Dentro de un mes, los días 8 y 9 de diciembre, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el presidente francés, Emmanuel Macron, se verán las caras para sentar las bases del novedoso hidroducto entre Barcelona y Marsella, un tubo que transportará hidrógeno verde conocido como 'BarMar'. Un proyecto al que le han salido muchas novias en las últimas semanas.
Los detalles del nuevo proyecto -en particular los plazos y el reparto de costes de construcción- se decidirán en esa reunión en Alicante. Y aunque esa conexión submarina para hidrógeno se asienta en esbozos que Enagás había hecho para otro conducto alternativo hacia el puerto italiano de Livorno, no significa que sea esa compañía la que tenga que construirlo.
Aún así, podría parecer que se da por hecho que será Enagás la encargada de su construcción. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, fue la que dijo, hace unas semanas, que el BarMar se hizo a partir de "unos pequeños esbozos en los que ha estado trabajando Enagás".
Y Arturo Gonzalo Aizpiri, consejero delegado de la compañía que gestiona el sistema gasista español, apuntó poco después que ya tenían calculada la viabilidad técnica del proyecto.
"La Ley del Sector de Hidrocarburos, 34/1998, de 7 de octubre, señala que Enagás es el transportista mayoritario de la red troncal de transporte primario de gas, lo que incluye las conexiones internacionales del sistema gasista español con otros sistemas o con yacimientos en el exterior", explican fuentes del sector gasista a EL ESPAÑOL-Invertia.
A su juicio, "lo que se va a construir entre Barcelona y Marsella no es un gasoducto, sino un hidroducto (así lo ha querido llamar el Gobierno), y por tanto ya no depende de Enagás".
"Por eso, tiene sentido que se saque a concurso público para que puedan competir otros agentes del sector que también saben construir infraestructuras energéticas", añaden.
Competencia de Enagás
En el mercado nacional no solo Enagás se encarga de ampliar las infraestructuras gasistas. Empresas como Redexis, Nortegas o Reganosa acumulan años de experiencia en el negocio, y ahora también incorporan proyectos pioneros en hidroductos.
De hecho, Redexis puede presumir de haber construido el primer hidroducto de España en Mallorca, dentro del proyecto GREEN HYSLAND – Deployment of a H2 Ecosystem on the Island of Mallorca, y se ha diseñado para que tenga capacidad para distribuir el hidrógeno renovable generado en la planta de Lloseta.
Este proyecto reúne todos los elementos centrales de la cadena de valor del hidrógeno a través de la producción, la infraestructura de transporte y distribución y el uso final del hidrógeno renovable.
Nortegas también ofrece su experiencia en construir este tipo de infraestructuras. En mayo pasado anunciaba las obras de su primer hidroducto en España, que conectará en Vizcaya la refinería de Petronor y el Puerto de Bilbao. Su objetivo es que esta conducción sea la primera que se ponga en marcha en el país. El hidrógeno renovable que transporte abastecerá la hidrogenera que se ubicará en el polígono de Abanto-Zierbena para dar servicio al parque móvil de la Diputación de Vizcaya.
El liderazgo de Exolum
Además de las gasistas, también quiere participar en el nuevo nicho de negocio Exolum (antes CLH), líder de la logística de hidrocarburos en España. Aporta una larga experiencia en la construcción de oleoductos.
"Exolum trabaja constantemente para contribuir a la descarbonización de la economía y quiere ser un actor relevante en el proceso de transición energética que estamos viviendo", señala a EL ESPAÑOL-Invertia Jorge Lanza, consejero delegado de Exolum.
Añade, además que "en este sentido, con motivo del anuncio de la futura creación del hidroducto BarMar, que transportará hidrógeno desde Barcelona hasta Marsella, ponemos a disposición de las instituciones nuestros cerca de 100 años de experiencia en el transporte y almacenamiento de hidrocarburos, así como nuestro conocimiento en la gestión de infraestructuras".
"Desde Exolum queremos postularnos como una de las compañías que puede formar parte de este proyecto y contribuir a posicionar España como referente en Europa de la transición energética", prosigue el responsable de la energética.
"En Exolum abogamos por una colaboración público-privada más intensa que impulse el desarrollo de todas las tecnologías posibles de descarbonización, sin exclusiones, desde el principio de neutralidad tecnológica".
"De este modo, podremos progresar más rápidamente tecnologías alternativas como pueden ser los combustibles sostenibles y ofrecer a los usuarios y la sociedad en su conjunto la capacidad de elegir entre más opciones, en base a criterios de coste-eficiencia", concluye.
La piedra está ya en el tejado del Gobierno. España puede presumir de tener grandes energéticas interesadas en apostar por el hidrógeno verde, ahora toca esperar a ver cuáles son los planes finales para el 'BarMar'.
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