Las grandes eléctricas ven el objetivo renovable del Plan de Energía del Gobierno excesivo y dependiente del hidrógeno
Si no se llega al objetivo de 11 GW de hidrógeno verde para 2030, y es muy posible que no se llegue, va a sobrar electricidad con tantas renovables.
7 septiembre, 2023 03:04El nuevo Plan de Energía y Clima (PNIEC 2030) presentado en junio pasado por el Gobierno contempla un aumento de renovables que podría hacer aguas si no cuenta con las exportaciones a Francia y la producción de hidrógeno verde.
Según las alegaciones presentadas por las grandes eléctricas, a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL-Invertia, la base de que se vaya a cumplir sus objetivos se asienta sobre las exportaciones de electricidad renovable a Francia y el objetivo de 11 GW de producción de hidrógeno verde en 2030.
"Unos objetivos difíciles de alcanzar, especialmente los del hidrógeno verde, a las puertas de 2024 y sin avances significativos en esta industria. No vamos a llegar a esos niveles y eso se traduce en una cifra mayor de excedentes que se vierten de la red", explican a este diario fuentes del sector eléctrico.
"Se han generado unas altas expectativas en el desarrollo de electrolizadores y de producción de hidrógeno verde, y si no aumenta la demanda de electricidad, va a sobrar mucha en los próximos años".
Ya está pasando desde hace varios meses Los vertidos (curtailments, en inglés) por exceso de generación renovable están provocando un auténtico quebradero de cabeza en los inversores del sector.
EL ESPAÑOL-Invertia publicó en exclusiva la cifra de vertidos y/o 'parón' de parques eólicos y solares fotovoltaicos (curtailment en inglés): más de un 1.000% en 2022 respecto a años anteriores y en 2023 la tendencia sigue al alza.
"Hay que evitar que se repitan estas circunstancias y eso solo se consigue con la electrificación de la demanda", añaden las fuentes cercanas a las grandes compañías eléctricas.
Menos bombas de calor
Para el año 2030, el Gobierno plantea establecer un objetivo de generación con energías renovables del 81% frente al 76% anterior y un aumento hasta el 48% en los usos finales de renovables frente al anterior 42%. Y el de eficiencia energética mejora hasta el 44%.
Según la revisión del PNIEC, para 2030 la eólica pasaría de un objetivo de 50 GW a 62 GW y la fotovoltaica debería crecer desde los 38 GW hasta los 76 GW. Para las diferentes tecnologías de almacenamiento, como bombeos hidroeléctricos y baterías, se espera que crezca desde los de 8 GW hasta los 22 GW, incluyendo el almacenamiento de la termosolar.
En las alegaciones de las grandes eléctricas también se destaca que en el PNIEC se ha reducido la ambición de electrificar hogares e industrias. "Por ejemplo, la bomba de calor ha caído en un 25% en los objetivos de implantación, un dato sorprendente porque es la única vía para sustituir a las calderas de gas y de diésel", continúan las mismas fuentes.
Una decisión que contrasta con lo que ocurre en el resto de Europa, donde se ha disparado la venta de bombas de calor.
Por ejemplo, en Bélgica, las ventas aumentaron un 140% durante el primer semestre de 2023. En Alemania, después de décadas de utilizar el gas natural ruso relativamente barato para calentar las casas, también hay un cambio de tendencia.
Sus ventas se han más que duplicado en los últimos dos años, aunque está muy por detrás de sus vecinos europeos. En Finlandia y Noruega, que dependen más de la electricidad, tienen 10 veces más bombas de calor que los alemanes.
Inversión en redes
Otro de los aspectos que se han incluido en las alegaciones es de la inversión en redes eléctricas. "En general, las inversiones se han calculado muy por debajo de las que necesitamos con los planes de desarrollo de las renovables", continúan las mismas fuentes.
"Faltan medidas para incentivar su desarrollo y una planificación adecuada. Las inversiones están condicionadas a la demanda y a la generación, así que se debería contemplar unas inversiones previas para evitar que luego surjan los problemas".
Una posición que ratifica incluso la comisaria europea de Energía, Kadri Simpson, que en el artículo 'No hay futuro verde para Europa sin una red eléctrica mejorada' publicado esta misma semana en el Financial Times, aseguraba que había que "cambiar el mecanismo de remuneración de los proyectos de red impulsando las inversiones anticipadas".
En su opinión, había que "colocar la cuestión de las redes en el centro del debate". De hecho, "Europa sólo garantizará su seguridad energética y cumplirá sus ambiciones climáticas si mantenemos un ritmo rápido en el despliegue de las energías renovables y la electrificación de nuestra economía", y para ello "nuestra infraestructura energética debe estar preparada".