La transición hacia un mundo más verde y sostenible es una realidad que se refleja en la retirada progresiva de los combustibles fósiles del sistema energético mundial, comenzando por el carbón, continuando por el petróleo y finalizando con el gas, dando paso a nuevas fuentes de energía limpias, que permitirán lograr una transición ecológica en consonancia con lo establecido en el Acuerdo de París.
Sin embargo, la implantación de las energías renovables se enfrenta cada día a nuevos retos, entre ellos que puedan mantener el funcionamiento actual sin poner en peligro las necesidades energéticas de generaciones futuras. En este sentido, energías como la eólica, la solar y la hidráulica son sostenibles y generan un menor impacto medio ambiental que otras energías consideradas “verdes” en la taxonomía europea de actividades económicas sostenibles, como por ejemplo la nuclear.
Fundada en 2011, CTG Europe es la filial europea de China Three Gorges Corporation, la empresa de desarrollo y operación de energía hidroeléctrica más grande del mundo y el mayor grupo de energía limpia en China.
Protección medioambiental
En este parámetro de energía sostenible y limpia se sitúa China Three Gorges Europe (CTGE), que prioriza la protección medioambiental en todas sus plantas renovables, con especial atención a aquellas medidas que promueven la conservación de flora y fauna.
Este afán por la protección del medioambiente lo hereda China Three Gorges Europe de su empresa matriz, la multinacional China Three Gorges Corp, que opera con la sostenibilidad y la conservación del entorno natural en mente desde su creación en 1993.
En los últimos años, la necesidad de un despliegue de energías renovables que se lleve a cabo de manera ordenada, y siendo respetuoso con el medio ambiente, evitando los impactos negativos sobre la naturaleza, ha ganado fuerza. Por este motivo, las energéticas están abogando cada vez más por la implantación en sus plantas de energía limpia de prácticas destinadas a cuidar la biodiversidad, que a día de hoy son de obligado cumplimiento para el desarrollo de estas instalaciones. Estas iniciativas promueven la protección de los hábitats de importancia para la fauna, la mejora de la permeabilidad para el paso de los animales o el control de la vegetación, entre otros.
En España, CTG Europe dispone de plantas renovables en siete comunidades autónomas: Andalucía, La Rioja, Castilla La Mancha, Castilla León, Murcia, Extremadura y Cataluña. Antes de ubicar los activos de energía limpia, la compañía determina la idoneidad del proyecto en virtud de unos estudios preliminares que se centran en un estudio hidrológico, estudios topográficos o geológicos (para determinar la idoneidad del terreno, inclinación etc).
Criterios
CTG Europe determina la idoneidad de sus proyectos en virtud de criterios medioambientales que van desde el impacto acústico o la conservación de elementos arquitectónicos y presta especial atención al cuidado de la flora y fauna local
Asimismo, se realiza una evaluación de la vegetación, la fauna y el patrimonio cultural (a veces es necesario realizar estudios arqueológicos si se detectan elementos susceptibles de ser conservados), para así poder proteger y respetar la vegetación local y realizar actividades como la reforestación. En caso de que los proyectos estén ubicados cerca de zonas urbanas también se llevan a cabo estudios especiales de impacto acústico o de polvo y se ven las distintas posibilidades de promover las economías locales.
CTG Europe tiene una clara vocación por disminuir lo máximo posible el impacto medioambiental en la fase de desarrollo y construcción de los proyectos y, en este sentido, la empresa cumple estrictamente cada una de las medidas preventivas, correctoras y complementarias que nos trasladan desde los órganos medioambientales para cada una de las fases del proyecto.
Algunos ejemplos serían la utilización de distintos tipos de bebederos para la fauna local, algunos de ellos con depósito, contenedores de reciclaje camuflados sin impacto visual, depósitos camuflados y estanques de agua como bebederos para la fauna local y la protección de la biosfera, creación de madriguera y protección y mantenimiento de las ruinas arqueológicas.
De este modo, una vez puesta en marcha una instalación fotovoltaica, por ejemplo, su espacio resulta apto para la presencia de distintos animales y puede contribuir a la protección y conservación de especies, incluso de algunas protegidas. Además, la ausencia de otros impactos derivados de excluir de la caza, las actividades agrarias intensivas o las actividades recreativas en el interior de los recintos puede fomentar la presencia de otras especies.
Si bien es cierto que una instalación fotovoltaica puede ocupar una gran superficie, esto no significa que vaya a incidir negativamente en la biodiversidad/fauna en ese territorio. Una buena planificación por parte de las energéticas que desarrollan renovables permitirá que la implantación de las plantas sea segura y respetuosa con la flora y fauna de la zona, además de impulsar las economías locales y desarrollar el potencial de investigación e innovación. Como reza la declaración de Dublín: "El medio ambiente depende de nuestras acciones colectivas, y el medio ambiente de mañana de nuestras acciones de hoy".