La eólica marina flotante está pidiendo pista en España. Su punto de partida está frente a las costas del archipiélago canario, pero el foco también está en Andalucía y Galicia y, en menor medida, en la costa mediterránea.
Y se nota porque grandes petroleras, promotores renovables, fabricantes y tecnológicas de toda Europa y la propia industria eólica española se están preparando para el pistoletazo de salida: la subasta marina que se espera que se convoque a principios de 2023.
"La industria eólica espera que se cumpla el calendario previsto por el Gobierno", explican fuentes del sector eólico a EL ESPAÑOL-Invertia. "Es decir, primero, en diciembre esperamos que se aprueben los POEMs (Planes de Ordenación del Espacio Marítimo), que llevan un año de retraso".
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"Inmediatamente después, se tiene que lanzar a consulta pública la regulación sobre el desarrollo de la eólica marina, que suele ser un mes, y poco después se convocará la primera subasta. Según ese calendario, calculamos que se celebrará en marzo o en abril".
Una industria preparada
En los últimos meses, el movimiento industrial ha sido evidente. Ya hay promotores con proyectos bajo el brazo o intereses demostrados en el sector. Desde renovables españolas como Greenalia, Capital Energy, BlueFloat Energy, Saitec o IberBlue Wind, a europeas como la británica SSE Renewables o la danesa Ørsted, grandes eléctricas españolas como Iberdrola, EDPR y Naturgy, y grandes petroleras europeas como Equinor, Shell o Repsol... La lista es cada vez más numerosa, y cada una utilizará una tecnología flotante diferente.
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En febrero, Iberdrola anunció que destinaría más de 1.000 millones de euros de inversión para la puesta en marcha de 300 MW de energía limpia en la costa española. De hecho, su plan era comenzar ya un proyecto este mismo año.
En marzo, la compañía Greenalia avanzaba sus planes para presentarse a los fondos Next Generation, para su propuesta para el desarrollo de eólica marina flotante en la costa gallega.
En abril, Naturgy se aliaba con la noruega Equinor en la carrera por el desarrollo de eólica marina en España y firmaba un acuerdo para explorar el desarrollo de proyectos de esta tecnología en las islas Canarias.
Ese mismo mes, Repsol y la energética danesa Ørsted firmaban un acuerdo para identificar y, en su caso, desarrollar conjuntamente proyectos de eólica marina flotante en España. Ambas compañías tienen la ambición de convertirse conjuntamente en líder en el desarrollo de la eólica marina flotante en el país, sumando sus fortalezas.
En mayo, la española Capital Energy y la petrolera angloholandesa Shell firmaban un acuerdo para analizar el desarrollo conjunto de proyectos en el sector de la energía eólica marina en España y Portugal.
En junio, la tecnológica española Saitec anunciaba la instalación de un parque eólico flotante piloto de 50 MW en la Costa Brava.
Este mismo mes de septiembre, aterrizaba en España IberBlue Wind, una joint venture especializada en la promoción de proyectos de parques eólicos marinos flotantes, de tres empresas: la irlandesa Simply Blue Group y las españolas Proes Consultores y FF New Energy Ventures.
Pero la lista sigue con grandes compañías como EDPR, que tiene puesto el foco en el mar Mediterráneo, aunque primero se centra más en las aguas de Canarias y Asturias. También la startup BlueFloat Energy, que junto a Capital Energy impulsa en Tenerife el primer parque eólico marino en aguas portuarias de España. También con Sener, quiere lanzar el mayor parque de eólica marina flotante en España de 1,2 GW en la costa de Galicia.
Incluso hace unos días, Nervión Naval Offshore anunciaba que proyectaba construir en el puerto de Ferrol una planta de ensamblaje de estructuras de eólica marina.
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Todos los ojos en España
En la costa peninsular (España y Portugal) y en Canarias, el lecho marino es muy profundo y solo se puede construir parques eólicos flotantes. De ahí que hasta ahora no haya más que un aerogenerador sobre aguas nacionales, en el único espacio para cimentación fija, en Gran Canaria.
La tecnología flotante ha necesitado más años que la fija para estar madura, pero los prototipos existentes y los parques instalados en el norte de Europa demuestran que es posible su desarrollo y rentabilidad.
Por el momento, en toda España las solicitudes de reservas de zonas para el desarrollo offshore suman una potencia total de 13.000 MW, a la espera de que el Gobierno y las comunidades delimiten los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM). Y solo en Canarias, los proyectos offshore anunciados suman más de 1.160 MW
La hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España espera alcanzar en 2030 una capacidad instalada máxima de 3 GW.
Más de 50.000 empleos
Un estudio de EIT InnoEnergy, 'Iberia as a hub for technology development and industrial leadership in the field of floating wind offshore energy', señala que el desarrollo de esta industria en la península ibérica durante las próximas dos décadas supondría un impacto socioeconómico considerable.
De hecho, podría crear hasta 50.000 puestos de trabajo de alta cualificación (de los cuales un 60% serían directos y el resto indirectos) y un volumen de negocio que podría alcanzar los 5.000 millones de euros de facturación anual en 2030, con más de un tercio de los ingresos provenientes de la exportación.
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