El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha anunciado que se desarrollarán y construirán varias plantas de energía nuclear de próxima generación. Es la nueva fase de la estrategia energética nipona.
Esto marca un cambio importante en la política posterior a Fukushima (accidente nuclear de 2011) de alejarse de la construcción de nuevas plantas de energía nuclear. La medida ayudaría a Japón a reducir su dependencia de las importaciones de energía en medio de una crisis energética mundial y evitaría tensiones en una red eléctrica que se ha llevado al límite este verano.
La administración de Kishida tiene como objetivo asegurar la energía eléctrica a medio y largo plazo con un plan para reiniciar hasta 17 plantas de energía nuclear a partir del verano de 2023.
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El primer ministro cree que el plan abordará los desafíos estructurales que enfrenta Japón, como la escasez de electricidad y los retrasos en la descarbonización, especialmente porque tiene como objetivo alcanzar las emisiones netas de carbono cero para 2050.
Estrategia nuclear en 2023
El gobierno describirá las medidas detalladas y un cronograma para la implementación antes de fin de año.
El principal objetivo a partir de 2030 será considerar la construcción de plantas de energía nuclear de próxima generación. El Ministerio de Economía, Comercio e Industria ya ha compilado un borrador sobre tales plantas, específicamente reactores de agua ligera más seguros, con planes para comenzar la operación comercial en la década de 2030.
Hasta ahora, Japón ha evitado construir nuevas plantas de energía nuclear y mejorar las instalaciones existentes. Si se construye alguna planta nueva, sería la primera desde que el devastador terremoto y tsunami de Tohoku en 2011 provocaron fusiones en la planta nuclear Fukushima Daiichi.
Kishida también buscará extender el período operativo de las plantas de energía nuclear existentes. La ley actual estipula una vida operativa de 40 a 60 años, después de lo cual los reactores se desmantelan.
Algunas instalaciones de energía nuclear, como los reactores de la planta Tomari de Hokkaido Electric Power Co., han tardado casi 10 años en recibir la aprobación para operar. Esto hace que el gobierno explore medidas para extender la vida útil de las plantas de energía nuclear, tal vez restando el tiempo dedicado a las revisiones de seguridad de la vida operativa real.
El gobierno también estudiará medidas para permitir que las empresas eléctricas descubran más fácilmente sus perspectivas de generación de energía nuclear. Además, el gobierno discutirá cómo reforzar los programas para resolver problemas pendientes como la eliminación de desechos nucleares de alto nivel.
Un plan exige que se reactiven los reactores suspendidos para evitar la esperada escasez de energía este invierno y el próximo año.
En julio, Kishida anunció un plan para aumentar la cantidad de reactores nucleares activados hasta nueve para que puedan ayudar a satisfacer la demanda de energía el próximo invierno. El plan prevé el uso a medio plazo de 10 reactores, y el número aumentará a 17 para el próximo verano.
Japón tiene 33 reactores, y las compañías de energía eléctrica han pedido a la Autoridad de Regulación Nuclear que apruebe la reactivación de 25. Ya 17 han aprobado la revisión de seguridad de la NRA. Aunque 10 de los 17 reactores fueron reactivados tras recibir el consentimiento local, solo seis permanecen en operación.
Siete reactores para operar
Siete reactores aún no han sido reactivados a pesar de pasar la inspección de seguridad de la NRA. Para prepararse para su reanudación el próximo verano y posteriormente, el gobierno está tomando la iniciativa de implementar medidas de seguridad y negociar con los municipios locales, cuyo consentimiento es necesario.
El gobierno prevé reactivar siete reactores: los reactores 6 y 7 de la planta nuclear Kashiwazaki-Kariwa de Tokyo Electric Power Co. Holdings, el reactor Tokai-2 de The Japan Atomic Power, el reactor n.° 2 de la planta nuclear de Onagawa de Tohoku Electric Power, los reactores n.º 1 y 2 de la planta nuclear de Takahama de Kansai Electric Power y el reactor n.º 2 de la planta nuclear de Shimane de Chugoku Electric Power.
Las perspectivas de reiniciar la planta de Kashiwazaki-Kariwa siguen sin estar claras debido a las medidas antiterroristas inadecuadas.