Nadie sabe a ciencia cierta qué va a ocurrir con la invasión rusa en Ucrania, pero los expertos coinciden en que tendrá consecuencias irreversibles en el modo de consumir energía en todo el mundo. Junto a este conflicto hay otras variables como los nuevos confinamientos por la pandemia en China, la ampliación de perforaciones en la Cuenca Pérmica de EEUU, la liberación de petróleo almacenado de la AIE o la tensión política en Libia, que abren la puerta a varios escenarios futuros.
De hecho, las casas de análisis pronostican una horquilla de precios que llegan hasta los 200 dólares el barril. Para Allianz Global Investor, muchos expertos predicen que los precios del petróleo crudo podrían incluso superar los 200 dólares por barril en 2022 en medio de una oferta limitada.
"En nuestra opinión, la dinámica de la oferta y la demanda, tanto a corto como a largo plazo, ofrece un viento de cola significativo para el petróleo, pero también para las materias primas en general", destaca.
La aseguradora señala que "durante muchos años, el lado de la oferta ha carecido de inversión de capital en todo, desde la exploración petrolera hasta la minería. Dado que los nuevos proyectos, como las nuevas plataformas petrolíferas, la perforación de esquisto o las minas de metal, tardan años en pasar de la inversión inicial a la producción, consideramos que el riesgo de un aumento significativo de la oferta es bajo".
A corto plazo, la economía mundial aún se encuentra en las primeras etapas de la salida de la desaceleración económica provocada por la pandemia de la Covid-19, lo que impulsa su demanda. Al mismo tiempo, la invasión rusa de Ucrania, junto con las interrupciones en la cadena de suministro, están obstaculizando su suministro.
Y en medio de este caos, Libia cierra su mayor campo de petróleo por conflictos internos y deja de producir 500.000 barriles diarios. Se trata de otro 'suma' para los mercados globales de petróleo. Libia es uno de los 20 principales productores de crudo del mundo.
Pierre Andurand, administrador del fondo de cobertura más conocido del sector, Andurand Capital Management, dijo a FT.com que el crudo podría incluso alcanzar los 250 dólares el barril este año, el doble de los niveles actuales. Y Doug King, jefe del Merchant Commodity Fund de RCMA, pronosticó que los precios del petróleo se dispararían a entre 200 y 250 dólares por barril este año.
No más de 100 dólares
Una postura de la que difiere Bank of America (BofA), que prevé unos precios alrededor de los 100 dólares el barril. En su análisis, mantiene su pronóstico de precio promedio del crudo Brent de 102 dólares/bbl para este año y el próximo en comparación con una expectativa futura de alrededor de los 95 dólares/bbl.
También, "bajamos nuestro precio máximo de verano para Brent a 120 dólares/bbl. Aún así reiteramos que los problemas estructurales del mercado petrolero no han cambiado y no se puede descartar un repunte mayor. Por un lado, la capacidad excedentaria en la OPEP sigue disminuyendo y ahora se sitúa en torno a los 2,5 millones de b/d, lo que reduce la reserva para hacer frente a crisis adicionales".
Además, a medida que los gobiernos y las entidades comerciales se han apresurado a aprovechar sus inventarios, la relación entre las existencias y el uso de crudo ha caído al nivel más bajo en décadas, posiblemente en la historia. Aún así, el mercado del petróleo permanecerá en crisis hasta el verano.
Una previsión que se basa en los informes de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). En el último recuerda que "estamos ante la mayor liberación de existencias de petróleo de emergencia de los países pertenecientes a la organización".
"Además, se reducirá el riesgo de un fuerte déficit de suministro también por el bloqueo continuo en China por la Covid-19, que ha alterado la trayectoria del precio del petróleo que publicamos a principios de marzo, bajando los precios del petróleo", apunta.
"El aumento en los precios del petróleo en el primer trimestre del año también puede haber afectado temporalmente la demanda de petróleo. Sin embargo, los gobiernos se apresuran a reducir los impuestos a la energía, otorgar subvenciones y abriendo reservas estratégicas", agrega.
Estas medidas sugieren que cualquier caída de la demanda impulsada por los precios podría ser de corta duración. Y dado que es posible que sea necesario reponer las reservas, las liberaciones de la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR) deberían tener un impacto neutral en los precios del petróleo durante 24 meses. Además, el retroceso de la movilidad de China eventualmente terminará, y todavía está en marcha un aumento en la demanda global de "viajes de venganza".
Volatilidad y crisis de precio
Para el banco suizo Julius Baer, los vientos en contra provienen de la pandemia de China, que tiene un efecto en los bloqueos parciales de su economía y reducen la demanda de petróleo. Desde mediados de 2021, la demanda de petróleo de China se ha mantenido estancada en gran medida, dada la desaceleración de la actividad de construcción de viviendas y los primeros signos de destrucción de la demanda por el rápido aumento de la proporción de automóviles eléctricos en las carreteras.
Pero también, las liberaciones significativas de almacenamiento estratégico y la evidencia de que el déficit de suministro ruso es algo menor de lo que se temía hacen que el precio del petróleo vaya a la baja.
Es probable que todo afecte la demanda hasta el verano. Además, es importante destacar que el petróleo y los productos derivados del petróleo rusos se negocian con un descuento significativo. La auto sanción del mercado petrolero muestra cuán efectivo sería un arancel punitivo como medida política del mundo occidental.
Aún así, "todavía vemos una crisis de precios, no una crisis de suministro, y creemos que los precios del petróleo siguen el patrón habitual observado en torno a los eventos geopolíticos, con fuertes movimientos al alza seguidos de movimientos a la baja", dice la casa de análisis.
Las válvulas de presión están en juego: las liberaciones de almacenamiento estratégico de Occidente, el aumento de la producción de esquisto a nuevos niveles récord, la lenta eliminación de las restricciones de producción por parte de las naciones petroleras y el comodín de un levantamiento de las sanciones a Irán. Parece que hay menos necesidad de que los precios altos destruyan la demanda para mantener el equilibrio del mercado.
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