Futuro sombrío para los fabricantes de aerogeneradores europeos. La hispano-alemana Siemens Gamesa presenta por tercer año consecutivo números negativos y la danesa Vestas lo hace por primera vez. Además, la estadounidense GE (General Electric) amenaza con dejar su centro tecnológico en Barcelona.
"La inesperada subida de las materias primas y los exigentes pedidos de los promotores renovables, fijando precios para 4 ó 5 años, han terminado ahogando las cuentas de resultados de los fabricantes", explican fuentes del sector eólico a EL ESPAÑOL-Invertia.
"Como no se dé una solución política y se obligue a los promotores, es decir, las grandes energéticas, a que acepten adaptar los contratos firmados antes de la crisis acabarán con una industria necesaria para transición energética". Además, "se están aprovechando de los bajos precios de los fabricantes y de los altos precios por la venta de su energía".
En el marco de la actual crisis energética, los gobiernos europeos han aumentado sus objetivos en materia de energía eólica, lo que empuja a que sea una industria con futuro.
Pero "para ello es necesario cuidar de toda la cadena de valor, porque, si desaparece, habrá que buscarlo en otros lugares, ¿y quién está preparado para coger el testigo? Los fabricantes eólicos chinos, que siempre cuentan con el respaldo de su Gobierno", añaden.
Siemens Gamesa, récord de pedidos
Desde el pasado mes de septiembre, circula el rumor de que Siemens Gamesa estudia poner a la venta ocho de las nueve fábricas que tiene en España, entre las que se encuentran las plantas de Asteasu (Guipúzcoa) y Mungia (Vizcaya), dedicadas a producir multiplicadores para los aerogeneradores. En total, son 320 trabajadores de ambas plantas.
La compañía tiene previsto también poner a la venta las fábricas de Sigüeiro en La Coruña, Lerma, Reinosa (Burgos), Valencia, San Fernando de Henares (Madrid) y Burgos capital. La venta afectaría a 1.400 trabajadores.
Los rumores apuntan a que el proceso no se ha iniciado aún, ya que está en fase de análisis, aunque podría ser una cuestión que se ponga en marcha en "semanas o meses" y se plantea por "un tema de estrategia" con el objetivo de "crecer" en el sector.
Sin embargo, la cúpula directiva de la compañía ha negado categóricamente a este diario que se esté en ese proceso. "No hay más que decir", ha respondido a nuestras preguntas.
"El problema es que si una compañía, por sanear sus cuentas, se va cortando dedos, cuando quiera salir del atolladero se ha quedado sin mano para seguir trabajando, y eso es lo que pretende Siemens Gamesa", continúan las fuentes del sector eólico.
En septiembre, la compañía publicó un white paper donde se lanzaba una llamada de socorro. "La rentabilidad de la industria se ve actualmente amenazada por la lentitud de los permisos, subastas centradas únicamente en el precio y, en última instancia, el aumento de los precios de la energía, las materias primas y el transporte", resaltaba el informe.
Las primeras pérdidas de Vestas
Vestas, el primer fabricante de eólica del mundo con una cuota de mercado de aproximadamente el 15,5%, según datos de 2021 (la china Goldwind y la alemana Siemens Gamesa se situaron en segunda y tercera posición, respectivamente), estaba resisitiendo frente a sus competidores.
Sin embargo, el fabricante danés registró pérdidas por primera vez, de 1.031 millones de euros en los nueve primeros meses de 2022, en contraste con el beneficio neto atribuido de 129 millones del mismo periodo de 2021, según informó la empresa, que ha enfriado sus pronósticos anuales.
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Las cuentas de Vestas hasta el mes de septiembre reflejan un impacto adverso extraordinario de 517 millones de euros, incluyendo 358 millones en relación con Rusia.
"La incertidumbre geopolítica y la alta inflación afectaron los costes de ejecución y los niveles de actividad en la industria eólica", señalaba el presidente y consejero delegado, Henrik Andersen, durante la presentación de resultados.
GE amenaza con irse
También General Electric, el principal instalador de turbinas eólicas del mundo, ve nubarrones en el horizonte europeo. No ve un escenario claro en Europa y está barajando cerrar su centro tecnológico de Barcelona.
Hasta la fecha, la plantilla de GE en nuestro país suma unas 2.900 personas entre las fábricas de LM Wind en Ponferrada y Castellón, Hydro en Bilbao, los propios centros de onshore y offshore de GE y la división Grid, de componentes para redes.
Según el último informe de BloombergNEF, GE ha conseguido escalar desde el cuarto puesto de 2019 hasta el primero. Y detrás de él está la china Xinjiang Goldwind Science & Technology Co.Ltd, dejando en el tercer lugar a Vestas, líder absoluto en los últimos años y desplazando a otra europea, Siemens Gamesa, a plazas inferiores del ranking.
Si desaparece esta industria, con todo el camino que queda por hacer para la instalación de parques eólicos terrestres y marinos, ¿quién le sustituirá? "Podría ocurrir lo que ya pasó hace 15 años con la industria fotovoltaica europea, que desapareció y desde entonces dependemos al 100% de los fabricantes chinos para poder desarrollar la tecnología solar en Europa", concluyen las mismas fuentes.
"Ahora que Europa es consciente de que debemos dejar de depender de terceros para ser más autosuficientes, los políticos tienen que tomar medidas para proteger una industria pionera, innovadora y altamente tecnológica que supera y con mucho a la del resto del mundo".