La cuarta subasta de renovables de la 'era Ribera' podría pasar a la historia como otro fracaso al igual que la anterior de octubre. Según ha podido saber EL ESPAÑOL-Invertia se han presentado pocos proyectos y el precio de corte podría estar más bajo a las ofertas presentadas.
Se han puesto en juego un total de 3.300 megavatios (MW) entre eólicos y fotovoltaicos. En concreto, este nuevo concurso de subasta renovable se estructura en dos cupos de potencia, uno de 1.800 MW para la fotovoltaica y otro de 1.500 MW para la eólica. Son parecidos en capacidad ofertada con la puja de enero de 2021.
Sin embargo, como ya adelántabamos, en esta cuarta ocasión, no hay tanta expectación como en ediciones anteriores, ni se esperaban precios tan bajos. Según fuentes del sector, apenas se han adjudicado unos 50 MW en la puja, resultando uno de los adjudicatarios la compañía Elawan, con unos 25 MW y Forestalia con otros 25 MW. No obstante, el resultado de la subasta debe ser validado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Algunas de las grandes empresas renovables, como Acciona Energía, Grenergy o Greenalia, confirman que no han participado en esta puja.
La subasta de octubre del año pasado se saldó con un precio medio ponderado de 31,65 euros/MWh para la tecnología fotovoltaica y de 30,18 euros/MWh para la eólica. Sin embargo, esos precios en la actual coyuntura han variado sustancialmente al alza para hacer atractivo el desarrollo de proyectos.
El gabinete dirigido por Teresa Ribera estimaba esta subasta, de haberse alcanzado el objetivo de cubrir al completo los 3.300 MW, representaba un ahorro de gas de 11.000 gigavatios hora (GWh) anuales, un 2,9% del consumo total de gas en España en 2021, y una reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero de unos 2,7 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente. Además, la previsión contemplaba que la inversión necesaria para ejecutar la potencia adjudicada rondara los 2.900 millones.
En las subastas para obtener el REER los promotores pujan por el precio que están dispuestos a cobrar por la energía que generen sus plantas --de 12 años en el caso de la eólica y la fotovoltaica--, con cierta exposición al precio del mercado.
Como en las demás subastas, las empresas adjudicatarias tenían además que presentar un plan estratégico con las estimaciones de impacto sobre el empleo local y la cadena de valor industrial. Además, se impedirá el acceso a futuras subastas del REER a las instalaciones adjudicatarias, para desincentivar que se renuncie al régimen otorgado en esta subasta al objeto de acudir a otra subasta posterior.