Bruselas calcula que extender la 'excepción ibérica' que aplican España y Portugal a toda la Unión Europea ahorraría 13.000 millones de euros en la factura de la luz de los ciudadanos comunitarios y tendría un efecto directo de reducción de la inflación. No obstante, la Comisión de Ursula von der Leyen avisa de que los beneficios de este mecanismo se repartirían de forma muy desigual entre los Estados miembros: Francia sería el principal beneficiario, mientras que Alemania, Italia y Holanda tendrían los costes más altos en subsidios por su elevada cuota de gas en la generación de electricidad.
El Ejecutivo comunitario ha presentado estos datos sobre la 'excepción ibérica' durante la reunión de ministros de Energía de este martes en Luxemburgo. Durante la cumbre de la semana pasada, los líderes europeos reclamaron a Von der Leyen que ponga sobre la mesa cuanto antes un análisis de impacto completo del modelo de España y Portugal y una propuesta legislativa para ampliarlo al conjunto de la UE. Con este documento, la presidenta responde a la primera parte del encargo, pero no hay fecha para el borrador de reglamento porque sigue generando muchas dudas en Alemania y Holanda.
Europeizar el mecanismo ibérico "produciría un beneficio neto de aproximadamente 13.000 millones de euros", asegura el estudio preliminar de Bruselas. Eso se añadiría a los 70.000 millones que Bruselas prevé recaudar con el tope a los beneficios de las energías de bajo coste (renovables y nuclear) que ya se ha aprobado en la UE. "Los beneficios netos resultantes podrían tener un efecto positivo sobre la inflación global", subraya el texto.
La Comisión propone que el tope al precio del gas utilizado para generar electricidad para el conjunto de la UE sea "significativamente más alto" que el que se aplica en la Península Ibérica. Mientras que en España y Portugal el límite se ha fijado de media en 48,8 euros por megavatio hora (MWh) en los 12 meses que durará la intervención, para el conjunto de la UE estaría entre 100 y 120 euros/MWh.
"Este nivel de subsidio trata de lograr un equilibrio entre garantizar la eficiacia de la medida a la hora de reducir los precios de la electricidad y evitar que las centrales de gas se conviertan en tan atractivas financieramente que se aumente su utilización y se reduzca el uso de tecnologías de generación alternativas", subraya el documento. Bruselas apunta no obstante que a los actuales precios del gas (alrededor de 60 euros/MWh) "esta medida no produciría ningún resultado".
La vicepresidenta tercera y responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, asegura que, aún así, España apoyará a los países que reclaman europeizar la excepción ibérica. "Nosotros consideramos que es nuestra obligación respaldar a esos Estados que en estos momentos están desprotegidos. Hoy por hoy, el mecanismo no es necesario que se aplique porque el precio del gas está por debajo de ese tope que introdujimos en España y Portugal, pero funciona como un reaseguro", ha explicado Ribera.
"Si el precio del gas volviera a crecer, los consumidores españoles y portugueses están protegidos. Así que entedemos perfectamente que aquellos otros Estados miembros con un sistema eléctrico con poco carbón, con poco gas, quieran poder beneficiarse de una respuesta parecida", ha dicho la vicepresidenta.
En efecto, el análisis de Bruselas deja claro que el coste del modelo ibérico depende de la cuota de gas que utiliza cada Estado miembro para producir electricidad. "Los Estados miembros que dependen mucho de centrales de gas en su sistema eléctrico se enfrentarán a los costes más altos para los necesarios subsidios. Este sería el caso por ejemplo de Alemania, Holada e Italia. Se estima que el mayor beneficiario neto sería Francia", afirma el documento.
Para corregir estos desequilibrios, el Ejecutivo comunitario propone "crear un mecanismo europeo que redistribuya los costes de la medida entre todos los Estados miembros en línea con los beneficios que genera". No obstante, admite que "esto sería difícil de diseñar debido a la falta de estadísticas fiables y a los problemas políticos". Es decir, en la práctica significaría que Francia acabara subsidiando parte de la factura de la luz en Alemania, algo políticamente muy difícil de digerir.
[La UE alcanza un acuerdo de mínimos para avanzar en la intervención del precio del gas]
Otro de los grandes escollos para europeizar la 'excepción ibérica' es el aumento del consumo de gas, que Bruselas estima en hasta 9.000 millones de metros cúbicos. "En el actual contexto, este incremento amenazaría con empeorar la ya difícil situación por lo que se refiere a la seguridad de suministro de gas", avisa la Comisión.
Sin embargo, la mayor parte de este incremento de la demanda se produciría por la fuga de electricidad subsidiada barata a países extracomunitarios conectados a la red de la UE, como Reino Unido o Suiza. Para evitar este problema, Bruselas sugiere que ellos se sumen también al modelo ibérico o que se establezca un mecanismo de ajuste en frontera, una especie de doble subasta interna y externa. Esta segunda solución sería muy compleja de poner en práctica, admite el documento.
A la espera de un acuerdo en la UE sobre el modelo ibérico, el Ejecutivo comunitario señala que los Estados miembros son libres de ponerlo en práctica unilateralmente como hicieron España y Portugal. "Como ocurrió con el mecanismo ibérico, estas intervenciones nacionales deben respetar las reglas de la UE sobre ayudas de Estado y garantizar que el comercio transfronterizo entre los Estados miembros no quede restringido", señala el documento.
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