Europa se prepara para un invierno sin gas ruso. No es la primera vez, ya ocurrió en enero de 2009, y a raíz de ahí, en 2017 el Parlamento Europeo aprobó un plan para garantizar la seguridad del suministro de gas, que será la guía para esta ocasión. La gran diferencia con la crisis energética de hace 13 años es que ahora tendrá mayores consecuencias económicas para el continente.
"El Reglamento 2017/1938 aprobado por Europa define qué cantidad de gas debe destinarse a electricidad, qué a industria y qué se debe exportar a países que tengan falta de suministro", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Miquel Gironés, experto en Gestión, Marketing & Trading de Energía y Emisiones.
Además, "también se define quiénes son los grupos de riesgo a los que hay que proteger, al igual que se recoge en el Plan de Acción Preventivo del Sistema Gasista Español 2018-2023", añade Gironés.
Clientes protegidos
Europa señala que solo son "clientes protegidos en virtud del mecanismo de solidaridad" los hogares y en condiciones precisas, algunos servicios sociales esenciales e instalaciones de calefacción urbana. "Los Estados miembros pueden considerar los servicios de asistencia sanitaria, asistencia social básica, urgencias y seguridad", añade.
España, por su parte, concreta, además de los consumidores domésticos, centros sanitarios y hospitales, guarderías y colegios de enseñanza obligatoria, asilos y residencias de ancianos, fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, protección civil y policía municipal. Quedan fuera "las construcciones dedicadas a viviendas, economatos y zonas de recreo de su personal".
También los considera clientes protegidos "los medios de transporte público que utilicen gas como combustible, y otros servicios considerados de interés social o comunitario".
Los consumos domésticos y de los servicios esenciales alcanzaron en 2017 el 14,57% de la demanda total del Sistema, es decir, no más del 20% del consumo final anual de gas, como exige la UE.
Solidaridad entre países
La Unión Europea ya determinó en 2017 cómo sería el proceso en caso de que un país declarara la emergencia por falta de suministro de gas.
"El Estado miembro que haya declarado la situación de emergencia debe ejecutar todas las medidas de emergencia establecidas en su plan de emergencia con el fin de garantizar el suministro del gas a sus clientes protegidos".
Al mismo tiempo, el resto de países deben reducir temporalmente su consumo para que el mercado del gas sea más líquido.
Y si aún así no es suficiente, los países vecinos "deben reducir o interrumpir el suministro de gas a los clientes que no estén protegidos" para "liberar volumen de gas en la medida y tiempo necesarios para que se satisfaga el suministro de gas en el Estado miembro que solicita las medidas de solidaridad".
Pacto en Centroeuropa
Alemania, Austria, Chequia, Hungría, Polonia y Eslovaquia han firmado un memorando de entendimiento (MoU) sobre preparación ante riesgos y solidaridad en el sector eléctrico. El miedo a los apagones se vuelve más realista con la reducción de los suministros de energía provenientes de Rusia.
Los seis países firmaron el MoU antes de la reunión de ministros de energía que tuvo lugar en Luxemburgo el lunes 27 de junio, de conformidad con el reglamento de preparación para riesgos de 2019 de la UE.
Las medidas que se incluyen si finalmente no se puede asegurar el suministro eléctrico son el uso transfronterizo de capacidades de reserva y cargas flexibles y el intercambio de información sobre llamamientos al público para ahorrar, apoyo con equipos eléctricos, conocimiento y experiencia. También proponen el uso de generadores móviles e intercambio de información sobre planes de desconexión de la demanda.
Alemania ya ha reforzado su flota de reserva de centrales eléctricas de carbón para prepararse para lo peor, mientras que Austria ha retrocedido en su salida de 2020 de la energía de carbón.
Trece días sin gas
La interrupción del gas ruso ya tuvo su primer episodio el 1 de enero de 2009. Gazprom frenó el aprovisionamiento de gas que pasaba por Ucrania al no llegar a un acuerdo sobre los precios para ese año. A la disminución progresiva del gas en tránsito hacia Europa siguió el cierre.
Doce países dejaron de recibir el gas (Bulgaria, Croacia, República Checa, Grecia, Italia, Macedonia, Rumanía, Moldavia, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Turquía). Otros cinco sufrieron reducciones importantes del abastecimiento (Austria, Francia, Alemania, Hungría y Polonia).
Pero entonces, la crisis solo duró 13 días, una vez que se llegó a un acuerdo económico. El problema ahora ya no es solo una guerra en Ucrania, que promete durar en el tiempo, también es el enfrentamiento y el corte de las relaciones diplomáticas entre el Kremlin y los países de la UE, socios comerciales cuyos ciudadanos sufrirán las consecuencias.