Alemania, Holanda y los nórdicos han enviado una carta a la Comisión Europea en la expresan su rechazo a una reforma profunda del mercado eléctrico comunitario como la que han pedido España o Francia para rebajar la factura de la luz. Estos países sostienen que el diseño actual del mercado ha generado "enormes beneficios" en materia de precios, seguridad de suministro e integración de las renovables. Cualquier posible cambio, alegan, debe ser "limitado", mantener la señal de precios y basarse en un análisis de impacto.
El equipo de Ursula von der Leyen tiene previsto presentar propuestas legislativas para reformar el mercado eléctrico el próximo mes de marzo. La misiva prepara el escenario para una negociación a cara de perro entre los dos bandos en liza: defensores del libre mercado (Berlín o La Haya) frente a intervencionistas (Madrid, París o Roma).
"La integración del mercado eléctrico durante la última década ha traído enormes beneficios para la UE, incluyendo precios mayoristas más bajos, mayor seguridad de suministro y la integración a gran escala de la energía renovable", sostiene la carta, que está suscrita por un total de 7 países (Alemania, Holanda, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Luxemburgo y Letonia).
Los firmantes admiten que el chantaje energético de Rusia (sumado a la baja disponibilidad de energía nuclear e hidráulica) provocó que el precio de la luz se disparara el año pasado y sufriera fuertes fluctuaciones. Pero destacan que el mercado eléctrico ha demostrado ser resistente y capaz de garantizar la seguridad de suministro en toda Europa incluso en una situación de crisis sin precedentes.
Además, la UE "no debe perder de vista" sus objetivos a largo plazo en materia de lucha contra el cambio climático, proporcionando a la vez seguridad de suministro y precios asequibles. "Esto requiere un mercado de la electricidad que funcione bien. En tal mercado, las señales de precio garantizan el envío eficiente de unidades de generación en Europa al menor coste disponible", prosigue la misiva.
"Cualquier reforma que vaya más allá de ajustes limitados al marco existente debe estar respaldada por una evaluación de impacto en profundidad y no debe adoptarse en modo de crisis", sostienen Alemania y Holanda.
En particular, los firmantes de la carta rechazan convertir en permanente el tope a los beneficios de las tecnologías de bajo coste (renovables y nuclear) que la UE aprobó en septiembre como medida extraordinaria para rebajar la factura de la luz. Una minoración de beneficios que en España está en vigor desde 2021 por iniciativa de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.
Convertir esta medida en permanente "podría poner en riesgo la confianza de los inversores en las inversiones necesarias", sostienen Alemania y Holanda. Para alcanzar sus objetivos climáticos, la UE necesitará 487.000 millones en inversiones anuales en energías renovables entre 2021 y 2030, según recuerda la misiva.
Los firmantes admiten que los contratos a largo plazo que defiende España como pilar central de la reforma del mercado eléctrico "podrían desempeñar un papel si benefician a la transición hacia energías renovables". No obstante, apuntan que estos contratos deben ser voluntarios, no pueden imponerse de forma retroactiva y tienen que centrarse en nuevas inversiones renovables. Además, los precios deben fijarse mediante subastas competitivas y no de forma regulada.