Bruselas

Desde el estallido de la guerra en Ucrania, la UE ha recortado "de forma dramática" y en tiempo récord las importaciones de gas de tubería procedentes de Rusia, que ahora sólo representan el 8% del total. Al mismo tiempo, Moscú ha aumentado hasta un 20% sus exportaciones de gas natural licuado (GNL) a Europa (hasta alcanzar los 20.000 millones de metros cúbicos en el último año), lo que contrarresta en parte los esfuerzos de Bruselas por desengancharse de la energía rusa.

Buena parte del GNL ruso viaja a España, que en el último año ha disparado más de un 80% las compras a Moscú, superando los 61.300 gigavatios hora (GWh), frente a los 33.305 GWh del año anterior. El gas ruso representa ahora el 14% del consumo español, sólo superado por Estados Unidos (27,1%) y Argelia (23,8%), según los datos de Enagás. España es el tercer país del mundo que compra más GNL a Rusia, por detrás de Japón y Bélgica, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio.

Esta contradicción genera una creciente incomodidad en la Comisión de Ursula von der Leyen. Su comisaria de Energía, Kadri Simson, ha pedido este jueves a Gobiernos y empresas que tomen medidas para librarse cuanto antes de esta nueva forma de dependencia energética respecto al Kremlin. 

[España ha sido el mayor importador de gas natural licuado (GNL) ruso en los meses de julio y agosto]

"Creo que podemos y debemos deshacernos del gas ruso por completo lo antes posible, teniendo siempre en cuenta nuestra seguridad de suministro. Animo a todos los Estados miembros y a todas las empresas a que dejen de comprar GNL ruso y no firmen nuevos contratos con Rusia una vez que hayan expirado los contratos existentes", ha dicho Simson en una comparecencia ante el comité de Industria de la Eurocámara. 

"Comprometerse a no renovar los contratos existentes con Rusia es la mejor manera de ofrecer garantías a largo plazo a nuestros socios fiables (en referencia a Estados Unidos o Noruega) de que se mantendrá una demanda significativa", argumenta la comisaria de Energía.

En un momento en que los Gobiernos europeos se preparan ya para llenar los depósitos de cara al próximo invierno 2023-2024, la comisaria de Energía ha anunciado que propondrá prorrogar hasta el año que viene el recorte del 15% del consumo de gas, que en principio expira al final de este mes de marzo. La demanda cayó más de un 19% entre agosto y enero de 2023, lo que ha permitido a la UE ahorrar 42.000 millones de metros cúbicos de gas.

"También es posible que aún tengamos un verano difícil por delante, no solo el invierno, con altas temperaturas y sequías que influyan en la producción y el consumo de electricidad. Todavía estamos en aguas desconocidas y debemos reforzar la preparación", sostiene Simson.

A su juicio, el recorte del 15% del consumo "ha funcionado bien" y "es la mejor garantía para lograr un nivel de almacenamiento adecuado para noviembre".