Para muchas personas, se trata de un clásico durante la época estival tanto como la canción del verano: la subida de precio de los carburantes. Así, y durante los últimos 7 días, el precio de la gasolina se ha incrementado un 2,16% mientras que el del gasóleo lo ha hecho un 2,45%.
De esta manera, el litro de gasolina este 4 de agosto se sitúa en 1,687 euros. El de gasóleo, por su parte, alcanza los 1,555 euros. Dicho de otra manera, los precios vuelven a ser los mismos que había durante el mes de abril, y son una clara señal de que han iniciado una senda alcista.
Con todo, y pese a que ambos combustibles van de la mano en la subida, si se echa la vista atrás, vemos una diferencia entre ambos: en enero de 2023, el precio de la gasolina estaba en 1,607 euros (recordemos, en la actualidad está en 1,687 euros). Por tanto, ya está por encima. Sin embargo, esa situación no se da en el gasóleo porque en enero estaba en 1,679 euros (hoy, a 1,555 euros). Por tanto, sigue por debajo.
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En concreto, y desde los primeros días de 2023, el precio de la gasolina se ha elevado un 19,3%, y el del gasóleo un 2,9%.
Otro dato que conviene tener en cuenta es que, en la actualidad, la gasolina está (a pesar del incremento) todavía un 3% más barata que hace un año. En el caso del gasóleo, es un 11,3% inferior. Pero hay que tener en cuenta que, por aquel entonces, estaba vigente el descuento de 20 céntimos por litro que aprobó el Gobierno entre las medidas para hacer frente a la guerra de Ucrania.
¿Qué impulsa el precio de los carburantes?
Varios son los factores que están impulsando el incremento del precio de los carburantes. Uno de ellos es el precio del barril de petróleo. Ahora ya ha superado los 85 dólares, cuando ha estado estable durante los últimos meses en los 75 dólares.
Esto es así por las medidas de presión de la OPEP+, que durante 2023 está manteniendo la reducción de extracción de crudo que ya había anunciado en noviembre de 2022. Una medida que prorrogó durante el pasado mes de mayo, situando la producción en 1,66 millones de barriles diarios.
Si se echa la vista atrás, durante los primeros meses de la guerra en Ucrania, el precio del barril llegó a alcanzar los 122 dólares. Al reducir la producción, su pretensión no es otra que la de incrementar los beneficios.
Otro de los factores que influye en el aumento del precio de los carburantes fue la entrada en vigor, el pasado 5 de febrero, de la prohibición de importar productos refinados del petróleo desde Rusia. Aunque ha tardado, la medida ya está teniendo efecto en el precio del crudo. ¿Más condicionantes? Estados Unidos tiene que reponer reservas y China necesita impulsar su economía.
¿Hasta cuándo seguirá subiendo?
Ni la OPEP+ parece que vaya a dar marcha atrás en sus planteamientos, ni las sanciones a Rusia se van a quitar. Por tanto, la escalada en el precio de la gasolina y el gasóleo continuará.
Un cambio de tendencia, tras la estabilidad de precios vivienda durante este 2023, que tiene que ver con “un mercado cada vez más ajustado y una escasez de la oferta”. Son palabras de Antonio Aceituno, director general de Tempos Energía a Las Provincias.
Así, y según este experto, el actual escenario repercute (como no podía ser menos) en el precio de la gasolina y del gasóleo. Una situación que, atendiendo a sus previsiones, “podría durar al menos hasta final de año”.
Con los precios actuales, llenar un depósito de gasolina de 50 litros cuesta unos 84,35 euros, mientras que uno de gasóleo supone un desembolso de 77,75 euros. La diferencia entre la gasolina y el gasóleo es de 0,132 euros por litro.