El presidente ruso, Vladímir Putin, intensifica su chantaje contra la Unión Europea para que deje de apoyar a Ucrania frente a la invasión de sus tropas. Gazprom ha suspendido indefinidamente el suministro de gas a Alemania a través del gaseoducto Nord Stream 1, un movimiento que agrava la crisis energética y los problemas de suministro que sufre Europa a las puertas del otoño.
La tubería tendría que haberse reabierto este sábado tras tres días de trabajo de mantenimiento, pero Gazprom ha dicho a última hora de la tarde del viernes que la mantendrá cerrada alegando que ha detectado una fuga. El comunicado de la compañía, controlada por el Estado ruso, no da ninguna fecha de vuelta a la normalidad.
El anuncio se ha producido apenas horas después de que el G7 acordara imponer un tope al precio del petróleo ruso, que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, quiere ampliar al gas. Por ello, en Bruselas interpretan que se trata de una represalia del Kremlin. En julio, Gazprom ya había reducido el flujo de gas de Nord Stream 1 al 20% de su capacidad, escudándose en la falta de piezas de recambio por las sanciones europeas.
[Gazprom suspende indefinidamente el flujo de gas del Nord Stream 1 a Europa por una fuga]
"El anuncio de Gazprom de que una vez más cerrará Nord Stream 1 bajo pretextos falaces es otra confirmación de su falta de fiabilidad como proveedor. También es una prueba del cinismo de Rusia, ya que prefiere quemar gas en lugar de cumplir los contratos", ha denunciado el portavoz de la Comisión, Eric Mamer.
"Esto también es parte de la guerra psicológica de Rusia contra nosotros. Putin viola sin escrúpulos los acuerdos, abriendo y cerrando el grifo del gas, también en contra de sus propios intereses económicos", asegura Michael Roth, presidente del comité de Asuntos Exteriores del Bundestag alemán.
"Lamentablemente, el movimiento de Gazprom no sorprende. El uso del gas como arma no cambiará la determinación de la UE. Aceleraremos nuestro camino hacia la independencia energética. Nuestro deber es proteger a nuestros ciudadanos y apoyar la libertad de Ucrania", sostiene el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
El objetivo prioritario del tope al precio del petróleo ruso acordado por los ministros de Finanzas del G7 (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón) es precisamente privar al Kremlin de ingresos para financiar su guerra de agresión contra Ucrania.
Pero esta iniciativa sin precedentes tiene un segundo propósito no menos importante: forzar una rebaja de los precios mundiales de la energía y combatir así la inflación récord que sufren tanto Estados Unidos como Europa debido al chantaje energético de Vladímir Putin.
"Con su compromiso de poner en práctica un tope de precios, el G7 reducirá significativamente la principal fuente de financiación de rusia para su guerra ilegal, preservando al mismo tiempo el suministro a los mercados energéticos mundiales al mantener el flujo de petróleo ruso a precios más bajos", ha celebrado la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.
"Este tope de precios es una de las herramientas más potentes que tenemos para luchar contra la inflación y proteger a los trabajadores y las empresas en los Estados Unidos y en todo el mundo de futuros picos de precios causados por interrupciones (de suministro) globales", sostiene Yellen.
[El G7 promueve un acuerdo mundial para poner tope al precio del gas ruso]
De hecho, Estados Unidos es el principal promotor de esta medida. La Casa Blanca de Joe Biden temía que el embargo parcial contra el petróleo ruso aprobado en mayo por la Unión Europea desencadenara una lucha por suministros alternativos, que según sus cálculos podría disparar los precios mundiales más allá de los 140 dólares por barril. De ahí su insistencia el tope de precios como una forma de mantener cierto flujo de crudo ruso en los mercados internacionales a fuertes descuentos.
Bruselas se resistió al principio a esta idea por poco práctica, pero al final ha acabado sumándose. "Putin busca subyugar a una nación independiente a través de una brutal agresión militar y causar inseguridad en Europa y en todo el mundo al convertir en armas las exportaciones de energía de Rusia. Hoy la comunidad internacional de democracias ha vuelto a mostrar su unidad y determinación de que no lo logrará", ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni.
"Queremos reducir los ingresos de Rusia, cerrar importantes fuentes de financiación para la guerra de agresión contra Ucrania y frenar los aumentos en los precios mundiales de la energía", asegura el ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, que ocupa la presidencia de turno del G7.
La presidenta Von der Leyen quiere ir un paso más allá y por primera vez propone topar también el precio del gas ruso y no sólo el del petróleo. El tope al gas ruso es una idea que lleva meses defendiendo el primer ministro italiano, Mario Draghi, pero que rechazan el resto de socios europeos.
"Creo firmemente que ha llegado el momento de fijar un precio máximo para el gas de gaseoducto ruso exportado a Europa", ha dicho este viernes Von der Leyen, sin dar más detalles.
¿Cómo funcionará en la práctica el tope para el petróleo ruso? ¿Cuál es el precio máximo que va a establecerse? ¿Cómo se garantiza que los países que no forman parte del G7, en particular India y China, respeten este acuerdo? ¿Vetará Hungría el acuerdo dentro de la UE? De momento, la mayoría de estas preguntas no tiene respuesta: los detalles todavía deben concretarse en las próximas semanas.
[Orbán logra que el embargo al petróleo ruso sea parcial y con excepción para Hungría]
Lo único que se sabe es que el tope entrará en vigor el 5 de diciembre de 2022 para el petróleo crudo y el 5 de febrero de 2023 para los productos refinados. Son las mismas fechas en las que empezará a aplicarse el embargo parcial de la Unión Europea. Estados Unidos, Canadá y Reino Unido ya han puesto en marcha su propio veto al petróleo ruso, con lo que el precio máximo sólo lo aplicarían, en su caso, países que no están en el G7.
Los miembros del G7 aseguran que trabajarán para lograr una "amplia coalición de voluntarios" con el fin de maximizar la eficacia del tope al petróleo ruso. Pero la baza ganadora con la que cuentan las potencias occidentales es su control sobre las aseguradoras de los barcos petroleros: casi la mitad tienen su sede en Reino Unido. A estas aseguradoras se les prohibirá prestar servicios al transporte de crudo ruso que no respete el precio máximo que se establezca.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha dicho este viernes que Gazprom no venderá petróleo a los países que apliquen el tope del G7. Pero Estados Unidos sostiene que incluso si India y China no se suman, tendrán más poder para negociar precios más bajos con Rusia.
"Ya hemos comenzado a ver el impacto del tope de precios en los intentos apresurados de Rusia de negociar ventas bilaterales de petróleo con descuentos masivos", ha señalado Yellen.
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