El uso de gases renovables es una de las claves para lograr la neutralidad de emisiones a la que se ha comprometido España de cara al 2050. La transición energética es un asunto prioritario y, en este contexto, irrumpen este tipo de gases combustibles que se obtienen de materias primas o fuentes renovables. Estos gases pueden ser usados para la movilidad (transporte) o para su distribución a través de las redes de gas natural ya existentes. Los hay de tres tipos: biogás, obtenido a partir de materiales orgánicos biodegradables (residuos ganaderos y agroindustriales fundamentalmente); gas de síntesis, que resulta a partir de materiales ricos en carbono a través de un proceso químico a alta temperatura; e hidrógeno, generado a través de electrólisis, método que usa los excedentes de energía eléctrica de origen solar o eólico para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua.
Según datos de la Comisión Europea, España es el tercer país con más capacidad para generar de biogás en Europa, y su utilización, junto con la del resto de gases renovables, podría llegar a cubrir el 57% de la demanda total de gas en nuestro país a medio plazo.
Además, todo lo que aportan los gases renovables son ventajas. Para empezar, son gases con propiedades muy similares a las del gas propano o natural, por lo que pueden distribuirse a través de la infraestructura gasística ya existente y con las mismas aplicaciones energéticas en hogares, comercios, empresas. Por otro lado, y más allá de contribuir a reducir notablemente la emisión de gases de efecto invernadero al planeta, fomentan la economía circular, a través del reaprovechamiento de los residuos, y reducen la dependencia que tiene nuestro país con el exterior al producirse de manera autóctona, entre otras ventajas.
La apuesta de Naturgy camina hacia el aprovechamiento de las redes de suministro actuales, por lo que trabaja en esta línea con diversos proyectos que lo hacen posible. Uno de los ejemplos más potentes es la adaptación de la planta de biometano instalada en la explotación ganadera de Porgaporcs, en Vila-Sana (Lérida), desde donde se generará biometano (obtenido a partir del biogás) que se inyectará gas renovable a toda la red del grupo en 2023, cuya generación y consumo evitarán la emisión a la atmósfera de más de 2.450 toneladas de CO2 al año, lo que equivaldría a plantar 4.900 árboles.
El gran potencial del biometano
Otro ejemplo donde Naturgy testó el biometano producido fue en el marco del proyecto LIFE Metamorphosis, cofinanciado por la Comisión Europea dentro del programa LIFE, que pretende promover tecnologías innovadoras en materia de medio ambiente y cambio climático para impulsar cambios en el desarrollo y la aplicación de las políticas. Una parte de este proyecto se llevó a cabo en Lérida, en la misma planta ganadera, pero esta vez centrándose en su parque móvil, centrando su uso como combustible para sus vehículos. Una vez comprobada su efectividad, el gas ya generado se llevó a Zaragoza para ser utilizado como combustible para el transporte público de la ciudad. Pero no ha sido la primera prueba en este sentido, Naturgy ya había utilizado biometano, generado a través de los residuos de vertederos, en sus vehículos desplegados en sus instalaciones de Cerdanyola del Vallès (Barcelona). Este proyecto en concreto evita la emisión a la atmósfera de 2.400 millones de CO2 al año (lo que equivale a plantar 5.000 árboles), contribuyendo además a la economía circular.
Sin embargo, en España todavía queda mucho por hacer en materia energética. La Hoja de Ruta del Biogás, aprobada por el Consejo de Ministros este año, establece que en 2030 al menos un 1% del gas consumido a través de la red de gas natural será biometano. Dato que choca con el 10% estimado en los países europeos líderes en este tipo de gas.
A través del estudio El biogás y le biometano como palanca clave para la descarbonización de la economía española, elaborado por PWC y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas y publicado por Fundación Naturgy, los expertos insisten en que el potencial del biometano en España es mucho más grande. Además, plantean una serie de cuestiones fundamentales a resolver para poder aprovechar este potencial: el desarrollo definitivo en España de un sistema de garantías de origen para los gases renovables, la digitalización de las redes de gas para permitir reducir las necesidades de actualización del biogás y la simplificación de los procesos administrativos para la construcción de las plantas. Sin olvidar el apoyo normativo y fiscal que ayuden a regularizar su uso.
Mientras tanto, y gracias a proyectos como los indicados así como a su amplio conocimiento del sector del gas natural y a la fortaleza y permeabilidad de sus redes, Naturgy se sitúa a la vanguardia en innovación en el desarrollo de este importante avance energético que contribuirá a la descarbonización de la economía española en los próximos años.