Se están calmando las aguas en el agitado mercado gasista europeo pese a estar viviendo una ola de frío polar en el Viejo Continente, con temperaturas más bajas de lo normal por esta época. En pleno invierno, y con las calefacciones encendidas, el precio del gas natural no solo no remonta, sino que ya está cerca del nivel más bajo en casi año y medio (septiembre de 2021).
Tanto es así que algunas casas de análisis, como Goldman Sachs, han dado la vuelta a sus pronósticos de hace solo dos o tres meses atrás donde decía que iba a haber recesión ahora hablan de recuperación.
"Mantenemos nuestra opinión de que el crecimiento de la zona euro será débil durante los meses de invierno dada la crisis energética, pero ya no buscamos una recesión técnica", ha dicho Sven Jari Stehn, Chief European Economist de esta firma de inversión.
El índice de referencia europeo, el holandés TTF, cayó un 16% el lunes, hasta los 64,80 euros/MWh, y el martes, siguió bajando casi otro 7% hasta los 59 euros/MWh. Y el MIBGAS, el de referencia para el mercado ibérico, se acerca a la barrera de los 50 euros/MWh, y podría llegar al nivel de precio que aprobó el Gobierno para activar el 'mecanismo de excepción ibérica'.
Esto está muy por debajo de los picos históricos del año pasado cuando los precios subieron a 342,87 euros/MWh, pero se mantiene por encima de los niveles anteriores a la crisis con precios del gas a 17,11 euros/MWh esta vez hace dos años.
Por qué no sube el gas
Lo paradójico de este escenario es que no estaba previsto que en plena ola de frío polar siguiera bajando el precio del gas en Europa. "Estamos 4ºC por debajo de lo normal en estas fechas, pero se estima que el impacto de este tiempo va a ser corto, y además, está haciendo mucho viento", explican los expertos de la consultora energética Antuko.
La eólica está ayudando a no necesitar encender los ciclos combinados (gas), pero sobre todo "los almacenamientos han caído de media en Europa un 2%, un ritmo muy alto, pero no se ha resentido la cotización de la materia prima porque todavía son un 34% más altos que en estas fechas un año atrás".
"Además, el precio del GNL sigue siendo bajo, Noruega sigue enviado gas a Europa a pleno rendimiento y Alemania acaba de inaugurar su segunda terminal de regasificación -de las cinco previstas", continúan desde Antuko.
Incluso se podría esperar el cierre definitivo del grifo del gas ruso. "Ha caído incluso más en este último mes, desde los 40 bcm a los 30 bcm, así que es esperable que deje de suministrar", detallan.
Un dato que confirmaba hace dos días la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, durante el balance del Plan +SE relativo a medidas energéticas. "En diciembre, Rusia solo suministraba el 7% del total del gas que llegaba a Europa a través de gasoducto, un mes antes era el 8% y hace un año el 40%. El cambio de tendencia ha sido exponencial".
"Aún así, el precio del gas no es lo suficientemente bajo como para que se active la demanda industrial y se recupere la actividad en este sector", puntualizan desde Antuko.
Mejora la eurozona
Los mensajes a lo largo del año 2022 eran bastante catastróficos por la crisis energética y los altos precios de gas, petróleo y electricidad afectando a la inflación y a las economías de Europa.
Goldman Sachs había pronosticado en noviembre una contracción del 0,1% para la región. Una recesión técnica generalmente se define como dos trimestres consecutivos de contracción en el producto interno bruto (PIB). Aún así, espera que la inflación de la zona euro sea de alrededor del 3,25% a fines de 2023, comparativamente mejor que el 4,50% predicho anteriormente.
También la casa de análisis prevé que la inflación subyacente de la región se reduzca al 3,3% a finales de año a medida que se enfríen los precios de los bienes, pero se prevé una presión alcista continua sobre la inflación de los servicios debido al aumento de los costes laborales.
Dada la naturaleza "pegajosa" de la inflación, Goldman espera que el Banco Central Europeo siga siendo agresivo y ofrezca aumentos de 50 puntos básicos en febrero y marzo, antes de reducirse a 25pb para una tasa terminal de 3,25% en mayo.
Coincide en su análisis con el banco privado suizo Julius Baer. "La crisis energética de Europa se está aliviando rápidamente, las preocupaciones anteriores sobre la disponibilidad insuficiente de GNL han resultado exageradas", asegura Norbert Rücker, Head Economics and Next Generation Research de esta entidad.
"Europa puede confiar plenamente en las importaciones extranjeras para compensar las reducciones de Rusia, la energía nuclear francesa se restablece en gran medida y el giro temporal hacia el carbón y el giro duradero hacia la energía limpia reconstruyen las reservas de energía en general. Vemos más deflación en el futuro, la energía no es escasa estructuralmente sino que lo es cíclicamente".
Y asegura que "la crisis podría desaparecer a la misma velocidad que apareció".
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