Repsol se ha convertido en la energética europea más ambiciosa en querer virar 180 grados desde su negocio de petróleo y gas hacia un modelo descarbonizado basado en renovables, proyectos bajos en carbono, biocombustibles y eficiencia energética. Y no va a desaprovechar el rally alcista del que disfruta la industria mundial del petróleo para conseguirlo.
La subida de los precios energéticos por la vuelta a la 'normalidad' tras la pandemia y ahora por la guerra de Rusia en Ucrania le ha llevado a explorar la posible venta del 25% de su filial de gas y petróleo.
Repsol obtuvo en el primer trimestre del año un resultado neto de 1.392 millones de euros, frente a los 648 millones del mismo periodo del ejercicio anterior, duplicando por tanto sus beneficios en apenas un año.
Sin embargo, también cerró 2020 con los segundos peores resultados de su historia, al registrar unas pérdidas netas de 3.289 millones de euros, lastrado por un desplome sin precedentes de los precios del crudo y el gas y el colapso de la demanda que provocó la pandemia del coronavirus.
"Es lógico que quiera aprovechar el momento alcista para impulsar sus objetivos de descarbonización, para dar más valor a la compañía con la entrada en su filial de gas y petróleo de nuevos socios y para obtener mayor liquidez", explican fuentes conocedoras consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia.
Refino, viento en popa
Incluso podría aspirar al liderato de considerarse el mejor valor del año dentro del Ibex 35 tras el impulso obtenido después de presentar unos magníficos resultados trimestrales, según el análisis de Manuel Pinto, team leader de X-Trade Brokers DM.
El negocio del refino, uno de los principales activos de Repsol, le ha permitido salir de las malas cifras de los dos años anteriores.
Según datos de enero de la CNMV, alcanzó una producción de 572.000 barriles equivalentes de petróleo al día en 2021, lo que supone un descenso del 11,7% con respecto al ejercicio anterior. Sin embargo, elevó un 9,1% su margen de refino en el año, hasta los 2,4 dólares por barril.
Evolución del petróleo
Los precios del crudo comenzaron su escalada con la vuelta a la actividad económica, y se tensionaron porque las políticas climáticas desincentivaban la inversión en nuevos proyectos de exploración y extracción. Y para poner la guinda, "la invasión de Ucrania, que provocó una abrupta subida de los precios de los hidrocarburos", añade Pinto.
Así, el crudo Brent ya se ha colocado en los 120 dólares por barril, frente a los 61 dólares del mismo periodo de 2021.
Esas alzas en el precio de las materias primas compensan un menor nivel de producción media del primer trimestre que fue inferior a la del mismo periodo de 2021. Repsol ya ha vendido activos en Malasia, Rusia, Ecuador, Vietnam, Noruega, Australia, Irak, Irlanda, Marruecos y Argelia, y el cese de la producción en España.
Una decisión que se enmarca en el cumplimiento de su plan estratégico 2021-2025, presentado en noviembre de 2021 como nueva hoja de ruta y que planea pasar de los 26 países en los que estaba en este negocio a 14 en el próximo lustro.
"Ante esta situación y dado que no hay visos que el alza de las materias primas se reduzca, creemos que en los próximos meses podríamos encontrar una mejora de valoraciones y rating de diferentes casas de análisis acompañadas con un mayor dividendo para el accionista, lo cual permite tener un entorno propicio para empujar al alza su precio", añade el analista de X-Trade Brokers.
Venta avanzada en renovables
Y mientras tanto, se confirma que Repsol ya está en conversaciones muy avanzadas para la venta del 25% de su filial de renovables a un socio inversor.
Esta opción de incorporar a un socio en esta división ya había sido barajada en los últimos años por el grupo. Las diferentes posibilidades para financiar ese crecimiento en el negocio de las renovables también incluían una posible salida a bolsa posterior, pero que se desistió ante la falta de estímulos en el mercado.