Alemania ya ha subido a nivel máximo la alerta por el posible corte total de gas. En los últimos años, la locomotora de Europa ha ido aumentando su dependencia energética de Rusia hasta llegar al 55% de sus necesidades de gas (aunque desde el inicio de la guerra ha bajado hasta el 35%).
Si Putin decide cerrar el grifo, entraría en marcha el mecanismo de solidaridad europeo, que se dará a conocer en detalle a partir del 20 de este mes de julio, y con el que Europa quiere actuar en equipo para proteger a los grupos de riesgo cuando un país no tenga suficiente suministro energético.
En este escenario, cabe pensar que España podría ser el principal suministrador de gas a Europa, y especialmente a Alemania (es el país que más va a sufrir el corte ruso), pero no es posible.
"España envía 7 bcm/año a través de la interconexión con Francia, sin embargo, no es factible el tránsito de gas desde Francia hasta Alemania ya que la interconexión entre estos dos países no admite flujos en el sentido Francia-Alemania (sí en el sentido Alemania-Francia)", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Steven Taylor, director de EKON Strategy Consulting.
"La razón es que en España y en Francia se odoriza tanto en el sistema de gasoductos de transporte como en el de distribución, pero en Alemania no, como en otros países europeos".
El gas natural no tiene olor, pero es potencialmente peligroso. Por ese motivo, se odoriza con una sustancia olorosa penetrante, es decir, se mezcla con productos de olor especial (compuesto químico) para permitir su detección.
El experto señala que "una alternativa podría ser utilizar la capacidad ociosa en Alemania del gasoducto de importación desde Noruega para recibir gas adicional (que inicialmente estaría destinado a Francia a través de su gasoducto de importación con Noruega) y remplazar este gas en Francia con importaciones a través de la interconexión con España". Se implementaría así una interconexión virtual.
Pero "también introduciendo GNL en Italia una vez regasificado puede llegar hasta Alemania por dos rutas diferentes vía Suiza o vía Austria. Al igual que desde cualquier otro país con plantas de GNL que este conectado directa o indirectamente con Alemania podría transportar gas hasta allí".
El problema es que el país teutón no tiene ni una sola planta de regasificación donde pueda llegar el GNL (gas natural licuado) por barco (por el momento), así que tampoco hay línea directa de enviarle gas por vía marítima.
El gran almacén español
España ya supera los niveles de almacenaje marcados por la UE. El plan comunitario contempla llegar al 1 de agosto con los almacenes de gas de cada país por encima del 71% de su capacidad y llegar al 1 de noviembre con un 80%.
Los tres almacenes subterráneos españoles guardan ya gas equivalente a más de un 73% de su capacidad total, hasta casi los 25.900 gigavatios hora (GWh), según los datos ofrecidos por Enagás, el operador del sistema gasista español.
Y el GNL almacenado en las plantas regasificadoras ya supera el 84% del total de llenado, "el máximo nivel alcanzado de los últimos cinco veranos", explicaba el consejero delegado de la compañía, Arturo Gonzalo Aizpiri, durante la presentación del nuevo plan estratégico del grupo para el periodo 2022-2030.
Además, añadió que hay programada la llegada en este mes de julio de 26 buques más, que sumarán 26 teravatios/hora (TWh) de gas adicionales al suministro que llega por tubo de Argelia a través de Medgaz. En total, España cuenta actualmente con gas almacenado para cubrir las necesidades de consumo para 40 días de todo el país.
Prepararse para el invierno
Europa tiene que sustituir la dependencia del gas ruso lo más rápidamente posible, en dos tercios a finales del año y en un 100% en 2027. De ahí que todos los países, y sus TSO (Gestor de Red de Transporte gasista), estén preparando planes para reorientar el futuro de la dependencia energética.
En el caso de Alemania, prevé que a finales de año o principios de 2023, estén operativas cuatro plantas flotantes, FSRU (unidad flotante de almacenamiento y regasificación), en Wilhelmshaven y en Brunsbuettel. La primera tendrá una capacidad de regasificación de 7,5 bcm/año, y las otras tres restantes de 5 bcm/año.
[La regasificadora de El Musel, en Gijón, a días de activarse: el Gobierno da la autorización]
"En España, sin contar la planta de El Musel, la capacidad de regasificación son 60 bcm/año aproximadamente", señalan fuentes del operador del sistema gasista español a este diario. "En cuanto se ponga en marcha se sumarán otros 4 bcm/año más que se podrán enviar a Europa".
Eso sin contar con los dos gasoductos que conectan la Península con Francia por Irún y Larrau y que pueden bombear unos 7 bcm/año o 225 GWh/día.
Más gasoductos
Las interconexiones son el principal obstáculo para que España pueda ayudar a Alemania en caso de que haya que enviarle gas, además de la falta de regasificadoras en Alemania. Es interesante comparar la capacidad de envío a Francia -7 bcm/día o 225 GWh/día-, mientras que nuestros vecinos franceses tienen dos gasoductos con Alemania con una capacidad de 3.585 GWh/día y 658 GWh/día cada uno.
Por eso, en la nueva 'hoja de ruta' Enagás contempla, si reciben la aprobación por parte de los reguladores europeos, retomar el desarrollo de la tercera conexión pirenaica, el MIDCAT, y el desarrollo de un gasoducto submarino con Italia. Todas ellas, junto con otro gasoducto con Portugal supondrían unas inversiones de 1.980 millones de euros para el grupo en el periodo 2022-2030, sin considerar subvenciones ni la potencial financiación sin recurso.
En el caso concreto del gasoducto subterráneo con Italia, que contaría con una capacidad de unos 10 bcm y con una punta de 15 bcm, avaló la viabilidad del proyecto por su "interés comercial" para atender las necesidades tanto en el país transalpino como en otros países de Europa.
Y el MIDCAT supondrían aumentar en otros 7 bcm de gas entre 2025 y 2029, aunque a partir de ese año se sustituiría por hidrógeno.