La industria química en España está preocupada por los datos que se prevé alcanzar este año. A falta de unos meses para finalizar el año, prevé un "importante" retroceso en su cifra de negocios, con una caída del 6,8% con respecto a 2022, hasta los 83.799 millones de euros, lastrado por los altos costes energéticos y la caída de la demanda.
"El coste energético ha lastrado nuestro sector, y la esperada reforma del mercado eléctrico europeo no va a solucionar el problema, porque el gas seguirá marcando los precios", ha dicho Teresa Rasero, presidenta de Feique (Federación Empresarial de la Industria Química Española), en su Asamblea Anual.
El sector arrojará una cifras de facturación en torno a los 6.000 millones de euros inferior a la del año pasado -cuando casi alcanzó los 90.000 millones de euros- en un 2023 en el que la producción apenas crecerá un 0,8%.
Por eso, ha pedido una "tarifa industrial", ya que la reforma del mercado eléctrico "no va arreglar" el problema de los precios energéticos, que podría estar en el entorno de los 60-65 euros por megavatio hora (MWh).
"Nos gustaría que el Gobierno rescatase la propuesta de una subasta con tecnologías inframarginales que nos diera una señal de precios competitiva respecto a Francia y Alemania", ha dicho por su parte Juan Antonio Labat, su director general.
Hace dos años, el Ministerio para la Transición Ecológica anunció la celebración de unas subastas 'forzosas' para las grandes energéticas que tenían que ofertar a la industria parte la electricidad generada de su producción renovable, nuclear e hidráulica a precios estables y con una duración de más de un año.
Sin embargo, nunca se convocaron al justificar que la mayoría de esa energía ya estaba comprometida con acuerdos bilaterales a sus comercializadoras.
Aún así, Feique ha pedido que "con solo 16 GW podríamos tener la electricidad suficiente para nuestra industria, y así competir con los bajos precios de nuestros homónimos franceses gracias el AREH -una subvención estatal a la producción nuclear- o los CfD que encubren también otra subvención el Estado", ha dicho Labat.
Energía y demanda
Rasero también destacó que en 2021 y 2022 se experimentaron periodos de altos costes energéticos, incluso superiores a los actuales, pero la diferencia con respecto a aquellos ejercicios fue que estaban compensados con una fuerte demanda capaz de absorber una parte sustancial del incremento de costes, "algo que ahora no va a poder suceder", añadió.
Así, la demanda de productos del sector inició su descenso en el segundo semestre de 2022, acrecentándose con las sucesivas medidas para contener la inflación y, particularmente, con la elevación de los tipos de interés. Todo ello ha limitado el acceso al crédito y la financiación, lo que no ha permitido estimular a sectores tractores vinculados a bienes duraderos como la construcción o el automóvil, que son fundamentales para la economía española.
Desde 2019, la cifra de negocios de la industria química acumulará un crecimiento del 30,1% hasta 2024, aunque este crecimiento no está vinculado a la mejora de los niveles y capacidades productivas, sino fundamentalmente a los precios de los productos químicos, que en el periodo han crecido un 28,4%.
Para 2023, el retroceso en la cifra de negocio del sector se concentra fundamentalmente en la química básica, que sufrirá una caída de casi 12 puntos. Esto es debido a esos altos costes de la energía -ya que el precio del gas y la electricidad es uno de los principales factores de coste- y la retracción de la demanda iniciada a finales del año. Mientras, la química de consumo y de salud presenta una situación más sólida.
"Somos un sector muy diversificado, pero está tocado principalmente por la química básica. Si la química básica no va, en otros sectores lo vamos a sufrir", señaló Rasero, apuntando, eso sí, que en este último trimestre podría haber "algo de recuperación".
En el mercado internacional, la industria química mantuvo un alto grado de competitividad, apoyado en una mayor debilidad de economías europeas exportadoras.
Optimismo para 2024
De cara a 2024, el sector químico español es "un poco optimista", indicó Rasero, y vaticinó una ligera recuperación, con una previsión de un crecimiento productivo del 1,2%. Por otro lado, habló de un aumento en su cifra de negocio del 2,4% -hasta casi los 86.000 millones de euros-, impulsado por una mejora en el comportamiento de la economía y de la demanda, lo que le permitiría recuperar un tercio de las pérdidas de este año.
No obstante, advirtió de que los altos precios de la electricidad y el gas seguirán representando un "importante freno" para la competitividad de la industria y, muy especialmente, para la química básica, como gran consumidora de energía.
Para 2024, la presidenta de Feique destacó que los precios energéticos pondrán nuevamente ante "una situación complicada", por lo que pidió al próximo Gobierno que adopte soluciones para mejorar este escenario para el sector. "Tenemos una energía renovable que nos podría ayudar a la reindustrialización", dijo.
En concreto, el sector solicitó al próximo Gobierno nacional y europeo su apoyo al desarrollo competitivo industrial de "forma urgente" con políticas efectivas "para no poner en riesgo la continuidad de la industria básica europea y garantizar la autonomía estratégica".