El mercado europeo del CO2 se desploma más de un 30%: ¿Recesión, corte del gas ruso o intervención de Bruselas?
El precio de los derechos de emisión han llegado a rozar los 100 euros/Tn de CO2 y ahora caen con fuerza por debajo de los 67 euros/Tn.
12 septiembre, 2022 02:34La herramienta estrella para impulsar la descarbonización en la Unión Europea, el comercio de derechos de emisión (ETS EU), sufre la misma volatilidad que otros mercados financieros, de materias primas o commodities.
En tan solo una semana su precio se ha desplomado. Ha pasado de rozar los 100 euros/Tn de CO2 hasta los 67 euros. Los expertos no se ponen de acuerdo en por qué está sufriendo tanta volatilidad un mercado del que solo se esperaba que seguiría subiendo: la más que posible recesión económica en la zona euro, un corte definitivo del gas ruso en pleno invierno o la aprobación de medidas políticas para intervenir el ETS EU son las que ganan más fuerza.
Si baja el precio del CO2 se abrirá la puerta a quemar más gas y carbón para generar electricidad, y por tanto, el objetivo climático de este mercado quedaría en entredicho. Sin embargo, un CO2 más barato ayudaría a bajar la factura eléctrica de hogares e industrias, que están ahogados en una crisis energética sin precedentes.
Recesión económica
Los altos precios de la energía ya amenazan con causar una recesión este invierno a través de una inflación récord. La consecuencia es que los consumidores tienen menos para gastar a medida que aumentan los costes de los alimentos y la energía. Además del cierre de empresas, población en paro, etc, que haría bajar la demanda con dramáticas consecuencias.
Un corte total podría asestar un golpe aún más duro a una economía que ya está en problemas.
Además de calentar hogares y generar electricidad, el gas se usa para iniciar una variedad de procesos industriales en los que la mayoría de la gente nunca piensa mucho: forjar acero para fabricar automóviles, fabricar botellas de vidrio y pasteurizar leche y queso, por ejemplo.
Las empresas advierten que no se puede cambiar de la noche a la mañana a otras fuentes de energía, como el fuel oil o la electricidad, para producir calor. Y, con todo el mundo buscando suministros alternativos, el fuel oil y el carbón también han subido de precio.
Medidas contra el gas ruso
Otra opción que podría hacer bajar el precio del CO2 es la falta de suministro de gas este invierno si finalmente Rusia corta el grifo.
La interrupción del gasoducto Nord Stream 1 significa que los envíos de gas ruso han caído un 89% respecto al año anterior. Rusia solía suministrar el 40% del gas natural de Europa, e incluso más a Alemania, donde la energía barata era un pilar de la economía.
Los analistas de Rystad Energy dicen que Europa podría enfrentarse a una grave escasez de electricidad, incluso este mes de septiembre. Este invierno, en el caso de que fuera muy frío, con poca generación de viento y un recorte del 15% en el uso de gas, “resultaría muy desafiante para el sistema eléctrico europeo y podría conducir a racionamientos de energía y apagones”.
Y si no hay gas que quemar, no se necesitan tantos derechos de emisión. Así que la demanda cae.
“Independientemente del escenario exacto, el próximo invierno seguramente será el más desafiante que Europa haya visto en décadas. Y se espera que los consumidores o los gobiernos paguen el precio”, dijo Carlos Torres-Díaz, jefe de energía de Rystad Energy.
"Si es necesario reducir la demanda de gas esperamos que surjan problemas de suministro de energía este mes y empeoren en 2023".
Intervenir el mercado de CO2
Polonia es el país más beligerante de la Unión Europea para que se congelen los precios del CO2 al nivel de 30 euros/tonelada durante dos años. El primer ministro ha culpado al precio de las emisiones por el empeoramiento de la inflación energética y la pobreza energética. Es normal que lo defienda. El mix energético polaco es el más dependiente del carbón en toda Europa y el 71 % de su energía proviene de este combustible.
Parece que los únicos países que podrían apoyar dicha medida serían los países del Este de Europa, donde hay mayor dependencia del carbón, y también de España.
"No se trata de renunciar al objetivo ineludible de la transición verde. La idea es acelerarla. Esto ya está aceptado en toda Europa", dijo la semana pasada en una entrevista a Expansión la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Ribera reconoce que temporalmente están teniendo más entrada en el sistema eléctrico las centrales de fuel y de carbón, y propone "ampliar", al menos un tiempo, el mercado de derechos de emisión.
La Comisión Europea, por su parte, más que congelar el precio prefiere intervenir de otro modo. Según sus cálculos, los países podrían recaudar 20.000 millones de euros para invertir en energía mediante la venta de permisos almacenados en la "reserva de estabilidad del mercado".
Otra opción es la propuesta de Países Bajos, Alemania y Dinamarca. Plantean que la UE utilice una reserva del mercado de carbono para recaudar 10.000 millones de euros mediante la venta de 125 millones de permisos de carbono, la mitad de ellos adelantando la venta de permisos que se venderán a finales de esta década.
Toda esta incertidumbre tiene un efecto inmediato en el mercado de CO2 europeo, que está provocando una caída en su cotización, para respiro de grandes industriales y centrales térmicas de toda Europa.