Greenpeace ha enviado dos activistas más para protestar, que se han unido a los cuatro que ya había, a una plataforma petrolera que "se dirige a extraer petróleo y gas" en el mar del Norte, contratada por Shell, y que se encuentra al norte de la costa de Canarias.
Todo ello después de que la petrolera Shell haya enviado una orden judicial a los primeros cuatro activistas "en la que amenaza con multas y hasta dos años de cárcel", según ha informado Greenpeace en un comunicado.
Con esta protesta, Greenpeace pide a la compañía que "deje de expandir la producción de petróleo y gas en todo el mundo, que asuma su responsabilidad en la crisis climática y que pague por la destrucción que está provocando".
Así sobre las 09.00 horas el trimarán Mérida fletado por Greenpeace y otros dos botes se han acercado hasta el buque de carga pesada 'White Marlin', contratado por Shell para transportar su plataforma de petróleo y gas de 34.000 toneladas hacia el Mar del Norte.
Las imágenes muestran un barco-escolta que permanece cerca de los activistas, embarcación que es propiedad de Boskalis, la empresa que Shell ha contratado para el transporte de la plataforma petrolera.
Para acceder a la plataforma, dos escaladores de Greenpeace International (Pascal Havez, de Francia, y Silja Zimmermann, de Alemania) han usado cuerdas para acceder al barco contratado por Shell desde el Suzy Q, un pequeño bote propiedad de la organización medioambiental.
Actualmente los activistas que se encuentran a bordo de la plataforma son Carlos Marcelo Bariggi Amara de Argentina; Yakup Çetinkaya de Turquía; Imogen Michel del Reino Unido; Usnea Granger de EEUU; Nonhle Mbuthuma de Sudáfrica; Hussein Ali Ghandour del Líbano; y Noa Helffer de Italia).
Esta acción se ha llevado a cabo cuatro días después de que Shell anunciara ganancias "récord" de 39.900 millones de dólares (36.000 millones de euros).
Hussein Ali Ghandour, de Líbano, ha señalado desde el Mérida que viven en una de las regiones "más secas del mundo, que se está calentando dos veces más rápido que la media mundial". Al igual que en todo el Medio Oriente y Norte de África, las sequías, los incendios forestales, las inundaciones repentinas y otros desastres climáticos ahora sean parte de las "realidades diarias", hace que se "agraven" los problemas sociales y económicos.
"Son los grandes contaminadores como Shell los que han de cargar con las responsabilidades históricas de estos daños. El reloj de la justicia climática está en marcha y los contaminadores deben dejar de desarrollar nuevos proyectos de combustibles fósiles y pagar por las décadas de devastación que han causado en todo el mundo", apuntilló.
Por su parte, la escaladora alemana Silja Zimmermann ha asegurado que "no" dejará que Shell les "silencie".
"El mundo necesita saber que Shell tiene planes para seguir calentando aún más el planeta, aumentando la devastación climática sin pagar un euro para reconstruir la destrucción" que se está viviendo.
"Tenemos veranos cada vez más sofocantes, la falta de lluvia está destruyendo los bosques y afectando a los agricultores y con las elevadas facturas de energía, cada vez es más difícil llevar comida a la mesa. Comunidades enteras están expuestas al auge y caída de los volátiles mercados de petróleo y gas. Y en Alemania, por ejemplo, las inundaciones en 2021 mataron a 180 personas, con unos costes de reconstrucción de 30.000 millones de euros. Ya vale, ya es suficiente. Shell debe dejar de perforar y empezar a pagar", apostilló.
Por último, Noa Helffer, de Italia, también desde el Mérida, ha indicado que se sabe que "la crisis climática está golpeando más fuerte a los países que tienen menos culpa y en Europa" se solidarizan. Añadió que en Italia ha vivido inundaciones que "llegaban hasta la cintura y, por el contrario, ha habido momentos en los que no llovía durante meses y los agricultores solo obtenían cultivos secos", para agregar que las ganancias de Shell son "pérdida".
"Es hora de hacer pagar a los que contaminan", apuntilló.