La vicepresidenta tercera y responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha anunciado este martes que España apoya ahora el reglamento europeo que obliga a recortar el uso de gas desde agosto. Un cambio de posición respecto al rechazo inicial que Ribera ha justificado por las múltiples excepciones y derogaciones que se han introducido en los últimos días que benefician a la Península Ibérica por su posición de isla energética.
No obstante, Ribera ha admitido que España no gozará de un "recorte cero" de gas como ella había reclamado inicialmente. Pero la disminución del consumo no será del 15% como planteaba inicialmente Bruselas sino que estará "significativamente por debajo". La vicepresidenta tercera insiste en que no habrá ningún racionamiento para los hogares, aunque son deseables medidas de ahorro voluntarias, mientras que en las empresas se trabajará con la "flexibilidad voluntaria".
Con todas estas mejoras, Ribera espera que haya un acuerdo sobre el reglamento este mismo martes. "Es un paquete extraordinariamente delicado, que ha sido cuidado por parte de todos. Y creemos que, si bien no satisface plenamente a nadie porque a cada uno le hubiera gustado ver las cosas matizadas en una dirección o en otra, puede ser un punto de encuentro muy positivo", ha explicado a su llegada a la reunión extraordinaria de ministros de Energía que se celebra en Bruselas.
"Nunca jamás se ha hecho esto. El mix energético de cada país ha sido siempre una competencia nacional. La seguridad de suministro ha sido siempre una competencia nacional. El abastencimiento y los proveedores ha sido siempre una competencia nacional. Y por primera vez damos un paso en el que todos los Gobiernos nos comprometemos a hacer más por los demás en suministro y en seguridad de suministro", subraya la vicepresidenta.
"Es un paso adelante muy importante. Y nosotros, en los términos en que aparece el texto de esta mañana, aunque echemos de menos algunas de las cosas que habíamos propuesto, creo que estamos obligados a decir que sí", ha zanjado.
La vicepresidenta tercera había justificado su oposición inicial a la propuesta de Bruselas alegando que no tiene sentido que España reduzca un 15% su consumo de gas si después no puede enviar las cantidades ahorradas a Alemania por falta de interconexiones. La propuesta de compromiso elaborada por la presidencia checa asume este argumento presentado por España y Portugal, aunque exige a cambio que ambos países presten sus infraestructuras de tuberías y regasificación.
"España es hoy el puerto de entrada más importante de la UE en gas natural licuado. España reexporta el 20% del gas que importa y estamos en condiciones de fortalecer esas capacidades. Tanto para poder reexportar a través de los dos gaseoductos transpirenaicos más de lo que hasta ahora se nos ha demandado para tenerlo disponible al 100%, como para almacenar y poder reenviar con metaneros de menor tamaño a otros puertos europeos", sostiene Ribera.
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"Ahorrar sin una capacidad real de enviar esta energía a otros países no ayuda al mensaje de solidaridad que estamos dispuestos a dar. No tiene sentido que una isla que no puede enviar gas a Europa central introduzca medidas adicionales sólo en aras de la solidaridad", ha indicado.
España será solidaria poniendo sus infraestructuras de gas a disposición del resto de la UE. Unas infraestructuras que "han sido muy costosas, pero que pueden dar servicio a mucha más población europea que no solamente la población española". "Eso sí, ese esfuerzo, que creemos que es importante y que hay que hacerlo, no debe hacerse en detrimento de las necesidades de los propios consumidores españoles", ha concluido.
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