deben destinar esas ayudas, además de hacerlo de forma abierta".
Más de 70 GW en propuestas
Y no será por falta de proyectos. "En el Manifiesto de Interés del hidrógeno se presentaron más de 500 propuestas, que sumaban más de 70 GW en capacidad instalada, 66 GW más de los objetivos del Gobierno, así que el sector privado supera y con creces los objetivos", añade Emilio Nieto.
El pistoletazo de salida será ya la próxima semana. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha señalado en rueda de prensa que "se comenzará con convocatorias que puedan estar resueltas en el primer trimestre de 2022".
"Se comenzará con el apoyo económico a la cadena de valor del hidrógeno renovable, a sectores industriales como fertilizantes o acero renovable, a las diferentes tecnologías del almacenamiento y a proyectos pilotos con componente social, como son las comunidades energéticas".
"Hay algunos proyectos de hidrógeno que están tan avanzados, que podríamos hablar de un 50% de ellos que podrían ponerse en marcha antes de 2023 o durante ese mismo año", dijo la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, en abril pasado.
Así, el PERTE perseguirá la participación de los centros tecnológicos y laboratorios, así como la formación y capacitación profesional. También subvencionará las aplicaciones en el transporte pesado –de embarcaciones a ferrocarriles, camiones y autobuses– y los proyectos de electrolizadores de gran escala.
Igualmente impulsará los clústeres de hidrógeno renovable, ligados a los actuales puntos de consumo del hidrógeno de origen fósil, para sustituirlo por hidrógeno renovable. En este caso se tendrá en cuenta la eficiencia económica en la reducción de emisiones de CO2, entre otros requisitos.
Para el Gobierno, la cantidad y la calidad de los recursos renovables le dan a España una ventaja competitiva en la industria hidrógeno renovable, y por eso, ambiciona ser un hub internacional de esta tecnología.
Renovables y almacenamiento
A lo largo de este año, las empresas han participado en los Manifiestos de Interés, herramienta del Gobierno para identificar propuestas y proyectos en hidrógeno renovable, tecnologías renovables innovadoras, almacenamiento energético y comunidades energéticas.
El interés fue tan alto que se presentaron casi 4.000 propuestas entre los seis Manifiestos de Interés de un total de ocho que gestionaba el mismo Ministerio (uno más para Reto Demográfico y otro para Medio Ambiente).
Un capítulo aparte son los más de 1.000 proyectos que se han presentado como Energías Renovables Innovadoras, muchas de las cuales se explicaban por su grado de integración ambiental, o los más de 500 proyectos presentados en almacenamiento.
En total, unas 158 empresas (de las cuales 64 eran públicas) pero que también presentaban nuevos modelos de negocio, digitalización de redes y gestión de la demanda.
En el caso de las energías renovables innovadoras, el PERTE tiene como finalidad impulsar la cadena de valor de las energías renovables, todo su ciclo de vida, con especial atención a las energías marinas, pero también el repowering (sustitución de aerogeneradores antiguos por máquinas nuevas) y el biogás.
Para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar, el PERTE ERHA financiará a fondo perdido las plataformas de ensayo –España es el país de la UE con más instalaciones de I+D de la UE para estas tecnologías-.
El monto de las ayudas a este capitulo asciende a 765 millones, que permitirán canalizar otros 1.600 millones privados.
Comunidades energéticas
Otra de las patas de esa 'revolución verde' son las comunidades energéticas locales. El 13 de febrero se cerró la convocatoria y se recibieron 459 propuestas, de las cuales el 25% eran aisladas y el 74% combinaban energía eléctrica con térmica, eficiencia y movilidad.
Además, el 22% provenían de municipios con una población inferior a los 5.000 habitantes.