La subida imparable de los precios de la energía y la presión creciente de los Estados miembros obligan a Bruselas a virar de posición. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha planteado por primera vez este miércoles que la UE imponga un precio máximo al gas importado (no sólo al procedente de Rusia sino también al que envían países aliados como Noruega) con el fin de rebajar la factura de la luz.
Esta medida venía siendo reclamada por un grupo de 15 Estados miembros (entre ellos España, Francia o Italia), que alegan que topar el precio del gas importado sería la medida más eficaz e inmediata para combatir la inflación. En el bando contrario, Alemania y Holanda se oponen con el argumento de que si la UE limita el precio, los productores desviarán sus cargamentos de gas natural licuado (GNL) a Asia y la UE se quedará sin suministro.
Hasta ahora, la presidenta de la Comisión se había alineado con las tesis de Alemania y Holanda y se había negado a presentar una propuesta legislativa para topar el gas importado. A su juicio, el límite de precio debía afectar únicamente al gas ruso, mientras que con el resto de productores la UE tenía que apostar por el diálogo para rebajar los precios.
[El bloqueo de Alemania y Holanda impide a la UE fijar un precio máximo al gas importado]
Pero en un discurso en la Eurocámara este miércoles, Von der Leyen se ha mostrado dispuesta a cambiar de posición, aunque no ha dado muchos detalles de cómo funcionaría el nuevo tope ni cuándo podría entrar en vigor. Sólo ha insistido en que, si se lleva a la práctica, sería una medida temporal.
"Trabajaremos junto con los Estados miembros para reducir los precios del gas y limitar la volatilidad y el impacto de la manipulación de precios por parte de Rusia. En marzo, ya presentamos esto (el tope al gas importado) como una opción. Dijimos que podría dar una señal importante de que la UE no pagará cualquier precio por el gas", ha explicado la presidenta.
Este precio máximo tendría "un impacto inmediato en los niveles de precios", pero a la vez "conlleva inconvenientes en términos de seguridad de suministro de gas". Pese a ello, Von der Leyen constata que en estos momentos "más Estados miembros están abiertos" a esta medida" y además la UE está "mejor preparada" para sus consecuencias.
"Dicho tope en los precios del gas debe diseñarse adecuadamente para garantizar la seguridad del suministro", ha insistido la presidenta de la Comisión.
Von der Leyen asegura que se trataría de una "solución temporal" a la espera de reformar el índice de referencia del precio del gas, el TTF holandés, que "ya no es representativo de nuestro mercado, porque incluye más GNL hoy".
"Es una solución temporal hasta que se desarrolloe un nuevo índice de precios de la UE que garantice un mejor funcionamiento del mercado", sostiene la presidenta.
Por lo demás, la política alemana ha vuelto a plantear la posibilidad de extender al resto de la UE la 'excepción ibérica' que aplican España y Portugal para rebajar la luz, tal y como demanda Francia. "Estamos dispuestos a discutir un tope en el precio del gas que se usa para generar electricidad. Este tope podría ser también el primer paso en el camino hacia la reforma estructural del mercado de la electricidad", ha explicado.
El tope al gas volverá a ser discutido por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la reunión informal que celebran este viernes en Praga.