Las consecuencias de la penalización a EiDF por no presentar a tiempo sus resultados ante la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) y ser suspendida cautelarmente de cotización arrastra al sector. De hecho, las empresas de renovables (sobre todo fotovoltaicas) que han saltado al BME Growth, el mercado bursátil perfecto para empresas que buscan expandirse, han sufrido el desgaste con caídas de su valor, salvo honrosas excepciones, como Greening Group.
Cox Energy, Solarprofit, Holaluz, Enerside y Energy Solar han tenido una evolución negativa en los últimos dos meses. Pero no sólo por el contagio de EiDF, que ha generado cierta desconfianza en los inversores en este tipo de empresas, sino porque muchas de ellas habían apostado por el desarrollo del autoconsumo en nuestro país.
Y la instalación de nuevos proyectos de autoconsumo solar en 2023 se ha ralentizado. Esto también ha provocado el anuncio de Solarporfit de un ERE para el 30% de la plantilla como medida de ajuste ante el nuevo contexto.
Si en 2021 se instalaron 1.203 MW -doblando las cifras de años anteriores: 459 MW en 2019 y 596 MW en 2020- y en 2022 se alcanzó el récord de 2.649 MW, el sector estima que este año caerá entre un 50% y un 60% la cifra en hogares y alrededor del 10% en industria.
"En nuestro caso, tiene sentido que no hayamos sufrido ese castigo en bolsa porque el 70% de nuestro negocio está fuera del país, incluso estamos en mercados con grandes expectativas de crecimiento para el próximo año, como son México y Estados Unidos", confirma a EL ESPAÑOL-Invertia Ignacio Salcedo Ruíz, CEO y fundador de Greening Group.
Lanzarse al mercado continuo
Según ha confirmado a este diario, Greening Group, el tercer mayor instalador de autoconsumo solar de España, tiene como objetivo saltar al mercado continuo en 2024 "para poder ampliar capital y seguir con nuestro crecimiento, que es poner en operación 5 GW renovables en 2030".
Su cartera en desarrollo no sólo incluye parques fotovoltaicos o instalaciones de autoconsumo industrial, su principal negocio. También pondrá en marcha nueva capacidad eólica, además de desarrollar más de 20 proyectos de biometano en el sur de España o almacenamiento con baterías.
"El potencial de nuestra empresa es enorme, entre otras razones, por la calidad humana y técnica de nuestros profesionales, pero también por el crecimiento que se espera a lo largo de esta década en el sector de las energías limpias en todo el mundo", señala.
No es el único que aspira a formar parte de nuestras grandes cotizadas. Hace sólo un mes, Factorenergia, una comercializadora de electricidad y gas que se sitúa entre las 5 grandes del sector, anunció su propósito de salir al mercado continuo también en 2024.
Castigo en el BME Growth
Pero no todas corren la misma suerte. Solarprofit, la segunda mayor instaladora de autoconsumo solar (especialmente doméstico), ha sufrido una caída de más del 80% de su valor. Desde los 7,2 euros de febrero pasado hasta los 1,2 euros del viernes pasado a cierre de mercado.
Holaluz también ha experimentado su propia debacle. Desde los 11,85 euros de febrero pasado, hoy su valor de la acción está en 3,75 euros. Más del 70%.
Seguimos. Enerside, plataforma solar fotovoltaica integrada con sede en Barcelona, cayó de los 5,48 euros del segundo mes del año 2023 hasta los 3,58 euros. Es decir, un descenso del 34% de su valor.
En el caso de Energy Solar Tech, que saltó al BME Growth en diciembre de 2022, tampoco se ha salvado. De los 7,34 euros de febrero, con un pico de 9,7 euros en marzo, ahora se sitúa en los 4,79 euros. O lo que es lo mismo, ha sufrido una penalización del 34%.
Por último, la gran promesa de 2023, Cox Energy, de Enrique Riquelme, que lleva pocos meses cotizando desde su debut del pasado 3 de julio. Sin embargo, desde entonces, donde alcanzó los 2,1735 euros por acción, ha ido en declive hasta los 1,32 euros del viernes. En poco tiempo, su valor se ha reducido en un 40%.
Sin embargo, Greening Group ha sido la única que se ha salvado. Su valor apenas ha bajado un 15% y se mantiene desde hace meses en la horquilla de los 6-5 euros por acción.
EiDF, la gran damnificada, sigue sin remontar desde que volvió a cotizar en agosto pasado, desde los 29,76 euros de marzo pasado (cuando la suspensión cautelar) hasta los 4,55 euros actuales.