El Gobierno plantea a la industria eólica marina lanzar concursos para los proyectos flotantes en lugar de subastas

Mientras tanto, según ha podido saber EL ESPAÑOL-Invertia de fuentes conocedoras, el Ministerio para la Transición Ecológica no ha estado trabajando en convocar subastas, sino concursos.

Formalmente, la única diferencia entre ambos modelos es que, si bien en las subastas el contrato se le adjudica al participante con la mejor oferta económica, en los concursos también se valoran otras características.

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No sería nuevo. Ya se incluyeron en convocatorias renovables pasadas más requisitos que el precio. Normalmente se suele pedir un plan de buenas prácticas sociales y ambientales; un impacto socioeconómico del proyecto (por ejemplo, fomento de la participación ciudadana con carácter local); la huella de carbono; que haya una estrategia de economía circular, etc. Todo ello sin olvidar las garantías que ofrezca la empresa licitante.

Pero, "¿qué es mejor, subasta o concurso? Depende de los términos", explican expertos en eólica marina a este diario. 

"Una subasta ofrece un precio garantizado, un precio fijo que se liquida por diferencias, y si la diferencia es a favor del productor o asignatario, el mercado le paga repartiendo ese coste entre todos los consumidores. Si es al revés, paga el promotor. Por lo tanto, hay una pequeña exposición al mercado aunque con un precio fijo".

En el caso del concurso, "depende de quiénes y de qué concurse, pero suelen incorporarse una serie de méritos, y a los que ganen el concurso se les conceden ciertos de derechos". En el caso de la eólica marina, "lo que más les interesaría sería tener el espejo de agua o el lecho marino y un punto de acceso y conexión a la red".

Solo flotante

Sin embargo, "no tiene que haber una remuneración asegurada, pero suele haber un precio, es decir, en un concurso se puntúan elementos adicionales al mero precio, como el impacto ambiental o el impacto socieconómico, pero hay un precio".

Esta cuestión es importante, porque en función de ese báremo podrían desincentivarse los proyectos. El coste nivelado de la energía (LCOE) de la energía eólica marina oscila entre 72 euros/MWh y 140 euros/MWh, pero "ahora lo crucial es tener concedido el derecho de acceso y conexión, y el terreno donde poder construir la planta cerca del nudo donde quieres evacuar. Esas dos cuestiones son fundamentales para iniciar el proyecto", continúan los expertos.

"La eólica marina puede ofrecer sus excedentes para almacenamiento e hidrógeno, y de aquí a que se monte el primer parque bajarán los costes. En offshore ya hay precios de 60 euros/MWh, y el coste de las plataformas flotantes se cuando se escalen van a bajar mucho", puntualiza por su parte, a este diario, Fran Méndez Gómez, secretario de Cambio de Modelo Productivo y Sostenibilidad de CCOO Galicia.

Y es que en la costa peninsular (España y Portugal) y en Canarias, el lecho marino es muy profundo y solo se puede construir parques eólicos flotantes. De ahí que hasta ahora no haya más que un aerogenerador sobre aguas nacionales, en el único espacio para cimentación fija, en Gran Canaria.

La tecnología flotante ha necesitado más años que la fija para estar madura, pero los prototipos existentes y los parques instalados en el norte de Europa demuestran que es posible su desarrollo y rentabilidad.

Las solicitudes

Por el momento, en toda España las solicitudes de reservas de zonas para el desarrollo offshore suman una potencia total de 13.000 MW, a la espera de que el Gobierno y las comunidades delimiten los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM). Y solo en Canarias, los proyectos offshore anunciados suman más de 1.160 MW

La hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España espera alcanzar en 2030 una capacidad instalada máxima de 3 GW, aunque "el potencial de la eólica marina flotante en España es de 17 GW", explican fuentes del sector. 

Su desarrollo contaría, además, con casi toda la cadena de valor 'made in Spain'. "De los 50 prototipos de estructuras flotantes, 14 son patentes españolas, y el 75% de toda la cadena de valor del sector es nacional. Solo los nacelles, la parte de las palas, se hacen fuera por sus grandes dimensiones", añaden las mismas fuentes.

De hecho, "los 13 proyectos en operación que existen actualmente de flotante en todo el mundo, 11 se fabricaron en Navantia Fene", concluye el responsable de CCOO.