El precio de la energía sigue siendo uno de los quebraderos de cabeza de los bolsillos de los ciudadanos desde hace casi dos años. Primero la invasión rusa en Ucrania desestabilizó los mercados y, ahora, el conflicto bélico palestino-israelí echa más leña al fuego

No sólo sube el precio del gas, que ya supera los 50 euros/MWh en el índice holandés TTF, el de referencia de Europa, sino también, como derivado, el precio del CO2, que ya escala a los 85 euros/Tn. La inestabilidad es tanta que nadie se atreve a poner la mano en el fuego de si este vaivén en el mercado energético podría aumentar, e incluso superar los 65 euros/MWh. Eso activaría el 'mecanismo ibérico', el tope del gas en el mercado eléctrico que se mantiene hasta final de año.

El mercado no lo descarta. La mayor parte del noroeste de Europa se enfrentará a temperaturas por debajo de lo normal este fin de semana y principios de la próxima semana, con intensificación de la ola de frío en partes de Alemania y los países nórdicos, según el pronosticador Maxar. Esto disparará el consumo de gas para calefacción, pero también la generación eólica, tecnología depresora del precio.

[Temor en Europa ante la factura de la luz este invierno por la constante volatilidad de los precios del gas]

El precio diario del mercado mayorista de octubre, hasta el día 16, se ha situado en 115,72 euros/MWh. Ha subido un 12% respecto a septiembre, pero está un 29% por debajo de su nivel hace un año, explican desde el Grupo ASE.

Y a nivel europeo, el precio español de la primera quincena se ha situado muy por encima del francés (83,81 euros/MWh) y del alemán (79,54 euros/MWh). Estos dos países se han mantenido al margen del impacto del encarecimiento del gas gracias a una demanda débil, por las suaves temperaturas que se han registrado en el norte de Europa. Un contexto que va a cambiar muy pronto.

Pero en días atrás en Francia se ha sumado una alta producción nuclear y en Alemania, abundante producción eólica.

El precio eléctrico ha seguido una línea ascendente debido a la floja producción eólica. Durante la segunda semana de octubre ha llegado a superar los 140 euros/MWh porque además de la escasez eólica se ha sumado que el precio diario del gas se ha disparado un 70% y que se han desacoplado dos centrales nucleares.

Cae la eólica, sube el gas

Durante la primera quincena, la generación eólica se ha mantenido en niveles de 81 GWh, muy por debajo de los 140 GWh de medio para un mes de octubre o de los 162 GWh que registró en octubre del año pasado, añaden los analistas.



También ha tenido impacto la parada de dos centrales nucleares (Cofrentes y Vandellós II estuvieron desacopladas del 9 al 12 de octubre) y un fuerte incremento en la cotización del gas en la segunda semana de octubre.

Varios son los factores que han provocado que los compradores de gas perciban amenazas en la seguridad de su suministro de cara al próximo invierno y que los precios se hayan elevado rápidamente: el conflicto en Oriente Medio, la continuidad de las huelgas en las instalaciones australianas de gas natural licuado y el presunto sabotaje en un oleoducto del Báltico.



Estas tres circunstancias han llevado al precio spot a superar los 54 euros/MWh en el TTF, el mercado holandés de referencia en Europa, lo que implica una subida del 70% frente a la primera semana de octubre.

Según señalan los analistas de Grupo ASE, más relevantes que estos factores alcistas, es que detrás del aumento de los precios hay una cuestión más estructural que coyuntural, como vienen explicando en sus informes.



Europa se encuentra muy bien abastecida de cara al invierno, con sus reservas en niveles récord (al 98%).

Según señalan, la realidad es que los mercados viven en una falsa sensación de seguridad porque Europa continúa amenazada por una oferta de gas muy limitada tras el corte de suministro ruso, cuya pérdida está muy lejos de haber sido compensada con el aumento de las importaciones de gas natural licuado (GNL).

Ahora oferta y demanda están mucho más ajustadas, sin apenas flexibilidad. Y, además, Europa se ha hecho más dependiente del inestable suministro de GNL, frente a la estabilidad que suponía el suministro por tubería. Por tanto, la sensación de inseguridad aumenta ante un posible repunte de la demanda en Asia, huelgas en Australia o noticias de mantenimientos no programados.

El actual ajuste, tan estricto, entre demanda y oferta de gas implica una tensión continua y que cualquier pequeño desequilibrio, por el lado de la oferta y/o de la demanda, provoque bandazos en el precio. De ahí que la recuperación del gaseoducto noruego en la primera quincena de octubre, ya en niveles de 300 mcm/d, no haya bastado para amortiguar el impacto de las noticias y de los conflictos que han afectado al mercado del gas en la segunda semana de octubre.

Incertidumbre para la AIE

Y como colofón, el mercado energético del petróleo tampoco está para alegrías. La repentina escalada del riesgo geopolítico en Medio Oriente, una región que representa más de un tercio del comercio marítimo de petróleo del mundo, ha puesto en vilo a los mercados petroleros. Lo que sucederá a continuación sigue siendo muy incierto, asegura la Agencia Internacioal de la Energía (AIE).

Su último Informe mensual sobre el mercado petrolero señala que el conflicto en rápido desarrollo se produce en un contexto de mercados petroleros estrechamente equilibrados, una situación sobre la que la AIE ha estado advirtiendo durante muchos meses.

Los precios del petróleo ya habían subido a casi 98 dólares el barril a mediados de septiembre después de que Arabia Saudí y Rusia extendieran sus recortes voluntarios de producción hasta fin de año, y cuando los inventarios de petróleo crudo y destilados cayeron a niveles excepcionalmente bajos.

El crecimiento de la demanda ha continuado a buen ritmo en China, India y Brasil, lo que respalda su pronóstico de que la demanda mundial de petróleo aumentará en alrededor de 2,3 millones de barriles por día este año.