El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a pedir este jueves a la Unión Europea medidas más intensas y rápida para poner freno a la subida imparable del precio de la luz. Sánchez ve "insuficiente" la compra conjunta de gas que ha propuesto la Comisión Europea y reclama una reforma del mercado eléctrico europeo.
"Es fundamental que la UE tome medidas y que las tome de manera más intensa y mucho más rápida, eso es lo que voy a defender hoy en el Consejo Europeo", ha anunciado Sánchez a su llegada a la cumbre de líderes de los 27 que se celebra este jueves en Bruselas.
"Es cierto que la Comisión ha aceptado una de las propuestas del Gobierno de España, que es la compra centralizada de gas y por tanto también poder tener una reserva estratégica de gas en Europa. Creo que es una buena noticia pero es insuficiente. Continuamos con precios de la energía al alza en toda Europa", se ha quejado el presidente del Gobierno.
"Por tanto, necesitamos revisar la forma en la que se estructura la formación de los precios de la energía a nivel europeo", reclama Sánchez.
Pese a la presión de España, los jefes de Estado y de Gobierno no aprobarán este nueves ninguna nueva medida a escala europea para frenar el alza de la luz. La fractura interna entre los Estados miembros impide cualquier avance.
España, Francia, Italia, Grecia y Rumanía reclaman desvincular el precio del gas del de la electricidad. En el bando contrario, Alemania, Holanda, Austria, los bálticos y los nórdicos sostienen que las subidas son temporales y por ello rechazan cualquier intervención a escala europea y apuestan por medidas puramente nacionales.
El único acuerdo del Consejo Europeo será volver a abordar los precios de la luz en la primavera de 2022, una vez que los reguladores publiquen sus informes definitivos sobre si es necesario o no reformar el mercado eléctrico europeo. Tanto la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) como la Autoridad Europa de Valores y Mercados (ESMA) han publicado ya estudios preliminares que en ambos casos son negativos para las pretensiones de Sánchez.
Los informes señalan que las reformas que piden España y Francia provocarían una fragmentación del mercado eléctrico europeo, encarecerían la descarbonización del sistema e incluso pondrían en riesgo la seguridad de suministro.
Un plan insuficiente
La Comisión Europea planteó formalmente este miércoles poner en marcha un sistema de compra conjunta de gas, que en teoría era una de las reivindicaciones estrella de España para abaratar la factura. Sin embargo, el plan de Bruselas tiene tantas condiciones y tanta letra pequeña que es totalmente inservible para crisis de precios como la actual, según admiten fuentes comunitarias.
Para empezar, tendrá un carácter puramente voluntario, para los Estados miembros que deseen unir fuerzas. Eso, ya de entrada, deja fuera a los países descreídos como Alemania y reduce sustancialmente el poder de negociación de la UE. A diferencia de lo que ocurre con las vacunas, Bruselas no ejecutará las compras, sino que su papel se limitaría a verificar que se respetan las normas de competencia y de mercado interior y a facilitar el intercambio de buenas prácticas.
Pero además, las reservas de gas adquiridas mediante la compra conjunta sólo podrán liberarse "como último recurso" en caso de "emergencia", según la propuesta de Bruselas. La emergencia se define como aquella situación de escasez de gas en la que algunos consumidores, hogares o empresas, se quedan sin suministros.
¿Puede definirse la actual situación de escalada imparable de precios del gas en toda la Unión Europea como emergencia? "No, afortunadamente no estamos ahí y esperamos no llegar a eso", responden fuentes comunitarias.
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