Un tercio de las exportaciones de gas de Rusia a la Unión Europea a través de Ucrania podría perderse si las fuerzas rusas continúan interrumpiendo las operaciones en las áreas ocupadas, según ha alertado la empresa estatal de energía de Ucrania (Naftogaz).
Rusia representa alrededor del 40% del suministro de gas europeo. Antes de la invasión a Ucrania, existían cuatro rutas desde las que la UE exportaba gas a través de Rusia: NS1 (por el Báltico hasta Alemania), Yamal-Europe (Bielorrusia y Polonia), Ucrania y Blue y Turk Stream (Turquía).
El corredor ucraniano está compuesto por el gasoducto de Soyuz Brotherhood. Se trata de un canal que parte de Rusia, pasa por Ucrania y llega hasta Europa. Por Ucrania circula cerca del 26% de este gas de origen ruso y ahora la empresa estatal ucraniana alerta de una posible interrupción, según recoge ‘Reuters’.
Un nuevo temor que se añade a las preocupaciones en Europa por la alta dependencia del gas ruso, especialmente en países como Alemania, Hungría, República Checa y Eslovaquia. Todo ello está elevando el precio de la energía en toda Europa.
Los países occidentales han intentado desprenderse de los flujos energéticos rusos desde que el país comenzó la invasión en Ucrania, pero no es tan fácil como parece.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte de que no habrá gas suficiente en Europa para la demanda prevista en el próximo invierno si se corta el suministro de Rusia durante un año como consecuencia de la invasión de Ucrania y las sanciones occidentales.
En un informe dijo que las importaciones de gas ruso podrían reemplazarse con mayores importaciones de gasoductos de otros países o un aumento en las importaciones de gas natural licuado, por ejemplo.
Algo que también tendrá su impacto en la empresa Gazprom, controlada por el Kremlin. Según los analistas, sus exportaciones de gas ruso podrían caer en torno a un tercio este año debido a la crisis de Ucrania, a la rivalidad con el gas natural licuado y a los planes de pasar al pago en rublos.
Alemania
A diferencia de España -que forma una isla energética junto a Portugal- hay países como hemos comentado anteriormente que dependen en exceso del gas ruso. Un claro ejemplo es Alemania, cuya economía se podría ver resentida si veta el gas ruso. El país ya suspendió la aprobación de Nord Stream 2.
El Bundesbank calcula que un embargo a la energía de Rusia reduciría este año el producto interior bruto (PIB) en casi un 2% respecto a 2021 por su gran dependencia del gas ruso.
En su boletín de abril, el Bundesbank dice que el aumento de los precios de las materias primas como consecuencia del embargo tendrá un efecto más fuerte los próximos años y llevaría a la economía a la recesión.
También advierte que un embargo completo de la energía rusa llevaría a una racionalización del uso de energía de las empresas alemanas
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