El número de horas solares es importante a la hora de calcular la productividad de una instalación fotovoltaica, pero hay un factor más a tomar en cuenta: la temperatura. El material con el que se fabrican los conductores de las placas, el silicio, reduce su funcionamiento cuanto el mercurio apunta a muy altas temperaturas.
"Se cree que en Andalucía una instalación fotovoltaica va a tener más productividad. Pero hay zonas de España con horas de sol pero temperaturas más bajas que pueden ser más rentables", explica a EL ESPAÑOL-Invertia, Antonio Aceituno, el CEO de Tempos Energía.
Algunas regiones de Extremadura o la provincia de Albacete "pueden tener más rentabilidad", asegura Aceituno. Para ilustrarlo pone como ejemplo el caso de Écija, el municipio conocido por ser la sartén de España.
Por muchas horas de luz que tenga la instalación allí, podría verse afectada por sus altas temperaturas. "Trabajar durante tantas horas a 40 grados haría disminuir el rendimiento del silicio", precisa.
"Las zonas de irradiación son las que son, pero dentro de estas hay que intentar cumplir con otra condición, hacer trabajar el silicio en su ventana de temperatura correcta", explica el CEO de Tempos Energía. Si hay sol, el mercurio marca entre los 20 y 25 grados y se acompaña de una ligera brisa, "sería el estado óptimo para la productividad".
Hay algo que sí tiene claro, en el sur hay más irradiación: "Invertir de Despeñaperros para arriba o hacia abajo puede hacer que tu rentabilidad varíe un 30%". En la misma línea se ha pronunciado la directora de autoconsumo y comunidades energéticas en UNEF, Paula Santos: "cuantas más horas de irradiación, mejor, más porcentaje de energía eléctrica se va a poder generar".
Sin embargo, hay otros factores que reducen la producción como puede ser el propio material cuando alcanza una determinada temperatura. Santos, en esto, se muestra más moderada. Considera que "no es determinante", aunque "sí puede reducir su rentabilidad". Aporta una alternativa: "una opción son las balsas de agua flotante que funcionan muy bien porque bajan la temperatura".
"El recurso solar es imprescindible. Hay países como Alemania o Reino Unido con gran tradición fotovoltaica porque el marco legislativo hace que sea más rentable", remarcan desde UNEF.
Consejos para el autoconsumo
En el caso de que la instalación fotovoltaica sea para autoconsumo hay que tomar en consideración otros criterios, fundamentalmente el espacio en el que se va a instalar, para poder sacarle el máximo partido.
Un consejo es tratar de que no haya sombras alrededor o que tenga las mínimas posibles. También se ha de tener en cuenta la inclinación, algo que variará en función de la latitud en la que se encuentre la localización de las placas.
Por lo general, se suele emplear una inclinación de unos 40 grados aunque dependerá de las características del proyecto. Si es posible, la orientación es preferible que sea hacia el sur o suroeste.
En cualquier caso, "cada proyecto es un mundo y va a depender del espacio disponible y de donde se instale", matiza la directora de autoconsumo y comunidades energéticas en UNEF.
La solar flotante
Más allá del autoconsumo, una modalidad que ayuda a paliar las altas temperaturas en zonas que acumulan muchas horas de sol es la modalidad flotante. El agua actúa como estabilizador térmico.
"Otra ventaja es que reduce la evaporación del agua del embalse, aunque hay que tener en cuenta otros factores como los niveles máximos y mínimos del agua", matiza Santos. Añade: "su construcción es sencilla, ya hay ejemplos en comunidades de regantes".